Lect.: : Ex 32, 7-11. 13-14; 1ª Tm 1, 12-17, Lc 15, 1-32
- Queda claro que en la multitud que fue acompañando a Jesús en el camino a Jerusalén había un poco de todo. Estaban los descreídos y los cobradores de impuestos, y también gente religiosa y de buena formación, como escribas y fariseos. Pero son estos últimos los que dan ocasión a la siguiente enseñanza de Jesús al generar críticas contra él por mezclarse con los “pecadores” e incluso por comer con ellos. Sin duda que ese escenario podía aparecer como un extraño contexto, un marco un tanto desconcertante al incluir a quienes eran vistos como desecho de la sociedad, al lado de doctores de la ley. Era lógico que surgieran las críticas al comportamiento de Jesús.
- La respuesta o explicación de éste es indirecta, al tomar la forma de tres parábolas. Son tres historietas maravillosas, emotivas y contundentes. Pero son también muy ricas y, por lo mismo, dan lugar a atraer la atención a diferentes aspectos, importantes todos ellos para orientar la vida de los cristianos. Quizás el más llamativo es el énfasis en el amor de misericordia de Dios que aparece en los tres relatos pero que alcanza una altura y profundidad increíbles en la del padre de los dos hijos. Así lo reflejan muchos comentaristas pero, de manera muy expresiva, J. A. Pagola, la llama “la mejor metáfora de Dios”. Unida a la insistencia que se refleja en la intencionalidad de la enseñanza de Lucas sobre la alegría plena que se crea en el encuentro entre el ser humano y Dios, se comprende que este pasaje haya sido considerado como “Buena noticia para los marginados” y como un texto que sintetiza lo esencial de los evangelios.
- Solo quisiera, en lo personal, añadir una observación que, probablemente por razones históricas no ha merecido ser destacada e incluso se le suele rebajar su importancia. Me refiero al perfil que aparece de un ser humano que, pecador o no, sobre todo en la tercera parábola, muestra una potencialidad para el cambio. No importa su pasado, lo que importa es que haya escuchado y acogido el llamado al arrepentimiento y al cambio de mentalidad, de actitud ante la vida.Ω
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