Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2018

15º domingo t.o. Una nueva forma de relacionarnos

Lect.: Amós 7:12-15; Efesios 1:3-14; Marcos 6:7-13 Lo hemos visto y reflexionado muchas veces: lo que Jesús de Nazaret tuvo  como centro de su vida y misión, fue la proclamación de una renovada forma de convivir  y  de relacionarnos los seres humanos, a la que él llamaba el   reino o reinado de Dios y que él anunciaba que ya estaba en medio de nosotros. A diferencia de lo que muchas veces se difunde incluso en nuestros medios católicos y cristianos, eso quiere decir que lo central para Jesús no era     la presentación de una doctrina filosófica o teológica que diera lugar a una escuela de seguidores, estudiosos, académicos. Y tampoco apuntaba Jesús a fundar una institución u organización a la que invitara a formar parte y para lo cual se requiriera un complejo procedimiento administrativo. En fin, aunque a algunos pueda sonar un tanto raro, tampoco buscaba fundar una nueva religión, que compitiera con la judía y con otras tradiciones. Por decirlo de una manera simplificada y b

14º domingo del t.o.: "¿No es este el carpintero?"

Lect.:  Ezequiel 2:2-5; II Corintios 12:7-10; Marcos 6:1-6 Uno no espera que de un relato sobre un momento tan casual como lo es la visita de Jesús a su pueblo de origen, puedan surgir temas tan de interés para nuestra práctica cristiana contemporánea. Pero así es, porque de la lectura del texto surgen dos interrogantes de relevancia para nuestra manera de entender a Jesús de Nazaret. El primero,  ¿Tuvo Jesús más hermanos y hermanas? Y el segundo,   ¿fue Jesús un simple obrero de la construcción, al nivel de la gran mayoría de los pobres de su pueblo? Ambos interrogantes suelen preocupar, por diferente razón, a     mucha gente en nuestra Iglesia y en otras iglesias cristianas. El primero, sobre la familia de Jesús, porque pareciera que la afirmación de Marcos contradice lo que se nos ha enseñado desde siempre sobre la madre de Jesús. Y la segunda, por razones más profundas. En todo caso, se trata de     preguntas que deben dar lugar, no a respuestas automáticas, tipo catecismo

13º domingo t.o.: las curaciones, protesta de Jesús contra el deterioro humano

Lect.: Sabiduría 1:13-15; 2:23-24; Salmo 30:2, 4-6, 11-13; Salmo 30:2, 4-6, 11-13; Marcos 5:21-43 Todos, casi sin excepción probablemente, hemos tenido la experiencia de estar enfermos.   Si la cosa va más allá de un resfrío, si requerimos medicamentos y chequeo médico, en el EBAIS o en la Clínica, sabemos lo mal que se pasa. En especial quienes somos menos valientes para esos eventos. No es solo el tema del dolor y del malestar, es el haber tenido que interrumpir nuestras actividades cotidianas, es también el romper en alguna medida la red de relaciones, con los amigos, con el trabajo e incluso las relaciones familiares. Si, por añadidura tenemos que hospitalizarnos, la cosa se pone color de hormiga. Aunque estemos en una sala con otros cinco pacientes, estamos en realidad aislados, separados. Incluso estando bien cuidados por enfermeras, auxiliares y médicos, como sucede en los hospitales del Seguro Social, no es raro que nos sintamos inútiles, desanimados, y con ganas enormes