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Mostrando las entradas de junio, 2014

Fiesta del Corpus Christi

Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1  Cor 10,16-17;   Juan 6,51-58 "Vivir en Dios y para Dios". Innumerables veces hemos repetido, durante el tiempo pascual, esta frase con la que Pablo quiere expresar el significado de la resurrección de Jesús. Se trata de una “exaltación”, una “elevación” a un nivel distinto de la vida humana, al más profundo, el de la vida plena. Y nosotros, con Cristo, dice el mismo Apóstol, hemos muerto con él, hemos resucitado con él, hemos sido elevados con él. Desde esa perspectiva podemos leer todo el evangelio de Juan al que pertenece la 3ª lectura de hoy, como una gran invitación a renacer a esa nueva conciencia de lo que somos como seres humanos . Para entrar en el Reino, —como Jesús trató de ayudar a Nicodemo para que comprendiera—, hay que renacer,  pasando de nuestra limitada conciencia individual, en que habitualmente nos encontramos atrapados, a ese otro nivel más perfecto de conciencia en que nos descubrimos inmersos en la vida misma de Dio

Domingo de la Stma. Trinidad

Lect.:  Ex 34,4b-6.8-9; II Cor 13,11-13; Jn 3,16-18 Comenta un hermano dominico, en su predicación de hoy, que más que decir que este domingo es "una fiesta dedicada a Dios, es más bien una fecha  para celebrar que Dios es una fiesta todos los días , lo cual es algo muy distinto.  La fiesta es siempre alegría, relación, vida, amor . "El  creyente , añade este hermano, es  aquel que se ha sentido invitado a esa fiesta y está dispuesto a participar en ella .”. Pienso que esta es una hermosa manera de invitarnos a revisar la forma como nos representamos a Dios, a repensar las creencias que hemos construido en las religiones, en las iglesias, para referirnos  a la divinidad, a lo sagrado, a lo santo que está en nosotros, en la vida, en la creación . Invitación a darnos cuenta de que a menudo caemos en la trampa de pensar que la fe en Dios es la aceptación de una doctrina de la Trinidad, de un credo, largo o corto, o de otras explicaciones teológicas,  en vez de descubrir q

Fiesta de pentecostés.

Lect.: Hech. 2: 1 - 11; : I Corintios 12,3b-7.12-13;  Juan 20,19-23 Lo que llamamos "fiesta de Pentecostés" no debemos pensarlo como la conmemoración de un hecho particular, de un evento histórico que sucedió en algún momento de la vida de las primeras comunidades. Algo así como cuando conmemoramos la fecha de la Independencia nacional, o el aniversario de la Batalla de Santa Rosa, o la firma de la Declaración de los Derechos humanos, u otras muchas efemérides. Lo que estamos reflexionando y celebrando en este domingo no es un hecho pasado, sino la realidad presente de la vida de cada uno de nosotros , tal como la descubrimos a la luz de la Buena Noticia del Reino.  Esa realidad extraordinaria es la de nuestra completa inserción o inmersión en Dios , la realidad de que todo el aliento que nos permite vivir, actuar, trabajar, relacionarnos, amar e incluso morir, es el mismo aliento de Dios , el Espíritu divino que nos da la existencia permanentemente, al punto que nos

7º domingo de Pascua, la Ascensión

Lect: Hechos 1,1-11; Efesios 1,17-23;   Mateo 28,16-20 El esfuerzo de comprensión del acontecimiento de la Pascua y el esfuerzo  pedagógico de algunas de las primeras comunidades cristianas por transmitir el contenido de ese acontecimiento llevó a esas mismas comunidades a separar lo que fue un solo acontecimiento como tres momentos, resurrección, ascensión y envío del Espíritu Santo . Con el mismo ánimo pedagógico las celebraciones litúrgicas continuaron  dedicando tres fechas distintas sucesivas, para celebrar la Resurrección, la Ascensión y el Envío del Espíritu Santo. Nuestro entendimiento humano siempre necesita apoyos para entrar en realidades espirituales que nos trascienden . San Pablo, en varias de sus cartas ––—que son los escritos más antiguos del NT, anteriores a los evangelios—, nos ayuda a entender que se trata de tres dimensiones de un solo acontecimiento. Para Pablo lo que nos dice el mensaje es que Dios levantó a Jesús de la muerte, y lo exaltó a Jesús a su