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Mostrando las entradas de abril, 2020

3er domingo de Pascua: en el camino y en el compartir el pan

Lect.: Hch  2: 14. 22-33; 1  Pe  1, 17-21; Lc 24, 13-35 Una amiga muy piadosa me decía hace poco que, aunque le gustaban todos los textos que leía de los relatos pascuales, el que más la cautivaba era el de los discípulos de Emaús. No cabe duda de que Lucas se lució en este relato, con su cierto dramatismo, con la forma como lo construyó y va haciendo crecer el interés. Pero también con los contenidos teológicos condensados en el relato. Desarrolla éste en cuatro momentos: 1º el encuentro de Jesús con los dos discípulos, sin que estos lo reconozcan. 2º La conversación por el camino , donde la breve catequesis apunta a liberarlos de la tristeza y la frustración, para abrirles el corazón a la fe y la esperanza. 3º el momento de la cena, que es cuando se les abren los ojos y lo reconocen en el partir del pan. y 4º el regreso a Jerusalén a compartir la experiencia con la comunidad de los apóstoles. Aparte del tono íntimo, familiar, que cautiva y que ha dado lugar a que incluso en

2º domingo de Pascua: el Espíritu para una comunidad nueva

Lect.: Hch  2, 42-47; 1 Pe 1, 3-9 ; Jn  20, 19-31 Pueden verse los textos originales en http://textosparalaliturgia.blogspot.com/2017/04/leccionario-i-domingo-ii-de-pascua-o-de.html En la reflexión del domingo pasado, terminamos con este párrafo, “ El apasionamiento de Jesús por el Reino de Dios, con el consiguiente enfrentamiento personal y político contra toda forma del reino de injusticia y opresión, continúa y se reproduce en nuevas generaciones, aun y a veces especialmente, fuera de formas institucionales eclesiásticas.  Por eso, la historia de la pasión de Jesús por la justicia y la solidaridad y la construcción de una convivencia humana de hermanos iguales, no ha terminado. Su Espíritu la continúa en nosotros”.  Este enunciado se transparenta detrás de los relatos  posteriores al Domingo de Resurrección. Ahora es la comunidad la que ocupa el lugar protagónico. Cuando, en el relato de este domingo, Jesús sopla sobre el grupo de discípulos reunidos, el evangelista está

Domingo de Pascua: La reivindicación de Jesús

Lect. de la misa del día:  Hechos  10, 34a. 37-43;  1 Cor  5, 6b-8;  Jn  20, 1-9 ¿  1. Cómo termina la historia de ese “apasionamiento por el Reino de justicia y fraternidad” que alentó toda la vida de Jesús? ¿Concluyó con esa otra pasión o padecimiento que lo lleva a la muerte en la cruz? Para los seguidores inmediatos de Jesús esta fue la terrible impresión que los embargó. Por mucha ilusión y esperanza que les hubiera despertado la persona del Nazareno, sus enseñanzas y su predicación radical contra la dominación injusta, imperial y local, ver a su Maestro sufrir el castigo de pena capital aplicada a rebeldes contra el Imperio era suficiente razón para pensar que todo había terminado. Esconderse por unos días, para no ser asociado con el crucificado, y luego huir clandestinamente y de manera dispersa a Galilea dejando la Jerusalén que continuaba matando a sus profetas, eran las reacciones normales. 2.     Centenares de páginas de estudios se han escrito sobre lo que pasó a co

Sábado Santo: el martirio de los justos

no hay lecturas propias del día 1.       Para el sábado santo no encontramos lecturas de la liturgia eucarística porque, sencillamente, ésta no se celebra. (La misa de la Vigilia pascual, ya es la del día de la Pascua). Pero, además, no se incluye en los evangelios, ningún relato que se ubique en ese día. Después de la muerte y entierro de Jesús, las narraciones de los evangelistas se retoman “el primer día de la semana”, el domingo. Por eso llama la atención y vale la pena comentarla, esa referencia incluida en el Credo a continuación de la crucifixión, muerte y sepultura, cuando dice esa extraña frase “ Descendió a los infiernos ”. ¿ Será que , se puede preguntar alguno,  este sábado es el momento en que Jesús bajó a “los infiernos ”? En más de una ocasión, en esas consultas “express” de personas que se acercan a la sacristía tras terminar la celebración, ha surgido la pregunta, “ Padre, ¿qué es eso de que Jesús bajó a los infiernos, como dice el Credo ?” Uno puede contestarla

Viernes Santo: una pasión por la vida vivida hasta la muerte.

Lect.: Is  52, 13—53, 12; Heb  4, 14-16; 5, 7-9; Jn  18, 1—19, 42 (también resulta ilumnador leer el Relato de la pasión de Marcos, caps. 14 y 15. Este día de Viernes Santo, en el calendario cristiano se considera un día grande, —grande y terrible—, entre los días sagrados por conmemorar la muerte de Jesús de Nazaret.   No sé cuántos de quienes leen esta reflexión, formados en la tradición católica,   pueden decir que en su infancia no les enseñaron que “J esús murió por nuestros pecado s”.   Porque, en la casa o en la catequesis, esto ha sido transmitido así de manera generalizada, como parte esencial de nuestra fe. Luego, un poco más creciditos, probablemente se nos explicó que esta muerte fue “ necesaria para la redención de toda la humanidad” . Que Dios Padre entregó a su hijo a la muerte, para poder “ pagar por nuestras culpas ” ya que solo así se podía “cancelar la deuda de ofensas infinitas”.   Que Jesús tomó nuestro lugar, por eso, para cargar con nuestros pecados. Sin e

Jueves Santo: hacer esto, ¿en memoria de qué y de quién?

Lect.  Éx  12, 1-8. 11-14; 1  Cor  11, 23-26;  Jn  13, 1 -15 leer también la versión del evangelio de Marcos  14: 17 - 25  1.     El apasionamiento de Jesús por construir el Reino de Dios, que marcó su existencia, lo expresa, poco antes de su muerte, con esa  gran parábola de su vida sintetizada en la Última Cena .  Los evangelistas hablan a menudo de las comidas en las que participaba Jesús. Estas comidas son presentadas como distintivas de la vida pública de Jesús. Varios grupos lo criticaban mucho,por supuesto, porque compartía con “pecadores”, con indeseables, socialmente hablando, en una sociedad , marcada por división profunda de clases sociales, en la que era muy significativo ver con quién se sentaba uno a la mesa. Por eso sus comidas eran signos muy explícitos de carácter religioso, eran anuncio del Reino de Dios, que contenían también una significación política, proclamaban una sociedad diferente de la que vivían entonces. Proclamaba la inclusión de todos y todas, y

Domingo de Ramos: Una pasión de toda la vida

Lect.:  en la procesión:  Mt  21, 1-11 en la misa:  Is  50, 4-7;  Flp  2,6-11;  Mt  26, 14— 27,66 1.     Esta semana que hoy empezamos con la celebración del “Domingo de Ramos” (ver Nota), se dice siempre que conmemora “ la Pasión y muerte de Jesús ” y que, por eso, tenemos que vivirla en recogimiento y reverencia. Pero, como nos lo recuerdan varios comentaristas, la palabra “ pasión ” puede significar, en nuestro idioma, dos cosas: “ padecimiento, sufrimiento ”, que es lo que mucha gente religiosa piensa en primer lugar, al hablar de Jesús. Pero también significa, “ apasionamiento ”, ese sentimiento vehemente que nos invade y es capaz de dominar nuestros pensamientos y acciones.  En este sentido, de manera más completa y correcta, podemos entender la “pasión de Jesús”.   Aquello que lo apasionó toda su vida, que hacia latir su corazón, que le empujó al servicio a los pobres, a los excluidos y necesitados, que le atrajo un puñado de seguidores en las aldeas campesinas de la