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Mostrando las entradas de 2021

Un año de Adviento, por William Grimm

  Un año de Adviento  El año terminará como ha comenzado, descubriendo en medio de las aflicciones la buena nueva de que en la cruz Dios nos ha enseñado que el desastre no es distancia entre nosotros y Dios. Artículo de William Grimm, (Japón), publicado en La Croix, International, el pasado 9 de diciembre. Adviento, el comienzo del año eclesiástico, no es un tiempo de preparación para la Navidad, hasta el 17 de diciembre. Hasta entonces, el enfoque litúrgico de la temporada, independientemente de las decoraciones navideñas, las ventas, los especiales de televisión y la música, está en los augurios del final. Y el año litúrgico terminará el próximo noviembre a medida que comienza - con un enfoque en las descripciones del evangelio del apocalipsis. Así, el año y todo lo que sucede y todo lo que reflexionamos durante él está entre corchetes por las descripciones y advertencias de desastre. Incluso la Biblia termina con un libro llamado Apocalipsis. La escritura apocalíptica habla de estre

2º domingo de Adviento: lo que descubrimos en cada uno a nivel individual, pasémoslo al nivel social, para que todos preparemos el camino hacia esa plenitud humana

Lect.: Baruc 5:1-9; Filipenses 1:4-6, 8-11; Lucas 3:1-6. Al comenzar este período de Adviento Lucas nos presentaba a Jesús de Nazaret como “el Hijo del hombre”, es decir, el hombre pleno, en quien se dan plenamente desarrollados todos los rasgos del ser humano, hombre y mujer. Y, por eso, con esa visión Lucas nos da la oportunidad de descubrir a Jesús como revelación de lo que somos nosotros mismos, cada uno de nosotros. “ El Hijo del hombre somos todos y cada uno de nosotros , —decíamos el domingo pasado—,  aunque aun no se ha manifestado plenamente lo que somos ”. Esta convicción,  en la medida en que la vamos transformando en vivencia personal, es nuestra principal fuente de esperanza que nos alienta en medio de todos los problemas y fuentes de miedo. Nos da confianza en nosotros mismos, una confianza que se funde con la confianza en Dios. Pero, en este segundo domingo, Lucas nos permite  avanzar en la reflexión  y  cobrar conciencia de que esta experiencia personal, por su importan

34º domingo t.o.: Fiesta de Cristo Rey: un título inadecuado para Jesús de Nazaret

Lect.: Dan 7: 13 – 14; Apoc 1: 5 – 8; Jn 18: 33 – 37 Nota previa: Lista de homilías sobre el tema que he publicado en mi Blog desde 2009. En la mayor parte me centré en lo inadecuado o anacrónico del título de Cristo Rey para Jesús de Nazaret.   En dos de ellas, al menos, al final, como nota histórica, hago referencias a las razones que movieron al papa Pío XI para establecer esta fiesta. Esas mismas “razones” me parece que apuntan a ver esta celebración como una fecha muy condicionada por motivaciones políticas e ideológicas de la época en que la escribió el mencionado pontífice. 34º domingo t.o. Fiesta de Cristo Rey, ¿Un título apropiado hoy? De Jorge Arturo Chaves    noviembre 24, 2019 34º domingo t.o.¿Le va el título de "rey" al Jesús del evangelio? De Jorge Arturo Chaves    noviembre 25, 2018 34º domingo t.o. Fiesta de Cristo Rey, ¿un título adecuado para hablar de Jesús de Nazaret? De Jorge Arturo Chaves    noviembre 20, 2016 34º y último domingo t.o.: Cristo Rey   Ante

33º domingo t.o. El "fin de un mundo" y el nuevo que generamos

Lect.:     Daniel 12, 1-3; Heb 10, 11-14.18; Mc 13, 24-32 Llegamos al final del que llamamos “año litúrgico” y una vez más nos topamos con lo que habitualmente se interpretan como lecturas que se refieren al  “fin del mundo.” Marcos, por ejemplo, hoy nos pinta un cuadro tremendo. “La luz del sol se apagará, —nos dice—, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá.” Quizás nos parezca “normal”  que así se cierre la lectura anual del ciclo marcado por cada uno de los evangelios sinópticos. Lo estaríamos viendo  algo así como una llamada a vivir en serio lo que hemos meditado a lo largo de los doce meses previos.  Casi, casi, como una amenaza si no lo hacemos, al menos como una advertencia verdaderamente dramática, que impacta, aunque no podamos hacerla compatible con los conocimientos de la cosmología contemporánea, y tengamos que entenderla metafóricamente. Se trataría de una llamada de atención sobre lo que “se nos viene encima al final” si no

32º domingo t.o.: "Esta mujer, que pasa necesidad, ha donado todo lo que tenía para vivir".

Lect.:   Primer libro de los Reyes 17,10-16; Hebreos 9,24-28; Marcos 12,38-44 Como sugeríamos el domingo pasado, la pregunta del escriba a Jesús y la respuesta de éste, para que cobren sentido hoy día, en un ambiente cristiano específicamente no debía formularse en relación al “principal mandamiento”. Ya hoy no vivimos, de manera dominante, con una perspectiva religiosa de carácter legalista o juridicista. Ese tipo de enfoque judío del siglo primero no caracteriza las preocupaciones religiosas de nuestro tiempo, marcadas más bien por aspiraciones de realización humana. Tentativamente decíamos que la pregunta hoy que pudiera sustituir la del relato de Marcos  podría reformularse de manera semejante a la siguiente: ¿qué es aquello en tu vida, en mi vida, que es lo más valioso para mí, para ti?  ¿aquello por lo que siento que vale la pena cultivar y dedicarle un amor  con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas mis fuerzas?  Para hablar y pensar en esos términos

31º domingo t.o. ¿El "mandamiento" más importante? ¿o lo más valioso en nuestra vida?

Lect.:   Dt 6, 2-6; Heb 7, 23-28; Mc 12, 28-34 La falta de perspectiva histórica y la influencias de lecturas  literalistas nos juegan malas pasadas. A menudo nos llevan a a leer la Biblia de manera, aparentemente muy piadosa pero extraviándonos del sentido original del texto. Tal me parece el caso cuando se toma el pasaje de hoy como base para motivar el amor a Dios en la gente que asiste a nuestros templos o , en especial, a los y las  jóvenes a los que dirigimos programas formativos religiosos. Pensamos que un pasaje ideal para lograrlo es este de Marcos que leemos hoy y que reproduce el diálogo entre Jesús y un escriba que la pregunta sobre el principal de todos los mandamientos. Pero, para entender el sentido de la pregunta y de la respuesta no basta repetirlas porque "nos suenan claras y familiares”.  Para profundizar en el sentido de la pregunta que el escriba hace a Jesús es necesario tener en cuenta ciertos rasgos de la sociedad a la que tanto Jesús como el intérprete de

30º domingo t.o.: Al borde del camino

Lect.: Jer 31,7-9; Heb 5,1-6; Mc 10: 46 - 52 Como hemos visto en episodios anteriores, en este camino de ascenso a Jerusalén tienen lugar pequeños sucesos que manifiestan lo lento del proceso de conversión de los discípulos, incluyendo de algunos de los más cercanos. Pero en este relato que leemos hoy, sobre el ciego Bartimeo,  que recobra la vista a la salida de la ciudad de Jericó, se nos plantea  un hecho más sorprendente que ese ritmo lento de conversión, y que se establece por el contraste que describe Marcos entre el ciego y los discípulos más cercanos. Los hijos del Zebedeo, —Juan y Santiago— y el mismo Pedro se han beneficiado de la compañía y de las enseñanzas de Jesús, por bastante tiempo, y vienen a su lado en el camino hacia Jerusalén. A pesar de ello, han sido notables sus reacciones expresivas de un apego extremo a formas de pensar, de valorar y de actuar que para nada reflejan el espíritu del evangelio. Podríamos “excusarlos” aludiendo a la fragilidad humana. Pero el

29º domingo t.o.: CAMINAR JUNTOS: PARA IMAGINAR Y CONSTRUIR UN FUTURO DIVERSO PARA LA IGLESIA

Lect.: Is 53, 10-11; Heb  4, 14-16; Mc 10, 35-45 Marcos, en su relato está claro del simbolismo que tiene el acercarse a Jerusalén. Pero, además, los tres anuncios que hace Jesús de su Pasión, conforme avanzan en el camino, no  dejan lugar a dudas sobre el drama que se avecina. Lo expresa la observación del evangelista en un versículo anterior al texto de hoy (32): Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Todo este contexto hace resaltar, por contraste, el comportamiento de los Doce, no solo de los hijos del Zebedeo, enredados en discusiones que reflejan sus expectativas y su ambición por el poder. Al leer este episodio una vez más nos preguntamos nosotros, —¿Cómo es posible?, que ante la inminencia de la muerte de su Maestro, a los discípulos más cercanos solo les interese su futuro personal en lo que todavía esperaban como un reino mesiánico sobre la tierra? La respuesta de Je

28º domingo t.o. ¿Cómo participar de una vida de calidad plena?

Lect.:Sabiduría 7,7-1; Hebreos 4,12-13; Marcos 10,17-30 Cuando Marcos  narra el episodio de este hombre, probablemente, joven, que le pregunta a Jesús «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?, no debemos interpretar su inquietud en términos temporales. “Vida Eterna” en los evangelios no significa como hoy día, una vida que duraría para siempre. Se refiere, más bien, a la contraposición entre la creación natural y la realidad divina. Podríamos  expresarla de manera más cercana al sentido del evangelio como “vida verdadera”, “vida divina”, “vida del eterno”.  Pensando el texto de Marcos, desde las enseñanzas del evangelio de Juan, podríamos hacer nuestra la pregunta diciendo, “¿cómo podremos participar de la misma vida de Dios”? Viniendo el interrogante de alguien que afirmaba con sinceridad, haber cumplido los mandamientos desde pequeño,  y teniendo en cuenta la respuesta de Jesús, el episodio nos da pie para saltar de una lectura puramente legalista o moralista, a una

27º domingo t.o. "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre"

Lect.:    Gén 2,18-24 ; Hebr2,9-11; Mc10,2-16 1. En el camino a Jerusalén, Marcos coloca episodios de enseñanza de Jesús, para los discípulos y para una más amplia audiencia. A menudo también se trata de “trampas” que le tienden los fariseos.  La pregunta sobre la licitud de que un varón pueda divorciarse de su mujer parece de este orden. Pero lo que se me hace más interesante de señalar, aunque no suela subrayarse, son dos cosas. Primero que la conversación a la que da lugar entre Jesús y sus oyentes muestra que ya entonces el  tema del divorcio era materia de discusión entre los judíos. Y segundo, que el énfasis y tono de lo que se discute es de carácter legal y no moral profundo.  2. Es probable que debamos tener en cuenta el carácter legalista de la religión judía en general, para no extrañarnos y para entender que ambos rasgos se interrelacionan. Pero esto no impide observar el carácter de relatividad  que adquiere este tipo de enseñanza. Puede verse que a los fariseos y a otr

26º domingo del t.o.: ¿Quiénes son de "nuestro grupo"?

26º domingo t.o. Lect.:  Núm 11,25-29; Santi 5,1-6; Marcos 9: 38-43.45.47-48 Continúa el evangelio de Marcos contrastando un perfil de discípulo marcado por la disposición de Jesús a la entrega, al servicio, con la tentación de servirse de estructuras y prácticas religiosas para provecho propio. En la continuación del capítulo 9 ya se ha superado la discusión sobre primeros puestos al interior de la  comunidad cristiana. Pero aparece entonces una actitud en la que la ambición de usar lo religioso para tener poder se encuentra, aunque solapada. La ocasión para descubrir esta otra distorsión nos la proporciona Juan, uno de los hijos del Zebedeo, cuando se le acerca a Jesús para “denunciar” a alguien que realizaba exorcismos sin pertenecer al grupo de discípulos . La reacción de Juan, lo dice él mismo, ha sido el impedírselo. Pero Jesús, al escucharlo, no está de acuerdo y le da una explicación en la que aprendemos la prioridad de las acciones valiosas sobre la identidad de quien las

25º domingo t.o.: Una manera distinta de establecer jerarquías personales

 Lect.:  Sabiduría 2:12.17-20; Santiago 3:16 – 4:3; Marcos 9:30-37 El evangelista nos cuenta  una anécdota chocante, llamativa: en el camino Jesús está hablando de algo tan serio y decisivo como lo es su entrega, que llegará incluso hasta la muerte, y mientras tanto, varios de los discípulos vienen discutiendo sobre quién va a llegar a ser el primero, el más importante. Jesús no critica a su preocupación, pero aprovecha para aclarar: el criterio para ser importante, —en el Reino, se entiende—, consiste en ser el primero en servicio, servidor de todos, pero en particular, ser alguien que acoge a los menos importantes, simbolizados en los niños que, para el mundo griego, eran lo “inacabado” y, por eso, de poca consideración. Al leer este relato de hoy, de Marcos, resulta inevitable pensar en situaciones por las que atraviesan bastantes comunidades cristianas de nuestros días en las que chocan diversas maneras de entender lo que es y debe ser una Iglesia cristiana. El choque lo vemos,

24º domingo: Una "renuncia" que es autodonación y que lleva a la realización plena

Lect.:   Isaías (50,5-9a); Santiago (2,14-18): ;Mc 8,27-35): 1. Hoy nos adentramos, en el capítulo 8, en la segunda parte de este evangelio de Marcos en la que va a pasar de las enseñanzas  a la invitación a seguir su camino. Un par de cosas me llaman la atención, como quizás a muchos de los lectores. Primero, Jesús empieza por preguntarles cómo lo identifican, quién creen ellos que es él. Hoy tiene que parecernos llamativo que v erifique primero si los discípulos entienden a quién están siguiendo, quién es el que los invita a seguir su camino .  Es llamativo, sobre todo si hemos vivido en una práctica religiosa de índole tradicional  y a menudo de adscripción eclesiástica por “herencia familiar”, sin detenernos a interrogarnos primero,  a fondo, por la identidad de ese Jesús de Nazaret y las implicaciones de su camino.  Con este primer paso se contradice el afán de proselitismo por parte de iglesias o instituciones religiosas a las que más preocupa su crecimiento en número de adhere

23º domingo t.o.: "Effetá", que se abran los oídos y la boca

 Lect.: Isaías 35,4-7a; Santiago 2,1-5; Marcos 7,31-37 Ya en autores del A. T., como los profetas, la sordera y la carencia del habla aparecían como problemas religiosos, no solo de salud, y como símbolos de un problema de comunicación con Dios. Ahora en este relato se aplica a la resistencia a escuchar, a entender y a transmitir el mensaje de Jesús.  Desde la perspectiva del encuentro con la Buena Noticia la figura del sordomudo representa a alguien encerrado en  sí mismo, un “enfermo de aislamiento”.  Si, como decíamos hace varios domingos, los milagros de Jesús revelan las posibilidades ocultas de la vida humana, este de la curación del sordomudo saca a la luz la capacidad de comunicación plena que todos tenemos y que puede estar bloqueada por una diversidad de factores, muchos de ellos de carácter social . En la comunidad de Marcos pareciera, entonces, que esta misma comunidad, esta iglesia en proceso, sus integrantes la empiezan a experimentar como un “espacio de comunicación”

22º domingo t.o.: PARA DEMOSTRAR LA SINCERIDAD DE NUESTRAS CELEBRACIONES LITURGICAS

Lect.:  Deuteronomio 4,1-2.6-8; Santiago 1,17-18.21b-22.27 ; Marcos 7,1-8.14-15.21-23 Tras un paréntesis de seis domingos, retomamos en nuestra celebración la lectura del evangelista Marcos, con un tema al que podemos  verle gran actualidad. Cierto que el escenario es muy distinto y también los actores: ya no tenemos en nuestros días ni a “escribas”, ni a “fariseos” y, probablemente una buena cantidad de lectores no tengan ni idea de quienes eran. En aquel momento, y en el ambiente en que vive Jesús sí se trataba de grupos sociales de importancia. Pero lo interesante, para nosotros, aunque ya no existan, es que personifican diversas actitudes religiosas que curiosamente podemos emparentar con otros comportamientos de nuestra época en materia de religión que, extrañamente, parecen repetir los de entonces. Hay uno, en particular, que sobresale en el relato de hoy gracias a la interpelación que le hacen a Jesús porque sus discípulos “no siguen la tradición de los mayores”. Lo que pare

21º domingo t.o.: ¿Y USTEDES TAMBIÉN QUIEREN MARCHARSE?

Lect.:   Josué 24:1-2a.15-17.18b; Efesios 5,21-32 ; Juan 6:60-69. Con lo que llevamos recorrido del capítulo 6 de Juan es suficiente para, al menos, sospechar, que Jesús invita a los Doce a aventurarse en algo verdaderamente nuevo. Para nosotros, lectoras y lectores contemporáneos, también se nos empieza a abrir un panorama novedoso: no se trata de una “nueva religión” que sustituya la de la Sinagoga y la Ley. Es el comienzo de un camino que hoy día llamaríamos de una espiritualidad profundamente humana. O, tal vez, más clara su novedad, si lo planteamos a la inversa, del descubrimiento de la vivencia profunda de la vida humana, de lo que somos como hombres y mujeres, como la forma de más íntimo acercamiento a la vida divina. Quizás por las mismas razones, pero que se expresan de forma distinta en culturas distintas, esta invitación de Jesús choca radicalmente con las expectativas de muchos que se le han acercado para ser sus discípulos. En el momento narrado por el evangelista Jua

20º domingo t.o. (Fiesta de la Asunción de María)

 Lect.: Prov 9: 1 - 6; Ef 5: 15 - 20: Jn 6: 51 - 58 Desde las primeras páginas de la Biblia ya nos topamos  con lo que se llama “lenguaje sapiencial” o de “sabiduría”. Y  también, desde el inicio, aparece el uso de ese lenguaje para hablar de la comida, los alimentos, el banquete, como formas de expresar la participación de los seres humanos en Dios, en sus dones, en su Espíritu. Son metáforas, sin duda, pero muy profundas, íntimas  y expresivas del tipo de relación que hombres y mujeres podemos alcanzar con la divinidad. Tenemos que reconocer que nos impactan más que el uso de conceptos abstractos como “inmortalidad”, unidad, participación y otros. Por eso lo utilizan los profetas, —como cuando Isaías 25: 6 - 8 habla de un rico banquete preparado y prometido por Dios para todos los pueblos, que es un banquete de vida plena y sin fin, como lo anticipaban los frutos del árbol de la vida, en el Génesis. Así, sale en los salmos referidos la invitación  a “gustar” la bondad de Yavé (Sal

19º domingo t.o.: ¿no es este el hijo de José?

19º domingo t.o. Lect.:   primer libro de los Reyes 19,4-8 ; Efesios 4,30–5,2 ; Juan 6,41-51 Lo hemos comentado muchas veces: crecimos la mayoría de nosotros adultos en un ambiente religioso en el que se remarcaba la oposición entre “las cosas de Dios” y las “de este mundo”, entre lo material y lo espiritual, y se planteaba esta oposición de tal manera que nos mantenía en un dilema sobre el que había que decidir y tomar partido. Y todavía, probablemente, se escuchen predicaciones que difundan esa manera de pensar como un reto clave que se presenta a todo cristiano a lo largo de su vida. Sin embargo, en la predicación y en la vida de Jesús las cosas se ven menos simplistas y las decisiones no se plantean como si la realidad se dividiera dualistamente entre “blanco” y “negro”, y, menos aún identificando lo material, lo humano como el lado negativo de la vida. Este relato que Juan construye en torno el episodio de la redistribución de los panes a una multitud hambrienta que seguía a J

18º domingo t.o. No me buscan porque entendieran los signos

 Lect.:   Éxodo 16,2-4.12-15; Efesios 4,17.20-24; Jn6,24-35 Sería normal, a mi parecer, toparse hoy día, con un “distanciamiento intergeneracional”,  entre jóvenes y mayores en materia religiosa. Tengo que admitir que hablo intuitivamente y por observación cotidiana. No he estudiado el tema e incluso ignoro si existen buenos estudios del comportamiento, visión y prácticas religiosas en las que actualmente han sido denominadas como generación “millenials”, Z, X, Alfa… Y si predicadores, consejeros y maestros de religión han diseñado estrategias pedagógicas diferenciadas para responder a las diversas demandas de esos sectores de jóvenes. (Ver Nota). El tema se me vino a la cabeza —y al corazón— luego de que comentamos, al preparar esta predicación de hoy, cómo, ya en la misma gente que seguía a Jesús existían motivaciones muy diversas para hacerlo. El evangelista Juan describe una reacción áspera de Jesús, cuando les dice a los que le seguían desde el otro lado del lago, que les aseg

17º domingo: la lógica de la pequeñez y del don

Lect.: II Reyes 4:42-44; Efesios 4:1-6; Juan 6: 1-15 En muchas versiones del Nuevo Testamento los editores decidieron usar subtítulos para dividir los capítulos como un intento de ayuda al lector. Así, por ejemplo cuando llaman a un episodio, la “pesca milagrosa”, el “hijo pródigo”, “Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín”, o en el pasaje de hoy la “multiplicación de los panes”. Con la intentada ayuda a veces el lector o lectora queda con la idea de que las palabras del subtítulo son parte de la redacción e interpretación del evangelista. Puede no ser grave en muchos casos, pero, en otros, como en este de Juan 6 lo cierto es que la palabra “multiplicación” no aparece en el texto, ni en labios de Jesús ni de los discípulos; tampoco en el paralelo de Marcos. Usarla está, en realidad, dando un sentido que no solo el autor no tenía, sino que incluso puede bloquear el original del evangelio.  Toda la narración apunta a destacar la importancia que Jesús daba al compartir fraterno y s

16º domingo t.o.: El sentir con la gente (com - padecer) revela las prioridades para la acción

Lect.:     Jr 23, 1-6     ; Ef 2, 13-18   ; Mc 6, 30-34 Hemos visto a Jesús, en los pasajes anteriores de Marcos, trabajando apasionado por el Reino de Dios. No solo anuncia con palabras la Buena Noticia de su llegada, y la ilustra con las historietas de sus parábolas, sino que la expresa con acciones extraordinarias. Y a   hacer lo mismo envía a sus discípulos. De ahí que en el relato de hoy se empiece narrando su intención de irse con ellos a un lugar apartado a descansar de la comprensible fatiga. Está pensando en una breve pausa que otros también interpretan como retirada por precaución ante una posible persecución de Herodes Antipas que acaba de encarcelar a Juan el Bautista a quien mata en la cárcel.   Pero las intenciones de Jesús no logran concretarse porque una multitud adivina sus pasos y se les anticipa buscando más de la palabra de Jesús y de sus acciones dadoras de vida. Con un episodio tan simple el evangelista muestra varios rasgos de interés: por una parte, que Jesús,

Domingo 15º t.o. UN CAMBIO DE VISIÓN Y MENTALIDAD, PARA SER SOLIDARIOS

 Lect.: Amós 7,12-15; Efesios (1,3-14; Marcos (6,7-13) Desde que dejamos los tiempos de preparación y celebración de la Pascua, y las fiestas que llamamos “dogmáticas” —Trinidad, Corpus Christi…—, la liturgia del tiempo ordinario, con el evangelio de Marcos,  nos ha permitido volver a concentrarnos en el tema central de la predicación y la misión de Jesús, el Reino de Dios. Y pudimos ver cómo Jesús lo presenta por medio de sus parábolas y de esas acciones de fuerza que llamamos “milagros”, y que son signos de las posibilidades de la vida. Ahora es importante que nos detengamos también a considerar dónde y a quiénes les anuncia Jesús esa gran Noticia de la llegada del reino de Dios .       Recordemos brevemente: después de estar un tiempo en el desierto con Juan el Bautista y recibir de él el bautismo, Jesús atraviesa el Jordán, repitiendo simbólicamente el ingreso en la Tierra Prometida, pero inicialmente se dirige al territorio de Galilea. Va a su pueblo, Nazaret, pero no se queda a