Lect.: Éxodo 16,2-4.12-15; Efesios 4,17.20-24; Jn6,24-35
- Sería normal, a mi parecer, toparse hoy día, con un “distanciamiento intergeneracional”, entre jóvenes y mayores en materia religiosa. Tengo que admitir que hablo intuitivamente y por observación cotidiana. No he estudiado el tema e incluso ignoro si existen buenos estudios del comportamiento, visión y prácticas religiosas en las que actualmente han sido denominadas como generación “millenials”, Z, X, Alfa… Y si predicadores, consejeros y maestros de religión han diseñado estrategias pedagógicas diferenciadas para responder a las diversas demandas de esos sectores de jóvenes. (Ver Nota).
- El tema se me vino a la cabeza —y al corazón— luego de que comentamos, al preparar esta predicación de hoy, cómo, ya en la misma gente que seguía a Jesús existían motivaciones muy diversas para hacerlo. El evangelista Juan describe una reacción áspera de Jesús, cuando les dice a los que le seguían desde el otro lado del lago, que les asegura que le buscan por el milagro de la distribución de los panes, porque habían podido comer “hasta hartarse”. Pero, enseguida, tras constatar esta actitud interesada, e invitarles Jesús a que trabajen más bien por la comida que da la vida eterna, al menos un grupo de la multitud cambia de actitud y le preguntan qué deben hacer para que sus obras sean las obras de Dios.
- Este episodio nos hace ver que para el Evangelio, para la Buena Nueva, seguir a Jesús o no seguirlo, y más en el fondo, ser creyente en Dios o ser ateo no es el problema fundamental en el plano religioso. Lo que sí lo es es por qué razón se sigue a Jesús, y qué significa para la persona “creer en Dios.” De nuevo, es el propio Papa Francisco quien en el rezo del Ángelus de este día quiere que nos preguntemos: ¿Buscamos a Dios para nuestro propio provecho, para resolver los problemas, para tener gracias a Él lo que no podemos conseguir por nosotros mismos, por interés? Si es así – dice el Papa – la fe se queda en lo superficial y en lo milagroso.”
- Aquí quedan trazadas líneas muy claras para identificar la dirección hacia la que los cristianos debemos apuntar si nos comprometemos en la reconstrucción de lo social en el espíritu del reino de Dios. Mencionemos tan solo tres que considero personalmente importantes, —en domingos próximos el comentario continuado a este capítulo 6 de Juan nos brindará la oportunidad de tratar otros temas complementarios.
- Una primera línea nos habla de superar una práctica religiosa interesada, no solo a nivel personal, sino también colectivo e institucional. Pienso, por ejemplo, que un seguimiento desinteresado de la Buena Nueva no puede buscar un posicionamiento de privilegio de la Iglesia, dentro del ordenamiento político del Estado, como la categoría de “religión oficial” o, relacionado con ésta, el encargo de la enseñanza de la religión oficial en la educación pública.
- Una segunda línea la dicta el énfasis en alimentarse del Hijo del hombre”, es decir en el modo de actuar, de relacionarse, de vivir Jesús, que es lo que nos permite compartir la vida del Eterno. Esto nos conduce a valorar nuestra condición humana y a descubrir en ella, como en Jesús, el “sello de Dios”, la marca de la divinidad. Este enfoque da un giro de 360 grados a actitudes supuestamente religiosas que pretenden acercarse a Dios sobre la base del desprecio o descuido de lo humano.
- Y la tercera y última por hoy, se desprende la anterior. En referencia al diálogo intergeneracional ya mencionado, nos orienta a buscar convergencias en valores que construyan lo humano en realidades de comunión, de solidaridad, en las relaciones interpersonales que es en donde se revela la presencia de Dios y no en especulaciones teóricas. “La interpelación de Dios es Jesús mismo, la Palabra hecha «carne » (1,14). Es la Palabra cuyo significado es el Espíritu, que en ella se comunica. Se dirige no sólo a la inteligencia, sino al ser humano entero.”(Nota 2)Ω
Nota 1: Puede verse el siguiente Estudio Proyecto de Investigación que acaban de referirme “RETOS DE LA CONVIVENCIA EN FAMILIAS INTERRELIGIOSAS O INTERCONVICCIONALES
(2018-2021)
Investigadores: Dra. Laura Fuentes Belgrave; MSc. Marco Antonio Quesada Chaves; Dr. Juan Manuel Fajardo Andrade; Asistente de investigación: Arantxa León Carvajal
Nota 2: EL EVANGELIO DE JUAN . ANÁLISIS LINGÜÍSTICO Y COMENTARIO EXEGETICO POR JUAN MATEOS y JUAN BARRETO, p. 323.
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