Ir al contenido principal

4º domingo de adviento: Quiénes son la madre y hermanos de Jesús

Lect.: I Samuel 7:1-5, 8-12, 14, 16; Romanos 16:25-27; Lucas 1:26-38



  1. Si el protagonista del texto evangélico el domingo pasado era el Bautista, hoy lo es María, la madre de Jesús. Y probablemente el rasgo que más la define está expresado en su frase, “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según su palabra”. Pero quedemos claros, al presentarse como “esclava del Señor” evoca no una actitud servil y de subestima sino la de la absoluta entrega a la vida de Dios que la habita y la realiza plenamente. Por eso Lucas, en este texto de hoy no se queda en el hecho biológico de la maternidad de María sino que, a partir de esta, se fija en el simbolismo espiritual profundo de esa maternidad, tal como lo pone en labios del propio Jesús, unos capítulos más adelante, cuando dice: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc 8, 19-21). Es por esta total disponibilidad de María para realizar en su vida el plan de Dios que Lucas la llama “la llena de gracia”, la que ha la que ha recibido todo el favor de Dios, y por lo que podemos verla, comola presenta el mismo evangelio, como un modelo al que ha de ajustarse la  condición del verdadero discípulo de Cristo”. (Lc 8,19-21; 11,27-28; Hech 1: 14). Esto queda expresado también en el pasaje en el que en una ocasión en la que Jesús enseñaba a las gentes, una mujer sencilla de pueblo, le grita un piropo diciendo, “—¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron!” Pero él repuso: ¡Dichosos, más bien, los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica!” no es el hecho biológico de la maternidad, sino vivir su simbolismo espiritual lo que hace de María y de cada uno de nosotros “llenos de gracia”.
  2. Si el domingo pasado el Bautista presentaba a Jesús como la luz, desconcertando a aquel auditorio judío, por considerar Juan que la luz de Dios brilla no en dogmas y doctrinas, sino en la vida de la persona humana, en especial en la de Jesús y en la de quienes viven el mismo compromiso de vida de Jesús, detrás de la figura de María en el pasaje de hoy y en los otros referidos a él que hemos citado, Lucas nos desconcierta también a nosotros, al definir nuestra identidad humana plena considerándonos a cada uno de nosotros como madre y hermanos de Jesús, en la medida en que en nuestra propia vida concebimos, damos a luz, la palabra de Dios y la ponemos en práctica.  Suena raro, pero puede decirse con el evangelio, que somos madre y hermanos del Verbo, de la Palabra de Dios, en la medida en que el Padre lo engendra en nuestra vida, cuando somos coherentes con la dinámica de su generosidad y misericordia. El Verbo se hace carne en nosotros, con nuestra disponibilidad como la de María, para hacer real en cada uno de nosotros, el objetivo divino de salvación, de liberación, de realización plenamente humana.
  3. Esta disponibilidad es la que puede cambiar nuestra sociedad, nuestro mundo. Es la luz que brillando en nuestra vida puede derrotar a las tinieblas de las ideologías políticas y económicas que, a menudo solapadas tras un lenguaje pseudo religioso, coartan la libertad humanaΩ.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care