Lect.: Is 53, 10-11; Heb 4, 14-16; Mc 10, 35-45
- Marcos, en su relato está claro del simbolismo que tiene el acercarse a Jerusalén. Pero, además, los tres anuncios que hace Jesús de su Pasión, conforme avanzan en el camino, no dejan lugar a dudas sobre el drama que se avecina. Lo expresa la observación del evangelista en un versículo anterior al texto de hoy (32): Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Todo este contexto hace resaltar, por contraste, el comportamiento de los Doce, no solo de los hijos del Zebedeo, enredados en discusiones que reflejan sus expectativas y su ambición por el poder. Al leer este episodio una vez más nos preguntamos nosotros, —¿Cómo es posible?, que ante la inminencia de la muerte de su Maestro, a los discípulos más cercanos solo les interese su futuro personal en lo que todavía esperaban como un reino mesiánico sobre la tierra?
- La respuesta de Jesús es tajante y esclarecedora. Por eso llama la atención que cuando Marcos escribe este evangelio lo más probable es que ya haya pasado mucho tiempo desde la escena original y por eso esté recurriendo a un recuerdo para referirse a un problema que vuelve a surgir posteriormente en la comunidad. Es un detalle significativo de que la tentación del poder, la ambición por ocupar puestos, a pesar de las categóricas advertencias de Jesús, resurgían años después en la comunidades cristianas.
- El mensaje de Marcos que, en realidad transmiten también los otros evangelistas, adquiere una actualidad tremenda en muchos momentos a lo largo de la historia de la Iglesia en que la tentación del poder vuelve una y otra vez a resurgir opacando en la Iglesia el espíritu del Evangelio y distorsionando el sentido de las estructuras eclesiásticas así como el del ejercicio de los ministerios.
- ¿Y qué decir de nuestra época? Como nos advierte el Papa, “no podemos escondernos: la misma Iglesia debe afrontar la falta de fe y la corrupción también dentro de ella.” La Iglesia entera está llamada a confrontarse con el peso de una cultura impregnada de clericalismo, heredada de su historia, y de formas de ejercicio de la autoridad en las que se insertan los diversos tipos de abuso (de poder, económicos, de conciencia, sexuales). Es impensable «una conversión del accionar eclesial sin la participación activa de todos los integrantes del Pueblo de Dios».
- Es contrastando con este telón de fondo de infidelidades humanas que destaca el llamado que está haciendo especialmente en el momento actual, el Papa Francisco al convocar a toda la Iglesia —no solo al clero y obispos— a caminar juntos (es lo que significa “en Sínodo”) para anunciar el Evangelio, en un proceso participado e inclusivo, que ofrezca a cada uno – en particular a cuantos por diversas razones se encuentran en situaciones marginales – la oportunidad de expresarse y de ser escuchados para contribuir en la construcción del Pueblo de Dios.” El inicio de este proceso se dio de manera solemne en Roma el pasado 9 - 10 de este mes de octubre, y hoy domingo 17 debe arrancar solemnemente en nuestra Iglesia particular de Costa Rica.
- Como lo dice el Documento preparatorio “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”:
- "En este contexto, la sinodalidad representa el camino principal para la Iglesia, llamada a renovarse bajo la acción del Espíritu y gracias a la escucha de la Palabra. La capacidad de imaginar un futuro diverso para la Iglesia y para las instituciones a la altura de la misión recibida depende en gran parte de la decisión de comenzar a poner en práctica procesos de escucha, de diálogo y de discernimiento comunitario, en los que todos y cada uno puedan participar y contribuir. Al mismo tiempo, la opción de “caminar juntos” es un signo profético para una familia humana que tiene necesidad de un proyecto compartido, capaz de conseguir el bien de todos. Una Iglesia capaz de comunión y de fraternidad, de participación y de subsidiariedad, en la fidelidad a lo que anuncia, podrá situarse al lado de los pobres y de los últimos y prestarles la propia voz.”
- Es un inmenso reto el que está planteando el Papa Francisco a toda la Iglesia. Es preciso que todos nos empapemos del espíritu y objetivos de este proceso, empezando por leer el Documento de consulta que sirve de instrumento para favorecer la primera fase de escucha y consultación de Pueblo de Dios en las Iglesias particulares (octubre de 2021 – abril de 2022). Lo haremos con la esperanza de contribuir a poner en movimiento las ideas, las energías y la creatividad de todas las personas que participarán en el itinerario.Ω
Ver el Documento preparatorio Oficina de prensa de la Santa Sede, “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
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