Ir al contenido principal

20º domingo t.o.

Lect.:   Isaías 56,1.6-7;  Salmo 66; Rom 11,13-15.29-32; Mt 15,21-28

  1. Como en el texto de hoy, encontramos otros pasajes de los evangelios, no muchos, en los que Jesús reconoce la actitud de fe en personas no judías, no pertenecientes a la religión oficial, en samaritanos o en paganos  , como se decía antes.  . Se trata de personas, que se le aproximan, con una extraordinaria confianza en la generosidad, en el amor de Dios, que se dejan atraer, incluso con audacia como esta mujer cananea, por esa generosidad divina sin sentirse inhibidos por sacerdotes y otros funcionarios religiosos, que les tratan de poner límites, ni por la exclusión o el desprecio de que pueden ser objeto por parte de los oficialmente creyentes. A pesar de que Jesús es también un judío con los condicionamientos propios de su época, —como lo muestra su reacción inicial ante los gritos de la mujer—, el reconocimiento que hace Jesús de que esta cananea, o la samaritana, o el centurión,... son hombres y mujeres de fe, aunque no pertenezcan a la religión oficial, tiene que hacernos pensar en lo que significa en realidad estar cerca de Dios y abierto a la comunión con él. La cananea no hubiera sido tan audaz con Jesús para discutirle su reticencia inicial a socorrerla, si no hubiera sido porque era el mismo Espíritu de Dios el que la estaba asegurando desde su interior de que ella también era hija de Dios y destinataria, como todos, de los bienes gratuitos del Padre. La experiencia que Jesús tiene de la vida divina le permite en este momento superar sus propios condicionamientos culturales y reconocer esta realidad.
  2. Podemos ver el gran contraste que se da entre la enseñanza contenida en este diálogo y una serie de prácticas y actitudes excluyentes que suelen darse en medios religiosos: por ejemplo, la tendencia a considerarnos los católicos en posición de privilegio respecto a los creyentes de otras religiones, o respecto a los no creyentes o ateos; incluso la tendencia dentro de la misma iglesia a ver “por encima del hombro” a divorciados, a casados civiles, o a homosexuales...  Pareciera que somos incapaces de reconocer los actos de fe ahí donde dan, independientemente de etiquetas pegadas a las personas, y, por tanto que somos incapaces de descubrir la presencia del Espíritu de Dios que está en todos y actúa en todos.
  3. Expresiones bíblicas como “reinado de Dios”, como “pueblo elegido”, como “ciudad santa de Jerusalén”, como “monte santo”, o hablar de la iglesia como “nuevo pueblo elegido”, o “nuevo Israel”, nunca deberían ser interpretados literalmente como realidades nacionales o socioreligiosas excluyentes, sino como grandes símbolos para expresar metas maravillosas de plenitud de vida para todos y no para grupitos de privilegiados. Me quedan resonando las palabras del salmo:   “Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia”.Me parece que  somos todos llamados, con nuestras prácticas incluyentes, de respeto a los diversos, de reconocimiento de la presencia divina en ellos, los que podemos mostrar que la justicia de Dios todavía puede regir este mundo, esta sociedad

Comentarios

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care