Lect.: Isaías 53:10-11; Hebreos 4:14-16; Marcos 10:35-45
- Un comentarista bíblico ( X. Pikaza) , después de recordar que el pasaje del evangelio de hoy se considera como un texto eclesial, es decir, relativo principalmente a la vida de las comunidades de la Iglesia, lo señala como, quizás, el más importante pasaje de Marcos, tanto desde el punto de vista eclesial como desde el punto de vista político. Desde la perspectiva de la vida de la Iglesia, nos pone en guardia frente a la tentación de utilizar a Jesús para obtener poder sobre los demás, con respaldo religioso. Desde la mirada del campo político,denuncia la actitud de quienes quieren adquirir poder en la sociedad, a todo nivel, para su propio beneficio, aprovechándose de los demás, dominando, imponiéndose e incluso llegando a explotar a los otros. Es elocuente constatar que ya ambos problemas, ambas tentaciones vengan acechando a los cristianos, y a los no cristianos, desde hace veintiún siglos.
- En el momento en que Marcos escribe, la comunidad ya ha conocido la tiranía y crueldad de gobernantes como Nerón y por eso alude, en su instrucción a los discípulos, que no suceda entre ellos como en esos gobernantes que tiranizan, o esos magnates que oprimen. No se trata de un juicio general referido a todos los que ocupan cargos públicos. Se está refiriendo al tipo de gobernantes que las comunidades conocen y sufren en aquella época. Y, además, al narrar la solicitud que Santiago y Juan le hacen a Jesús, de ocupar dos cargos de gran importancia en el Reino, —todavía pensaban que Jesús buscaba un objetivo político, de restauración del poder de Israel—, nos deja ver que ya desde esos primeros años de las comunidades cristianas, estaba apareciendo en ellas la tentación de construir y utilizar el poder religioso para fines particulares.
- Nos damos cuenta, de inmediato, que se trata, entonces, de un mensaje evangélico de gran relevancia, en sí mismo y por la relación que tiene para nosotros hoy día, con el panorama internacional y, en particular, también con Costa Rica. La perversión en el uso del poder en todos los ámbitos y a todo nivel, político, civil y religioso, es un peligro muy real y de grandes consecuencias negativas para la vida de la comunidad. Acecha a políticos, pero no solo a ellos, sino también a dirigentes de organizaciones sindicales y sociales que, a menudo, se presentan hablando y actuando en nombre del pueblo; acecha a dirigentes de iglesias e incluso a la autoridad paterna y materna dentro de las familias. Y es un peligro muy sutil, porque la perversión en el uso del poder se suele disfrazar con un discurso muy correcto y con presentación seductora pretendiendo crear la imagen que lo que se está haciendo se hace por el bien de los demás. Sobre todo, se hace especialmente peligrosa cuando ambos ámbitos se mezclan y se utiliza o manipula el discurso de valores religiosos para apoyar una línea político partidaria, o ideológica o, por el contrario, para atacar a la posición adversaria, presentándola como irrespetuosa de los valores de la fe y la religión. En la última campaña electoral de nuestro país encontramos ilustraciones lamentables de estas perversiones en el uso del poder. Creo que también en la crisis actual en torno al proyecto de ley de reforma fiscal pueden identificarse casos.
- Se comprende, con esta perspectiva, no solo la constante advertencia del Papa Francisco sobre la necesidad de gobernar para los más necesitados y excluidos, sino también, la lucha que realiza para depurar el ejercicio de la autoridad en la Iglesia y para combatir el clericalismo que convierte los ministerios religiosos en "autoreferenciales", como dice el mismo Papa, es decir, para fortalecer, supuestamente, la institución, pero no para el servicio del pueblo. (Incluso la pederastia tiene que ver también con un abuso de poder sobre los más débiles, sobre los niños y niñas).
- La Buena Nueva no es de carácter anárquico, no predica la desaparición de la autoridad, ni del orden político. Podemos decir que acepta implícitamente que toda organización social, civil, religiosa o política necesita de estructuras y responsabilidades de conducción o dirigencia, como formas necesarias para que la misma organización pueda alcanzar sus fines y metas. Pero lo que Jesús deja claro, en el evangelio de Marcos, es que los discípulos cuando sean llamados a ejercer funciones de autoridad, deben interpretar y realizar ésta como ocasiones para servir a los demás. Lo repite Jesús en diversas ocasiones, en otros pasajes, no solo en el episodio de hoy y, sobre todo, da testimonio permanente con su forma de vivir y su disposición a entregar su vida hasta el final por el bienestar de los demás.
- Es esta espiritualidad evangélica, a imagen de Jesús, lo que nos debe inspirar a los cristianos en el ejercicio del poder, aunque, es algo para realizar con dificultad, según las circunstancias, conforme a las situaciones concretas. Cada uno y cada comunidad deberán ser suficientemente creativos para superar los obstáculos y encontrar la forma de integrar el necesario ejercicio de la autoridad con el espíritu de servicio fraterno.
- Es, en fin, una tarea que nos corresponde a todos. Cualquiera de nosotros en su propio espacio —eclesial, laboral, político, familiar…— tiene la posibilidad de contribuir a desterrar toda práctica de imposición autoritaria y a ir creando una cultura de uso del poder como servicio.Ω
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