Ir al contenido principal

6º domingo de Pascua


Lect.: Hechos 10,25-26.34-35.44-48, I Juan 4,7-10, Juan 15,9-17

1.     Seguimos reflexionando sobre esa realidad que llamamos “resurrección” o “vida nueva” manifestada en Jesús. Hoy Juan pasa de utilizar comparaciones agrícolas —como la vid y los sarmientos— a entrar en directo diciéndonos cómo se entiende el ser humano en una visión evangélica. El cuadro que surge es impactante cuando tratamos de entenderlo en la perspectiva de aquella comunidad. Cierto, es una “llamada al amor” como algo clave para el evangelio. Pero quedarse ahí no tiene tanta novedad ni aclara el énfasis de Jesús. Incluso es insuficiente, aunque importante, verlo como ”, la enseñanza del  “mandamiento único”. Se trata de descubrir algo más: que ese “amor” del que está hablando es la expresión de lo que somos en profundidad. “Permanecer en Dios”, como Jesús permaneció en su Padre y nosotros permanecemos en Él, hace referencia a la comprensión del ser humano, de cada uno de nosotros, enraizado, fundamentado. Inmerso en lo que llamamos Dios, que es autodonación, creación de vida, entrega desinteresada y gratuita. En eso consiste nuestro ser más auténtico y por eso se manifiesta también en la práctica del amor, del servicio, en el fortalecimiento de la vida en todas sus formas.
2.     Debería llamarnos poderosamente la atención, y darnos pista para adentrarnos en el sentido de este texto, el hecho de que Jn no ponga a Jesús invitando a amar a Dios ni a amarle a él. Lo que nos pide es que amemos como Dios ama, así como lo hizo Jesús hasta su entrega final. Y puede invitarnos a ello, porque “amar”, entonces, en este sentido evangélico, no es más que expresar en todo lo que cada uno de nosotros es. Lo que parece una pretensión arrogante —amar como Dios ama— se comprende al ver que es Dios mismo el que ama desde cada uno de nosotros. No hay que hacer esfuerzos por imitarlo. Más bien, quitar obstáculos para que él realice en cada uno de nosotros lo que él es.
3.     Esta visión de nosotros mismos se refiere a todos los seres humanos, hombres y mujeres. Como dice Pedro en la 1ª lectura, “Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea." Y el apóstol reconoce que son también de diversos orígenes y culturas los  “que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros”. Por eso no es un privilegio en exclusividad, ni para los judíos, ni para la comunidad de los seguidores de Jesús. Pero sí queda una misión propia para estos y es lo que da sentido todavía hoy a que subsista una iglesia. Es la tarea de apoyar todo esfuerzo por defender y construir la vida, frente a la violencia y la injusticia, frente a todo intento de someter a los demás a nuestros intereses, —o somos siervos sino amigos. Esta práctica es la traducción fuerte de lo que es el amor. Esto es lo que nos hace más humanos. Y es lo que nos permite que en cada uno la alegría, la felicidad, llegue a plenitud.Ω

Comentarios

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care