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Mostrando las entradas de junio, 2019

13º domingo t.o.. Miedo e inseguridad, inducen a la violencia

Lect.  I Reyes 19:16, 19-21; Gálatas 5:1, 13-18; Lucas 9:51-62 Después de varios domingos dedicados a fiestas tradicionales católicas —Pentecostés, Stma.Trinidad, Corpus Christi…— retomamos la lectura del evangelio de Lucas, programado para el ciclo actual de la liturgia católica. Se nos narra en el pasaje de hoy el inicio de la “ subida de Jesús a Jerusalén ”. Es una manera de llamar a  la marcha hacia el inevitable enfrentamiento con las autoridades políticas y religiosas, después de haber concluido todos sus años de misión en los pequeños pueblos y aldeas campesinas de Galilea.  De camino, en tierra de samaritanos, tiene lugar un incidente cargado de enseñanzas. Jesús envía mensajeros a un poblado para pedir posada pero los samaritanos del lugar se la niegan. Este rechazo provoca la reacción violenta de los apóstoles Santiago y Juan quienes están tan indignados que, nada menos, piden a Jesús autorización para pedir que el cielo “ envíe fuego ” sobre ese pueblo, —hoy diríamos

Fiesta del Corpus Christi: el compromiso que asumimos en la Eucaristía

Lect.: Génesis 14:18-20; I Corintios 11:23-26; Lc 9: 11 - 17 1.    Creo que podemos estar de acuerdo con todos aquellos que dicen que las cosas más importantes, más profundas de nuestra vida, lo que realmente somos,  nada de eso se ve . El amor, no se ve. Que todos somos hermanos y hermanas, … no se  ve. El pensamiento, las intenciones, … no se ven. Todo ese fondo, ese sustrato de nuestra realidad, está fuera del alcance normal de los sentidos. Por eso tenemos necesidad de los signos para expresar esos niveles y dimensiones de la realidad. El mismo lenguaje es un conjunto articulado de signos. Por eso tenemos aún más necesidad, para expresar lo que pasa en nuestra vida espiritual, de los sacramentos como signos, o conjuntos de signos, y así acercarnos a comprender la vida divina que está en nosotros y que nos hace plenamente humanos. 2.     La eucaristía, signo y conjunto de signos, es esa celebración que hacemos todos los domingos, de la presencia en la comunidad del cuerpo y s

Fiesta de la Stma. Trinidad: caminando hacia la "verdad completa"

Lect.: Proverbios 8:22-31; Romanos 5:1-5; Juan 16:12-15 Dice el evangelista Juan, que a Dios nadie le ha visto jamás . Tomás de Aquino, trece siglos después escribía valiosas y profundas reflexiones en su Suma Teológica  pero advirtiendo que “ de Dios más sabemos lo que no es que lo que es ”. Grandes hombres y mujeres espirituales nos han dicho a través de los siglos que a quien llamamos “ Dios ” es el incognoscible , el inefable , aquél de quien no se puede decir nada. Sin embargo, desde pequeños, desde el catecismo, se nos ha hablado de la Santísima Trinidad, como de una frase que expresa lo que es Dios, diciendo que es un Dios en tres personas, Padre, Hijo y  Espíritu Santo . Y así se refleja también en la liturgia y en las continuas invocaciones y alabanzas que usamos a diario. ¿En qué quedamos? ¿Se le puede conocer a Dios o no? Sin meternos a revisar la historia de la teología, más a nivel de nuestra práctica de fe, creo que podemos decir que la expresión “Santísima Trini

El don del Espíritu para construir la comunidad humana

Lect.:      Hechos 2:1-11:  I Corintios 12:3-7, 12-13; Juan 20:19-23 1.    Hablar del “Espíritu Santo” presenta un problema para nuestra comprensión, porque en todos los idiomas europeos, entre los cuales está el español,  la palabra “espíritu”, se utiliza como lo opuesto a lo real material. No es del mundo cotidiano. Más aún para la mentalidad moderna, científica, para la que lo que existe se puede tocar, medir…  Lo que no es de es orden pertenece a la imaginación, al área de los “fantasmas”. Por otra parte, a  otro nivel cultural, a menudo, se habla de “ valores espirituales ”, y así se utiliza en el lenguaje de dirigentes políticos o religiosos, como una manera elegante de llenar un discurso dando buena impresión pero, en realidad, sin aterrizar en nada concreto, sin explicar de qué se trata.  Otra es la situación, en cambio, en los idiomas semíticos que habló Jesús, el arameo y el hebreo. Ahí las palabras equivalentes a “ espíritu ” tienen otra carga significativa por completo

Ascensión de Jesús: obvio, no se trata de una "subida física"

Lect.: Hechos 1:1-11; Efesios 1:17-23; Lucas 24:46-53 1.    De alguna manera, como nos lo recuerda un teólogo amigo, nuestra formación religiosa, la de quienes hoy somos adultos, estuvo marcada por una visión del universo, premoderna, precientífica, en la que había tres pisos: el de en medio es el nuestro, la tierra; el de arriba, el cielo, residencia de Dios, y el de abajo, el infierno. Y eso a pesar de haber nacido y crecido en el siglo XX, con todos sus adelantos científicos y tecnológicos. Por su parte, Lucas, aunque vivía en una época donde predominaba esa visión de los “tres pisos” del universo, sin embargo puede verse que solo utiliza ese lenguaje de “ arriba y abajo ”, sin que su mensaje esté atado a la visión del universo de la época, ni aún menos, determinado por esta.  De hecho, podemos ver cómo relativiza su misma manera de hablar, cuando nos da varios relatos distintos de la Ascensión (Hechos 1: 1 – 11; Lc 24: 50 -51). La forma de relatar es accidental, como lo hemos