Lect.: Baruc 5: 1 – 9; Flp 1: 4 – 6. 8-11; Lc 3: 1 – 6 A veces rutinizamos de tal manera nuestro cristianismo que más que hacerlo vida y seguimiento de una persona histórica, lo fabricamos en torno a ideas o doctrinas sobre Dios, creencias varias y sobre el propio Jesús. Olvidamos , entre otras cosas, que en nuestra confesión de fe se afirma con rotundidad que Jesús es un ser humano pleno . No es un extraterrestre que cae del cielo en paracaídas. Y como todo ser humano es fruto de un contexto, de su mundo, de sus relaciones. Es el contexto el que reta a Jesús y en el que se implica. Y al responder a esos retos cotidianos él va “creciendo en estatura, gracia y sabiduría delante de Dios y de los hombres”, como dice san Lucas (2:52). De ese contexto aprende muchas cosas y muchas otras cosas y personas lo influyen, entre ellas, también el Bautista y su grupo, al que sigue y con quienes se incorpora durante un tiempo. Luego lo supera y cambia incluso el énfasis...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.