Ir al contenido principal

4º domingo de Adviento

Lect. Miq 5:1-4; Hebr 10:5-10; Lc 1:39-45


  1. En la Sagrada Escritura se encuentra una larga tradición del pueblo judío que tiende a destacar el poder y la autoridad de los varones asociado a su capacidad guerrera, de dominio por la violencia y la conquista. Esos son los “héroes”, los “valientes”. Tanto más fuertes cuanto más violentos y así desarrollan su hombría. Esta visión contrasta con la que se presenta de la mujer cuyo poder y fuerza se manifiesta, sobre todo, en su capacidad de dar vida, de crear nuevas vidas. A pesar de estar escrita en un contexto machista y patriarcal, puede descubrirse en la Biblia que, en el fondo, la fuerza y el poder de la mujer se asocia, no simplemente con ser reproductora de la especie, continuadora del clan, ni con su función de esposa de un varón importante, sino con ser fuente de vida, estrechamente unida con la generación de la vida. Especial imagen de Dios, origen de la vida.
  2. No es extraño, entonces, que las primeras comunidades de cristianos tuvieran especial afecto y reverencia por María, la madre de Jesús, de aquel que había venido “para darnos vida y la tuviéramos en abundancia.” El lugar especial que le dan esas comunidades a María, se une también con otros detalles que nos pasan inadvertidos a menudo y, sin embargo, son tanto más llamativas por suceder en medio de una sociedad machista. Por ejemplo, (—aparte ya del trato especial de Jesús con las mujeres—), era tradicional en la época en que nace Jesús, que la “carta de presentación” e identificación de un niño, fuera su genealogía, es decir, la línea de ancestros de los cuales se originaba. Y las genealogías se integraban con los nombres de todos los varones destacados de la línea de ascendientes. Pero no es así en el caso de Jesús. En la genealogía  que presenta el evangelista Mateo aparecen, sorprendentemente, junto con los habituales varones, cuatro mujeres: Tamar, la madre de dos gemelos hijos de Judá, Rahab, la prostituta de Jericó que salva a unos espías israelitas, Ruth, que seduce a Boaz, y Betsabé,  que engendra a Salomón. Las cuatro tienen en común, el encontrarse en situaciones extremas y mantener una actitud de bondad y misericordia siendo capaces de dar un giro a sus vidas.
  3. Tanto la genealogía de Jesús, como el puesto de María que destacan las primeras comunidades nos quieren transmitir un mensaje clave sobre la importancia de la mujer en  el corazón de la Buena Noticia, el evangelio de salvación. Pero ese mensaje, debería quedarnos claro, no es solo para las mujeres y para exigir para ellas el puesto que les corresponde en las iglesias cristianas. Más allá de este reclamo legítimo, la figura de María, sobre todo, su capacidad de dar a luz la vida, nos hace ver, simbólicamente, que para engendrar la presencia de Dios en el mundo, para llenar de Dios la existencia de nuestras sociedades y de cada uno de nosotros, el camino no es de ninguna manera, la dominación, la violencia, la fuerza bruta, la guerra, sino la capacidad de hombres y mujeres, de dar vida, de protegerla y fortalecerla en cada uno de nuestros semejantes, de todos los seres vivientes  y, en definitiva, en el conjunto de todo este planeta viviente del que formamos parte.Ω

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

3er domingo de Adviento

3er domingo Adviento, 16 diciembre 2007 Lect.: 35: 1 – 6 a; Sant 5: 7 – 10; Mt 11: 2 – 11 1. Nuestro mundo ha cambiado mucho desde que Isaías escribió el texto que escuchamos hoy. La imaginación no nos da para pensar lo diferente que sería la sociedad de hace 2700 años. Pero hay algo que nos suena conocido. El profeta ve a su alrededor gente con manos débiles, con rodillas vacilantes, dejándose llenar su corazón de cobardía, con temor. Un mundo lleno de problemas que produce innumerables víctimas. Siete siglos después, Juan el Bautista en la cárcel, duda si Jesús es el Mesías que ha de venir y manda a sus discípulos a preguntarle si es él o hay que esperar a otro. Jesús se identifica indicando a quiénes ha venido a traer esperanza: a los inválidos, a los enfermos, a los pobres, a los que están amenazados por la muerte y dice claramente: anuncien a Juan lo que están Uds. viendo y oyendo. 2. El mundo de Isaías, el del bautista, el nuestro, están llenos de víctimas. ¿Qué responderíam...

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justi...