Ir al contenido principal

23º domingo t.o.: "Effetá", que se abran los oídos y la boca

 Lect.: Isaías 35,4-7a; Santiago 2,1-5; Marcos 7,31-37



  1. Ya en autores del A. T., como los profetas, la sordera y la carencia del habla aparecían como problemas religiosos, no solo de salud, y como símbolos de un problema de comunicación con Dios. Ahora en este relato se aplica a la resistencia a escuchar, a entender y a transmitir el mensaje de Jesús. 
  2. Desde la perspectiva del encuentro con la Buena Noticia la figura del sordomudo representa a alguien encerrado en  sí mismo, un “enfermo de aislamiento”.  Si, como decíamos hace varios domingos, los milagros de Jesús revelan las posibilidades ocultas de la vida humana, este de la curación del sordomudo saca a la luz la capacidad de comunicación plena que todos tenemos y que puede estar bloqueada por una diversidad de factores, muchos de ellos de carácter social . En la comunidad de Marcos pareciera, entonces, que esta misma comunidad, esta iglesia en proceso, sus integrantes la empiezan a experimentar como un “espacio de comunicación”.  
  3. En la distribución de los panes se resaltaba el carácter de un compartir los alimentos de manera fraterna por los discípulos de Jesús. Ahora lo que se comparte es la palabra, empezando por la palabra de Dios. No queda esta como monopolio de sacerdotes y escribas. Ni siquiera como exclusiva de los judíos, frente a los paganos. Si el enfermo era signo de un ser humano al que las leyes del judaísmo y sus tradiciones sociales no le permitían entender y hablar por sí mismo, la acción simbólica de Jesús lo abre a un mundo nuevo de libertad. 
  4. También hoy día, sin una comunicación libre, gratuita, plena no puede darse una auténtica comunión fraterna y sin ésta fallaría la maduración humana. Esto se aplica dentro y fuera de la Iglesia. De manera muy especial a un tipo de sociedad que con el aumento de dispositivos electrónicos de “comunicación”, y la expansión global de redes “sociales” puede tenerse la impresión de que automáticamente el avance tecnológico produce el aumento de una escucha, una recepción y una expresión profundas que enriquecen humanamente. Sabemos que, lamentablemente, esto no es así, y que seguimos enfrentando el reto de quitar obstáculos para que todas y todos podamos tener acceso a escucharnos y a expresarnos conforme a nuestras decisiones y necesidades y sin las limitaciones de prejuicios discriminatorios ni anteponiendo restricciones doctrinales a la práctica del amor fraterno.Ω


Comentarios

  1. Anónimo11:53 a.m.

    Qué bello análisis de este evangelio. Me ilumina. Gracias.��

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

3er domingo de Adviento

3er domingo Adviento, 16 diciembre 2007 Lect.: 35: 1 – 6 a; Sant 5: 7 – 10; Mt 11: 2 – 11 1. Nuestro mundo ha cambiado mucho desde que Isaías escribió el texto que escuchamos hoy. La imaginación no nos da para pensar lo diferente que sería la sociedad de hace 2700 años. Pero hay algo que nos suena conocido. El profeta ve a su alrededor gente con manos débiles, con rodillas vacilantes, dejándose llenar su corazón de cobardía, con temor. Un mundo lleno de problemas que produce innumerables víctimas. Siete siglos después, Juan el Bautista en la cárcel, duda si Jesús es el Mesías que ha de venir y manda a sus discípulos a preguntarle si es él o hay que esperar a otro. Jesús se identifica indicando a quiénes ha venido a traer esperanza: a los inválidos, a los enfermos, a los pobres, a los que están amenazados por la muerte y dice claramente: anuncien a Juan lo que están Uds. viendo y oyendo. 2. El mundo de Isaías, el del bautista, el nuestro, están llenos de víctimas. ¿Qué responderíam...

30 domingo t. o., 28 de octubre 2012

Lect.: Jer 31:7-9; Hebr 5: 3-6; Mc 10: 46-52 Con todas las diferencias que podamos tener los que nos encontramos aquí esta tarde y muchos otros de nuestros vecinos y conocidos, todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos preguntado cómo hacer para vivir una vida que valga la pena. No simplemente a qué oficio o profesión dedicarnos, qué empleo buscar, sino cuál camino seguir. Es decir, cómo orientar nuestra vida, nuestro trabajo, nuestro mundo de relaciones, hacia adónde apuntar de tal manera que podamos construir una vida plena, realizadora de nuestras mejores capacidades. Llevamos unos seis domingos en que Marcos viene mostrando un Jesús que ofrece un camino. Simbólicamente lo plantea como un camino de subida a Jerusalén porque va a terminar con un conflicto, una confrontación y el asesinato del propio  Jesús por parte de los líderes religiosos y políticos. Es el camino de una vida dedicada a llevar pan para todos, en una mesa compartida, dentro de una co...