- El pasaje de Juan, que leemos hoy, siempre resulta muy llamativo. Cómo es eso de toparse con un Jesús indignado, que incluso arma un azote para expulsar a “los mercaderes del Templo”. Es un signo poderoso, en el contexto de un libro como el evangelio de Juan, que está construido alrededor de signos que se nos dan para entender quién era Jesús, y qué nos plantea para alcanzar la vida en abundancia
- Pero entonces, lo primero que tenemos que entender es a qué se refiere, qué quiere decir este signo. Nos extraviaríamos en nuestra búsqueda si pensamos que los “mercaderes”, que han convertido la casa de Dios en un mercado, son vendedores ambulantes, como esos que abundan en nuestros tiempos y ciudades, trabajadores de la economía informal a los que la organización económica no les crea puestos de trabajo. Sería un tanto extraño que Jesús la emprendiera con ese tipo de personas necesitadas y, a lo sumo, podría esperarse un regaño del Maestro para indicarles que realizaran sus ventas en lugar más apropiado.
- Pero Jesús con su gesto está denunciando otra cosa: un culto que no solo encubre la injusticia, sino que es en sí mismo una injusticia, por ser un medio de explotación de los trabajadores y los pobres, y los explotadores son las autoridades del templo, el sacerdocio, infiel a su misión, y los dirigentes judíos en general.
- Jesús ve con claridad que este comportamiento de los sacerdotes del Templo deforma la imagen de Dios, presentándolo como un tirano, que avala este tipo de aparato religioso. Este “templo y el culto retratan a un Dios ávido y exigente, en lugar de un Padre, dador de vida”.
- En resumen, con su actuación Jesús, denuncia en primer lugar la perversión que ha experimentado la religión y que “destroza al pueblo con el culto, los impuestos y el fraude de lo sagrado”. Añadamos que con la imagen de las ovejas, que simbolizan a la gente, manifiesta su intención de sacar al pueblo, fuera de la institución religiosa.
- Mientras leemos estos textos de la liturgia de este domingo y tratamos de ayudar con breves explicaciones, el Papa Francisco está concluyendo una visita histórica a Irak. Todos sus discursos y mensajes, además de expresar su solidaridad con el pueblo iraquí, son un llamado constante a que la Iglesia en esas tierras, y especialmente los Obispos, sacerdotes y religiosos, acompañen a ese pueblo, especialmente a quienes corren el riesgo de quedarse atrás. “Siempre con el pueblo de Dios, nunca separados como si fueran una clase privilegiada. No renieguen de esta “estirpe” noble que es el santo pueblo de Dios”. Y, de manera contundente ha condenado “… la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes. Por esto, nosotros pedimos a todos que cese la instrumentalización de las religiones….”.
- Tendríamos que examinarnos, en un contexto como el nuestro, en Costa Rica, en qué medida nuestras Iglesias, comunidades, organizaciones, por acción o inacción, damos lugar a que nuestras prácticas religiosas queden subordinadas, de hecho, a fines políticos y económicos, —de grupos o nuestros, personales de cada uno—, en vez de estar orientadas y animadas por el afán de construir la justicia y la paz en el servicio al pueblo en los retos que más le afectan.Ω
Exactamente Padre se ha caído en una instrumentalización de la religión. Se trata de lavarle el cerebro a la gente: lo vemos en algunas sectas cuando engañan a los crédulos ofreciendo sanaciones y liberación de deudas a cambio del diezmo. Asimismo hemos visto como algunos sacerdotes cayeron en la trampa de vender milagros como en el caso de Radio María y el padre Minor para el olvido. Pero no podemos perder de vista el fin primero que es poner al alcance del pueblo la salvación. El Reino de Dios está aquí a nuestro alcance.
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