Ir al contenido principal

5º domingo de Cuaresma

5º domingo de Cuaresma, 10 de abr. de 11
Lect.: Ezeq 37: 12 – 14; Rom 8: 8 – 11; Jn 11: 1 – 45


1. Innumerables veces, con ocasión de despedir a un ser querido en un funeral, hemos leído este texto de Juan. Y hemos recalcado ese punto central: Jesús no está hablando de la resurrección del “último día”, algo que sucederá después de que nos muramos, como lo pensaba Marta. Jesús está hablando de “algo” que nos puede suceder ya en vida y que nos transforma tan profundamente que sus efectos permanecen incluso a través de la muerte física. Este mensaje del texto de Juan, coincide con lo que afirma otro evangelio no canónico, no oficial, el de Felipe, cuando dice: “Los que afirman: «Primero hay que morir y (luego) resucitar», se engañan. Si uno no recibe primero la resurrección en vida, tampoco recibirá nada al morir”. (Evang. de Felipe 90).
2. No se trata de juegos de palabras, sino de aproximarse al mensaje evangélico sabiendo que no se puede leer así como así. Menos aún el evangelio de Juan que contiene toda una reflexión teológica, y no tanto el intento de narrar episodios históricos. Y para entender esa reflexión hay que tener en cuenta, sobre todo, que se mueve en dos niveles: un nivel narrativo, en el que toma relatos que recordaban de la vida de Jesús solo como punto de partida, para ilustrar el otro nivel que va más allá de los hechos materiales, que es más profundo y cualitativo, y al que los hechos apuntan simbólicamente. Quizás nos lo deje más claro la referencia a otro episodio. Cuando Jesús se encuentra con Nicodemo, y le dice que “hay que nacer de nuevo”, Nicodemo se enreda preguntándole “¿como uno de viejo puede volver a entrar al vientre materno?”. Es una confusión parecida a la de Marta y María que piensan que si Jesús hubiera estado ahí no habría muerto su hermano. O parecida a la que podemos tener si pensamos que Jesús, literalmente está interesado en sacar a Lázaro o a nosotros de la tumba, evitándonos la muerte física. No está hablando ni de nacimiento, ni de muerte en el sentido biológico. Y cuando Juan habla de “milagros” no olvidemos que está hablando de “signos” de otra realidad.
3. Como con Nicodemo, también con sus amigas de Betania, Jesús esta invitando a un nuevo nacimiento, a descubrir y a vivir un nivel de vida cualitativamente distinto del superficial en el que solemos movernos. En ese otro nivel es en el que descubrimos y construimos nuestro verdadero ser, nuestra verdadera identidad. Recordemos que el relato de Lázaro era, para los cristianos de los primeros siglos, uno de los pasos de la catequesis pre-bautismal (entonces se bautizaban de adultos) que preparaban a los candidatos para vivir la Pascua como la inauguración de una vida nueva por la que se había optado. No se trataba simplemente de un cambio moral, sino de abrirse a un desarrollo de las potencialidades de lo que realmente somos, es decir, de esa verdadera identidad humana transparentada en la transfiguración (1er domingo).
4. Para abrirse en la Pascua a esa manera distinta de ser humano, para superar esa forma de vivir que nos absorbe con la ambición de poder, de riquezas y de falsa imagen de sí mismo —como la dibujaba el episodio de las tentaciones (2º domingo), la catequesis pre-bautismal subrayaba la necesidad de dar esos pasos que también nosotros hemos recorrido este año. Primero, cuestionar críticamente ese mundo de aspiraciones y deseos que nos gobiernan, para pasar a aspirar por encima de todo al “agua viva” que de nuestros corazones salta a la vida de Dios (tercer domingo). Segundo, abrir nuestra capacidad de visión, más allá de las cegueras sociales, culturales, religiosas que nos impiden ver las cosas que de verdad valen la pena (4º domingo). Y hoy, (5º domingo), estar dispuestos a salir de esas “sombras de muerte” que nos mantienen dormidos, insensibles, amarrados, incapaces de caminar por nosotros mismos para ir al encuentro de la comunidad que nos rodea y que tiene sus necesidades y sus aportes a nuestra propia vida. Es un ejercicio incesante que nos dispone a lo que, en definitiva, es obra de la gracia de Dios: nuestro nuevo nacimiento prefigurado en la Pascua.Ω

Comentarios

  1. Excelente, muchas gracias por esta reflexión que cierra con broche de oro este tiempo de preparación a la pascua. Un abrazo. Anabelle

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care