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Mostrando las entradas de agosto, 2017

21º domingo t.o.: Dos preguntas interconectadas: Quién es Jesús para mí; quién pienso que soy yo

Lect.: Isaías 22:19-23; Romanos 11:33-36; Mateo 16:13-20 Una pregunta como esta que hoy nos hace Jesús, es evidente que no la formula porque él tenga dudas acerca de sí mismo, o porque padezca una crisis de identidad. La pregunta va dirigida, más bien, a cada uno de sus discípulos, a cada uno de nosotros, para que nos auto examinemos . Directamente, para que tomemos conciencia de lo que significa Jesús para cada uno . Y, detrás de eso, para que tomemos conciencia de nuestra propia identidad: según lo que yo crea que es Jesús,   se manifiesta lo que creo quién soy yo, qué es lo que ando buscando en esta vida y, en relación con eso, qué es lo que ando buscando en Jesús de Nazaret. El interrogante sobre Jesús es de tal trascendencia para un cristiano que no es de extrañar que revele cosas importantes de nuestra propia identidad. Quién es Jesús para mí, me da a conocer bastante de lo que soy. Una cosa está implícita en la otra. Por supuesto ue, para que así sea, no son pregunt

20º domingo t.o.: Una fe que no es monopolio de religiones

Lect.: Isaías 56:1, 6-7; Romanos 11:13-15, 29-32; Mateo 15:21-28 A lo mejor muchos de los que oyeron esta reflexión y quienes la están leyendo ahora, andan muy bien de conocimientos de geografía pero, por si acaso   a algunos nos hace falta el repaso, empecemos recordando dónde quedaban Tiro y Sidón y preguntémonos si era posible que Jesús se hubiera desplazado a esos lugares, como parece sugerirlo Mateo.   El país de Tiro y Sidón, al que se refiere el este texto evangélico sirio, de Mateo, era la antigua Fenicia y es el actual Líbano. Las dos ciudades que llevan los nombres mencionados, quedaban en la costa mediterránea, hacia el sur de la actual Beirut, en dirección a Israel. Todavía existen en el mapa libanés. El evangelista no quiere decir que Jesús llegara tan lejos de la Tierra Santa. Lo que le importa es hacer ver que el Maestro estaba entrando en territorio de paganos, probablemente en alguna aldea limítrofe entre Fenicia e Israel donde coexistían judíos y no judíos y a

La fe: 24 hrs de dudas y un minuto de esperanza

19º domingo t.o. Lect.: I Reyes 19:9, 11-13; Romanos 9:1-5; Mateo 14:22-33 Cada domingo, en la Eucaristía, después de que decimos juntos el Padrenuestro, y de que hemos pedido al Padre que nos libre de todo mal, habrán notado que yo pido luego que nos libre “ de todo miedo y toda cobardía ”. Son tantos los peligros y riesgos que enfrentamos en la vida contemporánea que la mayoría de nosotros, por no decir la totalidad, vivimos con miedos y cobardías, entre pecho y espalda, aunque tratamos de ocultarlos, para no “darnos el color”, sobre todo los varones. Son miedos y cobardías que van desde los más superficiales —como el miedo a un accidente, a un asalto, o a perder la   buena imagen, a ser víctima de un chisme…—, hasta los más profundos , —como el miedo a la culpa que cargamos por errores del pasado; al fracaso, laboral, de estudios o de vida de pareja; a no dar la   talla en un puesto o en un encargo que nos han hecho; aa que perdamos el control de los peores instintos y ha

Fiesta de la Transfiguración… de la transparencia de lo que ya somos

Lect.: Daniel 7:9-10, 13-14; II Pedro 1:16-19; Mateo 17:1-9 Hemos estado escuchando en domingos anteriores, parábolas transmitidas por Mateo, en particular en su capítulo 13.. Con la parábola del sembrador , hace unas semanas, Mateo nos hablaba de la universalidad de la presencia de Dios, en todo tipo de terrenos, representando todo tipo de personas, de culturas, de situaciones, sin discriminación ninguna . Luego, con la parábola del trigo y la cizaña , el siguiente domingo, se nos representaba la habitual situación de ambigüedad en que vivimos y que nos causa incertidumbre a la hora de tomar decisiones. No es fácil discernir lo correcto según el evangelio, de lo que no lo es, porque en lo exterior y apariencia muchos comportamientos y, sobre todo, discursos, se parecen y se confunden. De ahí que en otra parábola, ya hace ocho días, el evangelista consideraba que, al modo de Salomón, el cristiano aspira a tener la sabiduría que le permite descubrir que el tesoro y la perla, es