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Mostrando las entradas de septiembre, 2015

26º domingo t.o

Lect.: Núm 11, 25-29; Sant 5, 1-6; Mc 9, 38-43. 45. 47-48 1.     El domingo pasado veíamos el gran contraste entre Jesús y sus discípulos. Mientras Jesús va dándose cuenta de que su misión puede terminar en la cruz, es decir, en la muerte,  porque se había vuelto incómodo para el orden político y religioso establecidos, paradójicamente, los discípulos, en lo que estaban pensando era en quién era el más importante entre ellos, es decir, en el fondo, quien lograría más éxito y renombre por acompañar a Jesús en su proyecto del Reino, que todavía no entendían. Esta ambición de poder la une Marcos en el texto de hoy con otra gran tentación de las iglesias: la tentación del exclusivismo, del monopolio de la verdad y el monopolio del mensaje de Jesús . Es la tendencia a impedir que otros hablen o hagan milagros en nombre de Jesús, si "no son los de nuestros". Es decir, de nuestro grupo, de nuestra Iglesia. Ambas tentaciones no son nuevas entre nosotros lo

25º domingo t.o.

Lect.: Sabiduría 2, 12. 17-20; Santiago 3, 16-4, 3; Marcos 9, 30-37 1.     Para entender el texto del evangelio de hoy debemos hacer memoria, o repasar todo lo que nos ha contado Marcos en los ocho capítulos anteriores de su libro. Casi desde el mismo inicio la predicación de Jesús estuvo rodeada de conflictos con maestros de la ley y con fariseos. Recordemos las críticas que le hacen porque los discípulos no ayunan y porque no se purifican las manos antes de comer. Y porque come con los pecadores, lo que lo colocaba en situación de impureza.  De manera más radical y amenazadora lo acusan de blasfemia porque da su perdón al paralítico  siendo así que para ellos solo Dios puede perdonar los pecados. También lo acusan de romper la Ley al hacer curaciones en sábado. Jesús no solo no hace caso de sus críticas sino que públicamente   advierte al pueblo que abran los ojos y se guarden de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. P ara colmos, tod

24º domingo t.o.

Lect.: Is 50, 5-9a; Sant 2, 14-18; Mc 8, 27-35 1.    Leyendo la conversación entre Jesús y sus discípulos y las dos preguntas que les dirige, pienso que la segunda sí es relevante para mí y para todos los que nos encontramos aquí esta tarde. "¿Quién es Jesús para mí?” Ya resulta interesante observar que no se trata de preguntar quién es Jesús en los dogmas de la Iglesia, o en las discusiones de los teólogos. Ni siquiera se trata de preguntar, en general, quién es Jesús para las más de 500 denominaciones y confesiones cristianas que existen hoy día. Lo que me parece importante para nosotros es ser capaces de detenernos un poco y examinando nuestro interior, preguntarnos con honestidad lo que en la vida diaria, —en la realidad en que nos movemos, de trabajo, de familia, de negocios, de amistades, de diversión—, en esa existencia real de cada uno qué es Jesús de Nazaret. Digo “ser capaces de preguntarnos”, porque puede que no sea fácil hacerlo, debido a

23º domingo t.o.

Lect.: Isaías 35, 4-7a;  Salmo  145; Sant 2, 1-5; Mc 7, 31-37 1.    Sabemos que los relatos evangélicos reflejan en primer lugar, cómo eran las convicciones profundas en qué consistía la fe de las primeras comunidades cristianas . Más que interesarse en darnos una crónica de noticias acerca de la vida de Jesús, querían transmitirnos cómo entendían ellos el significado de la vida de Jesús para sus propias vidas y para las nuestras . Por eso Marcos, presenta simbólicamente a Jesús utilizando relatos de curaciones que nos recuerdan de inmediato, tanto las acciones de Elías y Eliseo como las profecías de Isaías, —esas mismas que acabamos de escuchar en la 1ª lectura de hoy.   El profeta había dicho que  se podría saber que el Reino de Dios estaba cerca y que la era mesiánica estaba empezando  cuando se vieran varios signos. En especial,  cuando los ojos del ciego y los oídos del sordo se abrieran, el cojo salte como un ciervo y la lengua del mudo cante con ale