Lect.: Is 60, 1-6 ; Ef 3, 2-3a. 5-6 ; Mt 2, 1-12
- De la fecha tradicional del 6 de enero, este año se ha adelantado a este domingo la celebración de la fiesta de Epifanía, conocida popularmente como de la adoración de los Tres Reyes Magos. La visita de estos tres personajes, sabios o astrólogos, de Oriente al recién nacido Jesús, es la última pincelada a ese cuadro de la Navidad que nos pinta el evangelista Mateo. Como sabemos, ese cuadro que es parte del llamado “evangelio de la Infancia de Jesús”, solo transmitido por Mateo y Lucas, con sus diferencias, no es, ni pretende ser una crónica histórica. No cabe ponerse a discutir si hubo una estrella, o si realmente llegaron unos Magos de Oriente, o si ocurrió una matanza de infantes. Se trata de relatos que pueden entenderse, más bien, como una introducción parabólica —es decir, en forma de relato semejante a las parábolas, en este caso, parábola sobre Jesús— que quiere anunciar, en síntesis, los que serán los temas centrales de todos los relatos de la vida de Jesús y los rasgos de su perfil que aparecen luego en el evangelio. Como lo dicen dos autores (Ver Nota), combinados en un solo relato de Navidad, los capítulos introductorios (1 y 2) de Mateo y de Lucas, nos proporcionan como un ”evangelio cristiano en miniatura”.
- Limitándonos a Mateo, por ser la lectura de hoy, vemos que en un contexto de progresivo distanciamiento de la Sinagoga judía, quiere que las primeras comunidades cristianas vayan comprendiendo que la Ley judía está siendo sustituida para ellos por una Nueva Ley, porque Jesús es el nuevo Moisés que la promulga, no ya desde el Sinaí, sino desde un nuevo monte. Y es una ley nueva, que supera en mucho la antigua. A mostrar ese paralelismo entre Jesús y Moisés apuntan, por ejemplo, entre otros rasgos, el paralelismo Herodes - Faraón, y la matanza de los bebés. Y la utilización de sueños —de José y de los Magos– y de referencias bíblicas, apuntan a mostrar que, desde el principio, en la vida de Jesús, es Dios quien está conduciéndolo.
- Como lo mostrarán los siguientes capítulos, se trata de una “ley” que apunta a la interioridad humana, no al cumplimiento legalista de preceptos, por lo que no se queda en condenar el asesinato, sino que busca excluir toda forma de violencia, y de cubrir con el amor, incluso a los enemigos. No se limita a rechazar el adulterio, sino a excluir el mirar con malos deseos a una mujer. En Mateo, no se valora la acumulación de las riquezas, sino que destaca la preferencia por los pobres, personificados en la navidad por los pastores que reciben la noticia del nacimiento… Es una “ley” que orienta hacia la plenitud de la vida humana.
- El preludio de esas enseñanzas hay que captarlo en la debilidad del recién nacido que muestra el carácter progresivo del crecimiento en gracia y sabiduría al que estamos invitados los discípulos de la Buena Nueva. Y la universalidad de los valores que se construyen con esa nueva “Ley”, queda representada en esos personajes, también simbólicos, externos al judaísmo, presentados como estudiosos de Oriente.
- Ha terminado la conmemoración de la Navidad, Mateo ha concluido su cuadro, su hermosa parábola, pero es importante guardar en nuestro corazón, no solo el sentimentalismo y nostalgia de estas fechas, sino sobre todo el llamado a repasar esas enseñanzas sintetizadas en las sencillas historietas y que anticipan los aspectos de nuestra vida que debemos profundizar durante el nuevo año que empezamos.Ω
Nota: Altamente recomendable la obra de John Dominic Crossan y Marcus J. Borg, "La primera Navidad.
Lo que los evangelios enseñan realmente acerca del nacimiento de Jesús". EVD, Pamplona, 2009. De ahí tomamos la interpretación de estos capítulos introductorios de los evangelios de Mateo y Lucas, como "oberturas parabólicas".
Comentarios
Publicar un comentario