Ir al contenido principal

13º domingo t.o.

Lect: Sab 1,13-15;2,23-24; II Cor 8,7.9.13-15; Marcos 5,21-43

En el texto evangélico del domingo pasado, a los discípulos muertos de miedo por la tormenta, Jesús les recrimina que no tengan fe. Tener fe es lo contrario de tener miedo, para el evangelio. Es tener confianza. Hoy Mc pone a Jesús encontrándose con tres personas sumamente golpeados, heridos en su vida: un jefe de sinagoga, desecho porque su hijita está en las últimas; la propia hija que está perdiendo toda posibilidad de vida a los doce años; y una mujer que sufre una enfermedad hasta ese momento incurable y que, además, la margina de todas las relaciones sociales normales, por las leyes machistas de pureza del judaísmo. Una diferencia de los discípulos en la barca es que estos tres personajes no se enfrentan a peligros posibles que los amenazan, sino a heridas reales que ya les han caído encima, que los hacen llegar a lo que consideran el límite de sus fuerzas.
Una semejanza con el episodio de la barca es que en ambas situaciones extremas, Jesús hace ver el poder de la fe. En el caso de los discípulos, queda claro que ante un aparente peligro el miedo los domina por falta de fe. En cambio, hoy, a pesar de enfrentar situaciones desgarradoras, el jefe de la sinagoga y su hija, y la enferma de flujos de sangre, pese a los riesgos,  logran sanación, alcanzan una vida nueva, por la enorme fe que los animaba. Jesús así se lo reconoce: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.” Y al archisinagogo, "No temas; basta que tengas fe.”
Como es frecuente, el texto es de gran riqueza y da lugar a varias enseñanzas. Pero solo quiero subrayar una: aunque los personajes del relato de hoy aparecen golpeados, desechos, en situación límite, en los dos adultos es posible encontrar aún la fe, la confianza y esto es lo que, en palabras de Jesús, les produce “paz y salud”. No se trata de ningún gesto mágico, ni de poderes sobrenaturales, más allá de este mundo. Su gran fuerza es la fe - confianza que no es incompatible con su propia debilidad humana.
Nuestra comunidad cristiana, esta que se reúne aquí cada domingo, está integrada por personas, Uds. y yo, normales, llenos de debilidades, de defectos y necesidades. Somos personas muy vulnerables. Pero también somos, o queremos ser, una comunidad de fe. Es esa fe - confianza la que hace posible que se cumpla en cada uno de nosotros aquello que nos cuenta san Pablo, quien al sentirse muy débil para asumir su misión escucha aquellas palabras de Jesús: «Mi gracia te basta, porque mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza». Y comenta Pablo, "Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte”.(2 Cor 12: 9 - 10)

Comentarios

Entradas más populares de este blog

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia

4º domingo del tiempo ordinario: EL MODO DE ENSEÑAR DE JESÚS ES ALGO NUEVO Y PRODUCE ALGO NUEVO (retomamos nuestros comentarios dominicales)

 Lect.:  Deuteronomio 18,15-20; 1  Corintios 7,32-35;  Marcos 1,21-28 El episodio de hoy tiene lugar en una sinagoga, —"en Cafarnaum", dice Marcos. Se trataba de un lugar de reunión en el que además de oraciones y bendiciones, se escuchaba   la lectura de la torá y de los profetas y una  predicación explicativa. A los escribas, como personas ilustradas, correspondía en gran medida la explicación y aplicación  de la Palabra.  Y es precisamente en ese ambiente habitual de enseñanza y aprendizaje donde el evangelista resalta rasgos únicos de Jesús que causan asombro en la audiencia . El texto no narra de qué habló sino de cómo lo hizo . Por contraste con los maestros de oficio, los presentes reconocen que Jesús no habla comentando libros ni autores, sino con autoridad propia . Se trata de hablar con convicción porque asocia y refrenda la palabra con la acción .  "Para Marcos, la autoridad especial de la palabra de Jesús se pone de manifiesto en que está acompañada de a

FIESTA DEL "CORPUS CHRISTI": LA EUCARISTÍA VIVENCIA Y SÍMBOLO DE LA RESURRECCIÓN

  Lect.: Deut 8,2-3.14b-16a; 1ª carta Pablo a los Corintios 10,16-17; Juan 6,51-58. Pienso que concluir este tiempo de Pascua festejando la celebración de la Eucaristía es oportuno y esclarecedor. No es conmemorar un “misterio” más de la vida de Cristo, ni subrayar un aspecto importante doctrinal. Es, más bien, la oportunidad para ver en síntesis lo que significa para nosotros celebrar la resurrección de Cristo y de esa manera, también, aclarar malos entendidos en aspectos claves de nuestra fe cristiana.  Poco a poco hemos ido entendiendo, en la medida en que nos aplicamos a ello, que al afirmar nuestra convicción en la resurrección de Cristo no estamos afirmando que el cuerpo de Jesús volvió a la vida terrena que tenía antes de su crucifixión y muerte. No es lo mismo “resurrección” que “resucitación de un cadáver”. Con Pablo y los evangelios  afirmamos que Dios elevó a Jesús de la muerte , llevándolo a ser parte de su propia vida . Este “momento pascual” para hablar del cual care