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Mostrando las entradas de octubre, 2011

31º domingo tiempo ordinario

31o domingo tiempo ordinario Lect.:  Mal 1:14. 2:8-10; 1 tes 2: 7-13; Mt 23: 1-12   Cuando Mt escribe este texto se está enfrentando a dos problemas . Por una parte, al del conflicto que tienen las primeras comunidades cristianas con los fariseos en los años 80. Los fariseos se están fortaleciendo y reorganizando después de la destrucción de Jerusalén y expulsan a los cristianos del judaísmo como secta herética. Esto provoca las reacciones anti farisaicas en los cristianos, entre ellas críticas duras como las que pone Mt hoy, diciendo que todas las funciones religiosas que los fariseos realizan solo busca poder, destacar, ocupar primeros puestos, etc . Pero Mt también deja ver que el mismo problema está colándose en las comunidades cristianas: están empezando a sentirse atraídos por títulos de padre, maestro.. Y eso que todavía no habían aparecido los títulos más mundanos que luego penetrarían la Iglesia (excelencia, reverendo, eminencia, etc.) Con este texto nos

30º domingo tiempo ordinario

30º domingo t.o., 23 de oct. de 11 Lect.: Éx 22:21-27;1 Tes 1:5c -10; Mt 22:34-40 1.    El contexto en que tiene lugar el relato de hoy de Mt puede considerarse muy distinto al nuestro. En la época de Jesús una persona piadosa que buscaba ser fiel a la Ley, enfrentaba una situación complicada. La religión señalaba 613 preceptos importantes -248 prescripciones y 365 prohibiciones- recopilados a través de los años, como aplicaciones de los 10 mandamientos de Moisés. ¿Cómo decidir lo importante en cada caso? No es nuestra situación actual en la medida en que no tengamos una visión legalista de la religión. Sin embargo, también para una persona sincera y honesta que quiera vivir el evangelio se le puede presentar un problema de decisión. ¿Qué es lo más importante? ¿No faltar a misa los domingos? ¿Vivir sin vicios? ¿Creer en milagros y apariciones? ¿Encomendarse a Dios cada día para que todo nos salga bien? ¿No hacer daño a los demás? ¿Ir a peregrinaciones o a jornadas internacional

29º domingo t.o.

29o domingo t.o., 16 octubre de 2011 Lect. Is 45:1.4-6; 1 Tes 1:1-5b; Mt 22:15-21 1.    Tenemos aquí una de las frases evangélicas más citadas y peor interpretadas. Hagan Uds. Mismos la prueba. ¿Qué creen que significa eso de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios? Pensemos y recordemos un momento. Con mucha probabilidad lo hemos oído citar cuando ha habido una discusión pública sobre la Iglesia pronunciándose sobre temas de la vida política y económica. Ahí se suele citar para decir: Zapatero a tus zapatos. "iglesia no te metas en el campo del Estado." ¿Cierto? Pero resulta que el texto no tiene nada que ver con esa visión liberal moderna. Primero , porque el César no era el representante del gobierno judío, sino el símbolo de un poder extranjero que había ocupado al pueblo de Israel. No se le está preguntando entonces a Jesús si es lícito pagar impuestos, sino si es correcto pagárselos a un poder invasor y opresor. Por añadidura un

28º domingo t.o.

28o domingo, t.o., 9 octubre de 2011 Lect.: Is 25: 6-10 a; Flp 4:12-14;19-20; Mt 22:1-14 1.    Para Mt (4:17), como para los demás evangelistas, está claro que el reino de Dios ya ha llegado , ya está en medio de nosotros. Eso quiere decir que si nos lo representamos, como hace el texto de hoy, como un gran banquete de bodas, estamos hablando, no de la promesa de algo que sucederá al final de los tiempos, sino de una realidad de la que YA formamos parte. Ya, aquí y ahora hemos sido todos invitados a sentarnos en una mesa común. A formar parte de una gran comunidad única, de una realidad unitaria, sumergidos en la realidad divina en la que somos, nos movemos y existimos. Sin negar que, por nuestra condición humana, puede que estemos ciegos ante esa maravillosa realidad; o puede que la veamos, pero que pretendamos acercarnos a esa mesa persiguiendo los mejores puestos, sin conciencia de lo que acontece a los demás comensales, conservando una manera egoísta, ap

27º domingo t.o.

Lect Is 5:1-7; Flp 4:6-9; Mt 21: 33-43 1. El domingo pasado terminábamos con una expresión de lo más fuerte, violenta incluso, de Jesús a los sacerdotes del Templo y a las autoridades religiosas, cuando les dice que las prostitutas y cobradores de impuestos para los invasores romanos, les llevan ventaja en experimentar el reino de dios. En el texto alegórico de hoy en Mt nos queda claro el por qué de tanta dureza de expresión. No es que Jesús nos hable de un Dios airado y castigador. Más bien lo contrario. El Dios de Jesús es un Dios enamorado de su pueblo, de la comunidad humana de la que Israel era tan solo imagen. Para el Dios de Jesús la comunidad humana era como el terrenito querido, la finquita en la que había sembrado su vid, su planta más esplendorosa y fecunda, Is 2:21 cepa selecta, toda entera de simiente legítima.  Por eso se identifica por completo con ella. Es una Imagen de mucho cariño, de relación estrecha, todo requiebros, todo piropos,  si la regaña es para volver al a