Ir al contenido principal

14o domingo tiempo ordinario

14º domingo t.o., 5 jul. 09
Lect.: Ez 2; 2 – 5; 2 Cor 12; 7 – 10; Mc 6: 1 – 6


1. Desde pequeños, en nuestras familias y en la catequesis, aprendimos que Jesús era Dios y hombre verdadero, … el fundador de la única religión verdadera, un gran maestro que enseñó toda la fe católica,… que nos dejó unos mandamientos y una moral —sobre todo sexual, matrimonial, familiar— la cual es preciso seguir rigurosamente para salvarse… que es el gran sacerdote de nuestra religión,… Esto y mucho más nos dicen muchos de los catecismos que utilizamos en épocas de nuestra infancia. Lamentablemente muchos de esos catecismos son elaboraciones teológicas, intelectuales, que solo tienen como propósito darnos algunas referencias conceptuales para cuando necesitemos aclarar aspectos de nuestras creencias. En ese sentido tienen su utilidad. Pero tienen una gran limitación: esos catecismos no están orientados a facilitarnos el encuentro personal con Jesús, ni a alimentar nuestra vida espiritual conectándonos vivencialmente con él. Por eso, no es de extrañar que cuando nos topamos con un texto como este de hoy de Mc, se nos produzca un “corto circuito” porque al acercarnos a ese Jesús del evangelio como que su figura no encaja con la que nos dieron los catecismos.
2. No solo Mc, sino también Lc y Mt nos narran este episodio de la sinagoga de Nazaret y los tres coinciden en reflejar la incredulidad y el rechazo que sentían ante él muchos de los parientes, vecinos y coterráneos de Jesús. Si él hubiera sido todo eso que aprendimos —gran Maestro, sacerdote, juez moral, …— tendrían que haber estado ciegos los que lo rodeaban para no respetarlo profundamente. Pero no fue así, al punto de que el mismo Mc en un capítulo anterior (3: 20) dice que en una ocasión al menos sus parientes fueron a llevárselo con ellos porque pensaban que estaba loco. Jesús tenía que chocar. Cuando predicaba, cuando curaba, cuando llamaba a seguirle, mucha gente tenía que sentirse sorprendida porque Jesús era, sencillamente, un obrero de la construcción. No pertenecía a ninguna de las escuelas de rabinos estudiosos de la Biblia. Tampoco era de ninguna familia sacerdotal, ni era funcionario del templo, ni se dedicaba a realizar ritos sagrados, ni estaba ligado a los líderes judíos ni era un líder autoritario, ni era especialista como los escribas en discusiones sobre la Ley. Ni siquiera andaba como Juan el Bautista, fustigando a los pecadores y ofreciendo un bautismo de arrepentimiento. Además vivía de una manera extraña para la época. Abandonó su casa, su familia, en una época en que aún más que hoy eso podía considerarse una falta de respeto. Tampoco se casó ni fundó otra familia y andaba rodeado de un grupo de gente sencilla, mal vestidos y mal presentados, seguido por un grupo de mujeres, algunas de mala fama. ¿Cómo no iba a chocar este Jesús? ¿cómo sus parientes no iban a llamarle loco?
3. Toparnos de nuevo con este texto de Mc de hoy nos sirve de llamado para acercarnos a Jesús de otra manera, con los ojos limpios y sin prejucios de quienes sí se sintieron profundamente atraídos por él: los pobres, los excluidos, los que no estaban cegados por posesiones, por ambiciones, por afanes de prestigio. Ellos fueron los que descubrieron que las enseñanzas de Jesús eran maravillosas no porque él fuera un analista estudiado que enseñaba doctrinas muy complicadas, sino porque reflejaba y compartía la experiencia profunda de Dios que él vivía de manera muy auténtica. Esos pobres y sencillos, esos enfermos y marginados, experimentaron además a Jesús como alguien de quien brotaba la salud, la plenitud de vida, y que era capaz de hacer brotar de cada uno esa fuerza poderosa, transformadora, que él llamaba la fe, y que quizás no sabían que tenían hasta no encontrarse con él. Quizás, ojalá, también para nosotros sea esta eucaristía, estas lecturas la ocasión para reencontrarnos con un Jesús que reflejó todo esto para los sencillos de su época y que les acercó no a un Dios castigador, autoritario ni amenazante sino a ese padre de todos, compasivo y misericordioso.Ω

Comentarios

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care