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Mostrando las entradas de mayo, 2021

Domingo fiesta de la Stma. Trinidad: "Le pido a Dios que me libere de Dios" (Maestro Eckhart)

  Lect.: Dt 4, 32-34. 39-40; Rom 8, 14-17; Mt 28, 16-20 Después de los ciclos litúrgicos en que celebramos y reflexionamos sobre momentos importantes de la vida de Jesús,   y la liturgia introduce un muy   BREVE CICLO DE dos fiestas dogmáticas: hoy la de la Santísima Trinidad y el próximo domingo el Corpus Christi. Digo “dogmáticas” porque no conmemoran hechos o aspectos de la historia de Jesús, sino que presentan enunciados de fe cuya importancia la Iglesia quiere subrayar con la respectiva fiesta litúrgica. La de hoy, la Santísima Trinidad, puede pensarse como celebración de la manera como los cristianos expresamos nuestra fe en Dios y que hemos aprendido desde pequeños como la “realidad de Dios”: Uno en tres personas distintas. No es extraño que, entonces, no aparezcan referencias directas en las lecturas de la liturgia tratándose de una formulación teológica que vendría a incorporarse siglos después de que se escribieran los relatos evangélicos. De allí que la invocación bautismal

Fiesta de Pentecostés: EL SER HUMANO ESTÁ ALENTADO POR EL SOPLO DE DIOS

Lect.: Hechos 2:1-11;  Corintios 12:3-7, 12-13; Juan 20:19-23 A lo largo de nuestras vidas hemos conocido formas de enseñanza presentadas como “cristianas” que, en realidad, muchos de nosotros pensamos en algún momento, que dejaban mucho que desear. Son esas formas de presentar al ser humano subrayando siempre su carácter “pecador”, “alejado de Dios”, y permanentemente implorando  perdón por su incapacidad de realizar nada bueno. La celebración de las fiestas de la Pascua,  que concluimos hoy litúrgicamente, es importante para deshacernos de esas miradas religiosas distorsionadas que nos mantienen en una situación de subordinación a un supuesto orden sobrenatural, y que no se corresponden con las enseñanzas del evangelio como lo hemos venido meditando en domingos anteriores y que culminan con esta fiesta de hoy. Acerca de lo que llamamos la “venida del Espíritu Santo” sobre los apóstoles, contamos, al menos, con dos relatos distintos por parte de los evangelistas, conforme, entre otras

Domingo de la Ascensión: Su plenitud es la nuestra

  Lect.:   Hechos 1:1-11; Efesios 4:1-13; Marcos 16:15-20 No es fácil al primer intento captar el mensaje de Marcos y de Lucas cuando nos hablan de la “ascensión. después de tantos siglos de escuchar este relato con expresiones míticas —reforzado por expresiones artísticas, con mayor impacto visual en las catequesis. Pero Tratando de penetrar en el lenguaje propio de la cosmovisión de la época, podemos recordar que entonces, muy lejos de nuestros conocimientos cosmológicos y astronómicos actuales, pensaban en tres niveles  tres niveles del mundo, entre los cuales, el superior, “el más alto” correspondía a la “morada de los dioses”. Con esa visión de los antiguos, la ascensión de Jesús al cielo para sentarse al lado de Dios, era la forma que tenían para  expresar su fe en elentronización de Jesús a la derecha de Dios  — su carácter divino del Señor, el kirios, y su soberanía sobre anunciar la buena nueva a toda la creación, Más allá de eso, y más importante para redescubrir y profundiza

6º DOMINGO DE PASCUA: "YA NO LOS LLAMO SERVIDORES"

Lect.:    Hechos 10: 25-26. 34-36. 43-48; 1 Juan 4,7-10; Jn 15: 1 - 17 Solo nos quedan tres domingos para terminar este tiempo del año que llamamos “tiempo de Pascua”. Se supone que todas estas semanas las dedicamos a  asimilar un poco mejor lo que significa celebrar lo que llamamos la “resurrección de Cristo” como el “paso” para Jesús de su existencia histórica, a una nueva forma de existencia, a través de su muerte. Una nueva forma de vida abierta también a sus discípulos, como podía adivinarse por algunos signos de la transformación que ellos iban experimentando, tales como la práctica de formas comunitarias de vivir y de compartir, o la valentía para vivir de una manera diferente sin necesidad de apegarse a tradiciones religiosas.  El texto de hoy añade la experiencia que tuvieron de haber pasado de ser servidores y discípulos a ser amigos.… Los mismos discípulos fueron descubriendo la presencia del Viviente mediante estas transformaciones que iban descubriendo en sí mismos.  

5º domingo de Pascua: ramas de una única y misma planta

Lect.: Hechos 9: 26 – 31; I Juan 3:18-24; Jn 15: 1 - 18 Para muchos de nosotros, creyentes, sigue siendo un anhelo o un reto, lo que incluso hoy en día entendemos como lograr la comunión con Dios. Lo aprendimos y lo aceptamos como un camino y una meta. En lograrlo vemos nuestra realización personal. Pero también aprendimos que ese “camino” era de índole moral y religioso, tal y como nos lo enseñaba aquella religión, la Iglesia, en la que nacimos. Implicaba fundamentalmente aceptar una serie de verdades, cumplir un conjunto de mandamientos, y asumir una serie de prácticas religiosas.  Es probable que, a pesar del mantener el anhelo de comunión con Dios y de realizarnos plenamente como seres humanos, muchos entre nosotros no se sintieran satisfechos con el camino trazado y recibido de la tradición y, por eso, además de otras circunstancias, decidieran abandonar la Iglesia. Es probable también que muchos no dieran ese paso pero que, de manera parecida, no se sientan cómodos con lo que