Lect.: I Reyes 17, 17-24 Gálatas 1, 11-19 ;Lc 7:11-17 Hace tres años, en este mismo 10º domingo del tiempo ordinario, mi comentario al texto evangélico partió de imaginar, igual que otros autores, cómo, en la puerta de la pequeña ciudad de Naín, se topaban dos procesiones . Una, que viene entrando, con gran gentío en torno a Jesús, llenos de entusiasmo y esperanzas alrededor del Maestro, por cosas extraordinarias que le han escuchado y le han visto hacer. Y otra que viene saliendo, acompañando a una pobre viuda que va a enterrar a su único hijo, en alguna de las cuevas, al borde del camino que sube a la pequeña ciudad. Una procesión pletórica de vida que se cruza con otra procesión doblegada por la muerte. Al retomar este domingo las narraciones sobre la vida cotidiana de Jesús, nos encontramos con este escenario de muerte y vida, de dolor y alegría, que marcará toda la existencia terrena de Jesús, igual que marca la de cada uno de nosotros. ...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.