Ir al contenido principal

4º domingo t.o.

Lect.: Jer 1:4-5, 17-19; I Cor 12:31--13:13; Lucas 4:21-30

  1. El domingo pasado escuchamos a Lc presentándonos el inicio de la misión de Jesús con el anuncio de cuatro actividades de misericordia: anunciar a los pobres la Buena Noticia”, “proclamar la liberación a los cautivos”, “dar la vista a los ciegos”, y “dar la libertad a los oprimidos”.  Así resumía el evangelista la misión de Jesús, su programa de vida.  Uno esperaría que ante un mensaje tan profundamente humano, todos los oyentes y, en particular, los de su propio pueblo, conmovidos, harían de inmediato suyas estas palabras y se convertirían en sus discípulos.  Pero la reacción fue muy distinta. Es una reacción de reclamos y que acaba con un intento de agresión. Le reclaman, en primer lugar, que antes que venir a su casa, haya ido a otro pueblo, a Cafarnaúm a hacer curaciones. Le insinúan que no sigue las tradiciones de su padre José, que era un buen judío conservador y tradicional. Y se indignan por un anuncio de salvación que más que dirigirse a ellos, se dirige a los que hasta ese momento han sido excluidos de los beneficios sociales. Y, aún más, un mensaje que no habla de castigos ni de venganzas, como sí lo hacían los textos del A.T. Jesús tiene que escapar, porque intentan empujarlo hacia el fondo de un precipicio.
  2. Si leemos despacio este pasaje nos tiene que sorprender, en primer lugar porque no es la imagen conciliadora de Jesús a la que quizás se nos ha acostumbrado, sino la de un predicador que saca de sus casillas a su auditorio. En segundo lugar, nos sorprende que los que le escuchaban no solo se hayan indignado con un mensaje de misericordia, sino que hayan llegado al punto de querer lincharlo ahí mismo. ¡Por un mensaje de misericordia, inclusivo, pluralista, universal! Contradictorio y paradójico. Pero si lo pensamos dos veces, veremos que la reacción de los nazarenos tenía sus razones y, además, que su actitud se parece mucho a actitudes que, a veces, encontramos en nosotros mismos, en nuestra propia época.  
  3. En la sinagoga estaban acostumbrados a escuchar que ellos eran un pueblo escogido, y que los enemigos de ese pueblo más pronto que tarde serían castigados.  Además, se sienten buenos, conocedores y cumplidores de la Ley, y distanciados del "pueblo ignorante", sobre todo de los no judíos, que desconocían la doctrina verdadera revelada por Dios. Y se sienten privilegiados y seguros con esta situación. Pero lo que Jesús predica y, sobre todo, lo que practica, es novedoso. Al anunciar una salvación para todos, y no amenazar con castigos,  supone un cambio frente a esas creencias, un cambio que amenaza lo que consideran su posición privilegiada. Que pone a todos por igual delante del amor misericordioso de Dios.
  4. Jesús, en la misma inauguración de su misión evangélica ha tocado dos puntos débiles que a los seres humanos se nos repiten en todos los tiempos: el temor a los cambios novedosos y el temor a la pérdida de nuestras posiciones privilegiadas, cuando las tenemos. Porque ambas cosas nos producen mucha inseguridad en nuestras vidas. Podemos decir que somos solidarios con los necesitados, mientras estos no lleguen a las puertas de nuestras casas o de nuestro país, —los inmigrantes—,  a incomodarnos. Podemos decir que no aceptamos la pobreza y la desigualdad, mientras no se nos haga ver en que estas existen porque hemos colaborado a mantener estructuras y prácticas injustas en nuestra sociedad. Podemos presentarnos como muy respetuosos de la Ley de Dios y las leyes humanas, mientras esas leyes no se cambien y nos fuercen a eliminar toda forma de discriminación racial, religiosa, de género o de identidad sexual. Estos dos puntos débiles que nos afectan a los humanos, pueden generar en nosotros actitudes agresivas, e incluso la tentación de “empujar al precipicio” al predicador de la Buena Nueva (caso de quienes atacan al Papa Francisco). Confiamos, al participar en la Eucaristía, en que la comunión con el Jesús misericordioso nos permita superar estas debilidades nuestras.Ω

Comentarios

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care