Ir al contenido principal

28º domingo t.o.: PARA JESÚS NO CABÍAN LAS DISCRIMINACIONES

Lect.:   2ª Re 5, 14-17; 2ª Tim 2, 8-13; Lc 17, 11-19


  1. En este “ministerio itinerante” que asume  Jesús en su trayecto de subida a Jerusalén, como hemos visto, une  a sus acciones, la enseñanza sobre el Reino de Dios por medio de parábolas. Pero algunas de sus acciones en sí mismas tienen también el carácter doble de revelar un aspecto importante de ese Reino, junto a la práctica de una acción benefactora. Es el caso del pasaje de hoy sobre la curación de los leprosos.
  2. Ciertamente, como lo hacen muchos comentaristas, el milagro sirve para continuar resaltando el poder de la fe, de lo que hablábamos domingos anteriores, así como otras actitudes que acompañan a la fe, como es el caso del agradecimiento que solo se manifiesta en uno de los curados. Pero personalmente veo que, leído desde nuestro contexto actual, el episodio da lugar a fijar la mirada en otros aspectos que encontramos en situaciones por las que atravesamos y desafían determinadas prácticas sociales “normalizadas” en nuestra sociedad. Porque no se trataba en el relato de una curación como otras que realizó el Señor, se trataba de una curación de un grupo de leprosos.
  3. Independientemente de la precisión del diagnóstico de la época para identificar la lepra propiamente dicha, u otras enfermedades graves de la piel, el hecho es que los afectados por este tipo de dolencias vivían en una situación a la que no se podían comparar otros problemas de salud, de la vista, del oído o de la movilidad, a los que Jesús había curado.   
  4. Tradicionalmente, en la literatura hebrea, la lepra se presenta como una enfermedad que excluye de la comunidad con los demás, con Dios y agudiza, de esa manera, el sufrimiento y la proximidad a la muerte. De hecho el leproso “está muerto para la comunidad y el ritual de su aislamiento se parece al de un rito funerario” (Bovon).
  5. Habiendo pasado recientemente muchos de nosotros por la experiencia de medidas sanitarias estrictas para detener el contagio del corona virus podemos aproximarnos a una idea, aunque de lejos, de lo que podían ser las medidas de aislamiento por las que tenían que pasar los leprosos en la Palestina de la época de Jesús. Sin embargo, el nivel de exclusión de la comunidad de los leprosos de entonces, encuentra, me parece, un mayor paralelismo en nuestros tiempos con las actitudes discriminatorias que han afectado primero, a las víctimas del VIH - Sida y, luego, por injustificada extensión, a los integrantes de la comunidad LGTBIQ únicamente por su identidad sexual. 
  6. En los tiempos en que empieza a predicarse el evangelio no hay temor en presentar a un Jesús que atiende los gritos de los discriminados y adelanta la reinserción y resocialización de todos los injustamente excluidos de la comunidad que, como ha insistido el Papa Francisco, son descartados de los beneficios de la sociedad. Es una llamada más a cambiar prácticas antievangélicas que se han colado en la Iglesia.Ω


Comentarios

  1. Anónimo11:50 p.m.

    También se ejerce discriminación velada sobre comunidades que se consideran conservadoras, a los ojos de algunas posiciones modernas. A algunos católicos se nos trata como leprosos. Hay de todo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care