Lect.: Lev 19, 1-2. 17-18; 1 Cor 3, 16-23; Mt 5, 38-48
Ver los textos en http://textosparalaliturgia.blogspot.com/2017/01/leccionario-i-domingo-vii-del-tiempo.html
1. Uno de los temas más difíciles de la vida humana y del evangelio es un tema triple, entrelazado: la venganza, el perdón, la justicia. Prácticas como las de Lamec (Gén 4: 23); la ley de Talión, del siglo XVIII a. C. que, contrario a lo que se piensa, vino a suavizar las costumbres anteriores; no excluían la venganza… Prácticas de perdón sagrado y político (amnistías, diríamos hoy) lo entregaban en manos de la decisión de las autoridades, no siempre fiables.
2. Es con Jesús de Nazaret, con su llamado al perdón, que se introduce una novedad. Más difícil que todo lo anterior. Tomadas literalmente las advertencias del texto de Mateo de hoy hacen que la enseñanza no solo se torne más difícil sino imposible de cumplir. De hecho introduce una mayor exigencia en las prácticas judías de la época. No solo excluye el reclamo y el enfrentamiento con el ofensor, sino que pide a los discípulos que respondan con una mayor entrega y una actitud generosa. Cada uno de los ejemplos que utiliza Mateo incluso han dado lugar en nuestra época a chistes al respecto.
3. Uno podría descubrir un margen de aceptación y posibilidad de cumplimiento si restringimos su alcance. Es relativamente más sencillo cuando permanecemos en el plano de las relaciones interpersonales. Cuando la ofensa es entre iguales, se facilita la comprensión mutua: somos de los mismos, con las mismas debilidades, y características. En palabras de san Pablo: somos miembros de un solo cuerpo, que no van a pelear unos con otros ni siquiera a subestimarse entre sí.
4. Pero la interpretación y aplicación de la enseñanza de Jesús empieza a complicarse cuando lo que consideramos ofensa, o daño, es de nivel más grande y puede considerarse un crimen o injusticia seria. O cuando el que ofende no es un individuo cercano, sino un miembro de un grupo, o colectivo, o institución, y el ofendido también es parte de un colectivo. Pensemos en diversos ejemplos de nuestra época y nuestras sociedades: delincuencia organizada de maras, de crimen organizado, narcos, terroristas, y la injusticia criminal, como la llama el Papa Francisco, de empresas transnacionales explotadoras en la Amazonía y por extensión, en cualquiera de nuestros países (Ver Exhortación de Francisco “Querida Amazonía, enlace más abajo). ¿Qué se aplica en esos casos? ¿Se trata de delegar en el Estado y en las instancias institucionales de aplicación de la justicia? Difícil decirlo, porque las enseñanzas de los evangelios no parece que pasen el tema del perdón al nivel de la justicia social. (Ver nota)
5. En el evangelio de Jesús, se pone la gracia, la gratuidad y el perdón como un nivel más alto que la ley y la represión para garantizar la convivencia humana. Son principios claros e indiscutibles en la enseñanza de Jesús. Pero ¿Cómo traduciríamos nosotros esos principios para orientar nuestra práctica cristiana? ¿Lo vemos viable en este mundo, en este tipo de sociedad en la que vivimos?
NOTA: En todo caso, en este plano, las sociedades, los estados, los organismos internacionales cuentan con dos instrumentos: la ley y la represión. Pero aunque son necesarios, bajo ciertas condiciones, para mantener el equilibrio social, no son suficientes. Se requieren como condiciones, al menos: que se aplique según el debido proceso, de manera proporcional al problema, sin ánimo de venganza, sin interferencias de intereses por parte de los que aplican la ley. Pero vemos, en estos mismos momentos más de un caso de gobierno, mencionando solo los de nuestra región. (por ej, Trump, en su intento por lograr la amnistía de colaboradores suyos condenados por participar en la llamada “trama rusa”. O los del “gobierno interino” de Bolivia, intentando utilizar la ley la justicia para excluir líderes de oposición, o Bukele en El Salvador, queriendo aumentar la represión policial y militar para solucionar los problemas de violencia. Todos parecen ignorar que la violencia, en cualquiera de sus formas, engendra violencia.
IMPORTANTE: LEER LA EXHORTACIÓN POSTSINODAL DEL PAPA FRANCISCO, “QUERIDA AMAZONÍA”,http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20200202_querida-amazonia.html
Es díficil Padre pero sabemos que el perdón es una de las acviones maa liberadoras. Cuando nos acercamos al Sacramento de la Reconciliación debemos hacer un examen de conciencia si buscamos el perdón cómo es que no somos capaces de perdonar?
ResponderBorrarSaludos. Perdonar es un ejercicio difícil desde cualquier nivel. El perdón no creo yo que exima de responsabilidad porque las acciones todas, tienen consecuencias. La situación se complica si esas consecuencias son globales y duraderas... así como cuando encontramos buenas acciones que mejoran la calidad de vida de muchos seres humanos... hay un ámbito de impacto mayor. Si Jesús nos dice que perdonemos, haremos un esfuerzo por perdonar pero el daño ( en Amazonas, en Siria, dónde quiera que sea) ha de repararse... y eso nos manda la Madre Iglesia... reparar la ofensa, cierto? Cómo reparar todas las ofensas que hemos hecho a nuestros hermanos y a Dios? ... Con fe que en el Amor y la Misericordia que se nos dio en la Cruz. Bendiciones.
ResponderBorrarSaludos. Perdonar es un ejercicio difícil desde cualquier nivel. El perdón no creo yo que exima de responsabilidad porque las acciones todas, tienen consecuencias. La situación se complica si esas consecuencias son globales y duraderas... así como cuando encontramos buenas acciones que mejoran la calidad de vida de muchos seres humanos... hay un ámbito de impacto mayor. Si Jesús nos dice que perdonemos, haremos un esfuerzo por perdonar pero el daño ( en Amazonas, en Siria, dónde quiera que sea) ha de repararse... y eso nos manda la Madre Iglesia... reparar la ofensa, cierto? Cómo reparar todas las ofensas que hemos hecho a nuestros hermanos y a Dios? ... Con fe que en el Amor y la Misericordia que se nos dio en la Cruz. Bendiciones.
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