Ir al contenido principal

21º domingo t.o.: ¿Quién es Jesús? ¿Quién soy yo?

Lect.:  Is 22, 19-23 ; Rom 11, 33-36 ; Mt 16, 13-20

 

 

1.   Para muchos católicos, e incluso otros cristianos, este texto de Mateo interesa doctrinalmente, por no decir, dogmáticamente, porque da pie para discutir, a partir de una función de Pedro,  destacada por Mateo, de cómo la estructura de la Iglesia, deba tener o no un superior jerárquico universal, el Obispo de Roma, al que se aplicó el título de  “Papa”. (VER NOTA)

2.   Pero si nos atenemos a una lectura espiritual, existencial, del relato de hoy lo que más nos interesa es hacia dónde conduce el diálogo inicial de Jesús con sus discípulos. Les pregunta «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?», en realidad para preguntarles enseguida, «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Es decir, para Jesús lo importante no son temas doctrinales ni estructurales eclesiásticos, sino que los discípulos descubran quién es cada uno de ellos y qué ha significado para ese descubrimiento su encuentro con Jesús como Hijo del Hombre

3.   Podemos interpretar hoy día, entonces, que en el fondo de ese diálogo lo importante para la vida de un discípulo, —incluso veintiún siglos después— es descubrir la propia identidad al ser interpelado por la plenitud de vida, la gran calidad humana que descubren en Jesús que nos lleva a autoexaminarnos, ¿Quién soy yo y quién estoy llamado a ser a la luz del modo de vida, de la palabra y las relaciones de Jesús, el Hijo del Hombre, el plenamente humano? De manera similar otros no cristianos pueden sentirse interpelados al toparse con un gran hombre o una gran mujer que descubren como personas plenas, realizadas, que han sido capaces de superarse continuamente. Este relato, leído con esta perspectiva, nos lleva a que cada uno de nosotros hoy continuemos haciéndonos esta pregunta y avanzando en el descubrimiento de lo que somos(VER NOTA sobre libro de Légaut).

4.   Es interesante en la respuesta de Pedro escuchar cómo, para él, el hijo del hombre, Jesús, es el hijo de Dios. Para los judíos “En el AT se llamaba “hijo de Dios” al rey, a los ángeles, al pueblo judío, pero en sentido simbólico” (VER NOTA de fray Marcos). Esta confesión nos evoca nuestra convicción actual de que lo divino se manifestó en el Hijo del Hombre, en Jesús de Nazaret y, por eso, se manifiesta también en cuantos participemos de esa plenitud de vida humana. Vivir esta plenitud es lo que nos da la respuesta a la pregunta sobre la identidad de Jesús de Nazaret y nos da la certeza de que verdaderamente Dios está en nosotros o, como lo hemos repetido tantas veces, nosotros estamos en él, porque “en Dios somos, nos movemos y existimos” como predicó Pablo a los atenienses (Hechos 17: 28). Esta convicción es lo que nos permite vivir con gran serenidad y esperanza todas las vicisitudes de nuestra vida.Ω

 

NOTAS, 

·      Sobre el origen del título de Papa: del griego “pappas”, no he encontrado información en tres o cuatro libros serios de Historia de la Iglesia. Puede verse, en su defecto, https://es.wikipedia.org/wiki/Papa#Origen_del_t%C3%A9rmino_%C2%ABpapa%C2%BB, sobre el origen griego de la palabra y el uso extendido del título a obspos, al menos los primeros cuatro siglos de la era cristiana.

·      fray Marcos, “Solo si descubres tu verdadero ser, conocerás a Jesús”

·      https://www.feadulta.com/es/comentcol2.html

·      Marcel Légaut,  “Llegar a ser uno mismo. Buscar el sentido de la propia vida”. Asociación Marcel Légaut, Madrid, 2010.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care