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Mostrando las entradas de mayo, 2007

Domingo de la Ascensión

Fiesta de la Ascensión, mayo 20, 2007 Lect.: Hech 1: 1 – 11; Ef 1: 17 – 23; Lc 24: 46 – 53 1. Un hecho que se repite en los evangelios es la incapacidad de los discípulos para entender lo que Jesús dice. O, quizás peor, su inclinación a interpretar las palabras y acontecimientos según formas de pensar de la época, que no coincidían con la nueva visión que Jesús estaba tratando de compartirles. Este fallo de los discípulos se repite en las lecturas de hoy. Jesús les da pruebas de que está vivo, les habla de que van a ser revestidos de una fuerza de lo alto, y ellos se quedan en la interpretación política judía del mensaje. Solo se les ocurre preguntar si ahora va a ser restaurado el reino de Israel. 2. No es raro que eso suceda. Como todos los grandes maestros espirituales Jesús comunica un mensaje sobre la riqueza y profundidad de la vida humana y de la creación que tenemos que ir captando poco a poco, conforme a los instrumentos de conocimiento con que contamos en cada lugar y en cad

6o domingo de Pascua

6º domingo de Pascua, mayo 13, 2007 Lect.: Hech 2: 1 –2. 22 – 29; Apoc 21: 10 – 14. 22 – 23; Jn 14: 23 – 29 1. A la distancia temporal que nos encontramos de las primeras comunidades cristianas es difícil darse cuenta de la crisis que se debió haber provocado a aquella comunidad de Jerusalén cuando se ve interpelada por los primeros no judíos que vienen al seguimiento de Jesús (aquí incluir descripción de la situación de aquellos primeros cristianos, todavía judíos) . Pero, en realidad, es una crisis que se repite a lo largo de la historia cuando se trata de entender y vivir las palabras del evangelio en culturas distintas, en épocas totalmente nuevas y diferentes. Es la misma crisis que vivimos nosotros, y las que tendrán incluso algunos obispos reunidos hoy en Aparecida. 2. Las tentaciones para librarse de esta crisis son varias: una, quedar atrapados en la nostalgia del recuerdo de Jesús y desear haber sido de aquellos primeros discípulos cercanos. Al ser esto imposible, repetir

4o domingo de Pascua

4 º domingo de pascua, 29 abril 2007 Lect.: Hech 13: 14. 43 – 52; Apoc 7: 9. 14b – 17; Jn 10: 27 – 30 1. Celebrar cada año la pascua, como fiesta de la resurrección de Jesús pudiera interpretarse de manera muy simplista. Pudiera verse como una proclamación reiterada escrita para fortalecer nuestros ánimos. Algo así como decir: no se preocupen por todo lo que sufren, incluso tampoco por la muerte, porque al final, como Jesús, resucitarán. Esta interpretación pareciera respaldarse por esta promesa de Jesús que hoy sale en el texto evangélico, a mis ovejas les doy la vida eterna. Y antes en la 1ª lectura habla de los que rechazan y los que se interesan en la vida eterna. Si leemos así el evangelio, estaríamos planteándonos enseguida preguntas tales como: ¿hay vida después de la muerte? ¿puede vivir el ser humano para siempre? ¿cómo era el universo antes de la vida y Dios antes del universo? Este tipo de preguntas son más bien filosóficas y pueden ser válidas y corresponder a preocupacio

5o domingo de Pascua

5º domingo de Pascua, mayo 6, 2007 Lect.: Hech 14: 20b – 26; Apoc 21: 1 – 5 a; 13: 31 – 33 a 1. Es muy normal, entre nosotros gente religiosa, enfrentarnos al sufrimiento de cada día, a las experiencias de enfermedad, o de problemas laborales, económicos y otros, viéndolas como el lado oscuro de la vida, como limitaciones inevitables de este mundo que, afortunadamente, si nos portamos bien, llegaremos a superar en la otra vida donde, además, se nos recompensará por todo lo que hayamos padecido. Con esa misma mentalidad, podríamos esperar que en estas semanas de pascua, en la liturgia se nos leyeran solo textos que, en nuestro lenguaje ordinario, pudiéramos llamar “luminosos”, optimistas. Si ya Cristo resucitó, para qué pensar en su pasión y su muerte, dejemos eso atrás, porque todo ese sufrimiento lo ha compensado el triunfo de Jesús sobre la muerte. Ya Jesús está vivo y glorioso por encima de las vicisitudes de este mundo. Sin embargo, el evangelio nos propone otra manera de ver la vi

3er domingo Pascua 2007

3er domingo de Pascua, 22 abril 2007 Lect.: Hech 5: 27 b – 32. 40 b – 41; Apoc 5: 11 – 14; Jn 21: 1 –19 1. A menudo pienso que uno de los daños que se hace a los líderes de la Iglesia es idealizarlos. Y, a la larga, es un daño que nos hacemos a nosotros mismos, a nuestra perspectiva de vida como cristianos. Idealizar al Papa, a tal o cual Obispo, a tal o cual sacerdote, como si fueran seres fuera de este mundo, como si fueran santos solo por el cargo que ocupan, como si fueran o tuvieran que ser impecables, más cercanos a Dios que nadie, no solo no es real, sino que además no ayuda mucho a nuestra vida espiritual. No es realista porque Papa, obispo y sacerdotes, seguimos siendo tan humanos como cualquier otro. Intentar vivir como si esto no fuera así, construirles imagen publicitaria idealizada solo conduce a la posibilidad de escándalo, de tropiezo, cuando en cualquier momento se les descubre algún fallo humano más o menos serio. Y esto daña nuestra vida espiritual y la posibilidad de