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Mostrando las entradas de junio, 2017

12º domingo t.o.: el anuncio del evangelio no es para generar aplausos

Lect.: Jeremías 20:10-13; Romanos 5:12-15; Mateo 10:26-33 El texto evangélico de hoy contiene el final de las recomendaciones que hace Jesús a los Doce apóstoles cuando los envía “a las ovejas perdidas del pueblo de Israel” . No es todavía el mensaje que les dará cuando los envía a anunciar la Buena Noticia a todos los pueblos (Mt 28:19), pero tiene un contenido parecido. Los versículos   finales   del texto, que son los que leemos hoy encierran   la convicción de Mateo de que la predicación y, con ella, el discipulado de Jesús, traen consigo necesariamente el sufrimiento ligado a la persecución de la que serán objeto. Este pasaje evangélico, como todo el capítulo 10 de Mateo, ha sido tema de muchas discusiones a lo largo de la historia sobre su significado y su aplicación, sobre todo para épocas posteriores a su redacción, como la nuestra.   Y en nuestra vida práctica es posible que no acertemos a la primera, sobre lo que quiere decirnos a nosotros. ¿A qué “persecuciones” y “su

Domingo del Corpus Christi: ¿rito o comunión?

Lect. Deuteronomio 8:2-3, 14-16, I Corintios 10:16-17, Juan 6:51-58 La palabra “comunión” está inseparablemente asociada a nuestra experiencia de la Eucaristía. Desde pequeñitos escuchamos en la casa y en la Escuela o en la Catequesis de la Iglesia que se nos iba a preparar para “hacer” la Primera   Comunión. Quizás el hablar de “hacer” la Comunión, más que “recibirla” podría habernos dado la pista, muy sencilla todavía para esa edad, del sentido profundo de la Eucaristía, que apunta a que la comunión tenemos que construirla. Posteriormente hemos oído muchas veces cuando predicadores nos hablaban y lo hemos repetido nosotros mismos, que este es un “sacramento —o misterio— de   comunión”. Lo que tal vez no es tan seguro es que hayamos entendido bien, o que se nos haya explicado bien, lo que está contenido en esa palabra. A uno le entran dudas incluso por el uso del verbo que se deriva de la palabra “comunión”: comulgar . No sería la primera vez que alguien, o nosotros mismos,

Fiesta de la Santísima Trinidad: una vivencia, no una reflexión filosófica

Lect.:   Éxodo 34:4-6, 8-9; II Corintios 13:11-13; Juan 3:16-18 Después de los mensajes de los domingos del tiempo de Pascua, que concluimos hace una semana, en la celebración de Pentecostés, nos quedó claro que para las primeras comunidades de discípulos lo esencial de vivir la resurrección no era ponerse a hacer doctrinas, grandes reflexiones intelectuales, teológicas sobre la resurrección, sobre Cristo o sobre Dios. Más que todo, lo importante que compartían era su experiencia del resucitado en sus vidas, y en esa experiencia de Jesús, la experiencia que tenían de Dios. Dicho de otra manera, vivían a Dios, así como vivían la resurrección de Jesús viviendo como resucitados. No trataban de ponerse a analizar qué es Dios, o cómo es, porque, como ellos eran muy conscientes en la tradición judía, a Dios no se le podía conocer, ni representar no solo con imágenes, sino tampoco con conceptos.   Dios no puede expresarse ni como un objeto, ni como un ser humano u otro, porque si lo

Domingo de pentecostés, el "kamikaze", el viento divino

Domingo de Pentecostés Lect.: Hechos 2:1-11; I Corintios 12:3-7, 12-13; Juan 20:19-23 Decíamos en domingos anteriores que cuando los evangelistas hablan de resurrección, ascensión y venida del Espíritu Santo no están hablando de tres acontecimientos separados sino que  están hablando de aspectos diversos de un mismo acontecimiento, de una misma experiencia, del paso a la plenitud de vida humana, significada por la resurrección . Las imágenes y relatos de pentecostés, la manera de hablar de venida del Espíritu Santo, por eso, solo tienden a enfatizar un aspecto clave de nuestra vida en Cristo resucitado: el hecho de que esa vida plena está impulsada a actuar por el Espíritu de Dios en el que vivimos y nos movemos . El Espíritu nos impulsa a dejar que se realice en nosotros su presencia creativa. Así como en el relato del Génesis “ el soplo de Dios se cernía sobre las aguas ” al empezar la creación, así  también, ese mismo aliento divino está continuando la creación en cada uno