Lect.: ; Ez 34, 11-12. 15-17; 1 Cor 15, 20-26. 28; Mt 25, 31-46
- El 2020 ha sido un año especial. Entre otras cosas, casi desde el principio estuvo marcado por un problema serio y global, la pandemia y sus consecuencias. Y este domingo, al final de lo que la Iglesia llama el año litúrgico, nos encontramos girando en torno a las inevitables preguntas: cuál es el mejor camino para reconstruir lo que se destruyó, en economía, en educación, en relaciones sociales. Por dónde ir, hacia adónde y cómo hacerlo; cuáles son las mejores prácticas para una reconstrucción. Hemos oído voces y posiciones distintas sobre política fiscal, sobre inversión pública, sobre cómo hacer más eficientes las instituciones de educación y de salud pública, sobre redes de cuido….¿cómo seleccionar respuestas?
- En el campo de la producción, de la economía y de la política, por bastante tiempo se ha usado esa expresión “mejores prácticas” para referirse a “un conjunto coherente de acciones que han rendido bien o incluso excelente servicio en un determinado contexto y que se espera que, en contextos similares, rindan similares resultados”. Es una línea orientadora para la acción, no un método exacto y único, porque esas "buenas prácticas" dependen de las épocas, de las modas y, por esto último, es posible que algunas resulten contradictorias entre ellas mismas”. Al fin y al cabo, no se cuenta con fórmulas mágicas sino que se necesita reflexionar sobre esas mejores prácticas, y seleccionar entre las que veamos más convenientes para nuestro país y situación concreta.
- Eso en el plano material. Y desde el punto de vista ético y espiritual, todo este año, frente a la pandemia y sus efectos que empezaron desde marzo pasado, muchos católicos hemos estado tratando de guiarnos, animarnos, por la lectura dominical del evangelio de Mateo. Y al final del recorrido, quisiéramos saber y expresar en síntesis, cuál es el mejor camino que nos recomienda el evangelio, cuáles son las mejores prácticas para una reconstrucción de nuestro país como colectivo humano en deseable convivencia. Desde esta perspectiva religiosa, de ese mejor camino y de esas mejores prácticas nos habla este capítulo 25 del evangelio de Mateo.
- Nos habla de formas de vida guiadas por la fraternidad, la compasión y la misericordia como las que caracterizan una vida que vale la pena y nos dan criterios para una evaluación final. Se traducen, con expresiones muy sencillas, en contribuir a satisfacer los problemas del hambre, del uso del agua, del abrigo y la vivienda, de salud, e incluso del cuidado por los privados de libertad. La bendición de Dios y del Hijo del hombre recae sobre quienes realizan estas prácticas. El evangelista no tiene la menor duda en afirmarlo.
- Esta síntesis evangélica final, de Mateo coincide con la que plantea el Papa Francisco en su última gran Carta universal “Todos hermanos y hermanas” (“Fratelli tutti”); solo que Francisco elabora este mismo enfoque a partir de la parábola del Buen Samaritano. Podemos decir que “las mejores prácticas” para una vida que vale la pena las señala el Papa, al convertir el concepto de “fraternidad” en un principio de acción y de comportamiento, para con todos, pero especialmente los más necesitados. Podríamos decir entonces, asumiendo esta visión, que ante las grandes necesidades generadas por enormes crisis, hay que superar el mero sentimiento de solidaridad, que ya es bueno, para pasar a reconstruir los cimientos de nuestra sociedad de manera que sea posible a todas y todos vivir humanamente.
- Por supuesto que no solo no sobran, sino que son exigidas, todas las mediaciones científicas y técnicas que permiten esa reconstrucción. Pero todas ellas, si quieren ser buenas y mejores prácticas, tienen que levantarse sobre sólidos principios y valores éticos y espirituales. Y tendrán éxito cuando quienes queremos contribuir a esa reconstrucción seamos, como dice Francisco “artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia” (Fratelli Tutti 225).
Nota: es esperanzador ver que el trabajo del Diálogo Multisectorial realizado estas semanas en nuestro país, concluye con un consenso recogido en el Documento, "Diálogo Multisectorial, RESUMEN EJECUTIVO, Sesiones y acuerdos," en cuya primera página se encuentran Principios orientadores de gran valor que animaron a los representantes de todos los sectores participantes. Recomiendo la lectura del Documento entero, en https://drive.google.com/file/d/137JvsNtpcG050M3sqy4-J2QL5v3kuoe1/view
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