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Fiesta de Epifanía

Lect.: Is 60, 1-6; Ef 3, 2-6; Mt 2, 1-12

  1. Con el pasaje de los magos de Oriente (fiesta de "Epifanía" (iluminación, manifestación luminosa), cerramos las celebraciones navideñas. Como todas las narraciones de la infancia de Jesús, este pasaje también esta cargado de preciosos simbolismos que nos transmiten un importante mensaje, pero que podemos perdernos si intentamos hacer una lectura al pie de la letra, olvidando que escuchamos un lenguaje de símbolos. Lo que contemplamos en el relato es como un hermoso tapiz, tejido con hilos de diversas tradiciones, expresiones y creencias de aquella época que, en conjunto, quieren presentarnos un maravilloso cuadro mostrando quién era Jesús para los hombres y mujeres de fe que  escribieron el evangelio de Mateo.
  2. Algunos de los hilos, las hebras, de ese tapiz, reflejan la visión que la gente de la época tenía del universo. No tenían ni podían tener idea de lo que es el espacio, ni la vastedad de sus distancias. Tampoco entendían lo que eran las estrellas, ni los planetas, ni sus movimientos. Para aquel pueblo sencillo de Palestina,  la divinidad vivía muy arriba,   encima de un cielo que era el techo del mundo. Y las estrellas eran lumbreras que esa misma divinidad había colgado de ese techo. Por eso, no veían problema en que ese Dios pudiera colgar otra estrella especial para anunciar el nacimiento de un personaje extraordinario, o que con el movimiento de esas lumbreras se transmitieran mensaje astrológicos a la humanidad. Tampoco ofrecía dificultad suponer que esa lumbrera podía ser empujada desde Oriente hasta el lugar del nacimiento de Jesús y detenerse encima del pesebre.  Pero lo que Mateo quiere decirnos, con ese lenguaje, es que el nacimiento de Jesús es tan importante que tiene una relevancia no solo para un pueblo, ni solo para este mundo, sino para todo lo que ellos entendían como universo. 
  3. Otra hebra importante de este tapiz, es la que teje las figuras de los Magos de Oriente.  Solo Mateo y solo en este texto se les menciona. En otras ocasiones ya hemos comentado cómo son creación del evangelista y no figuras históricas, y cómo la piedad popular es la que ha creado las ideas de que eran tres, de que venían en camellos y que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar. Mateo los crea con una intención  muy clara. Así como con el símbolo de la estrella subraya la trascendencia cósmica de Jesús, con estos personajes de tierras remotas, quiere expresar que la Buena Noticia de Jesús no es tan solo para los judíos sino para todos los pueblos de la tierra. Los magos simbolizan dos cosas: los extranjeros, no judíos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que buscadores de caminos para vivir la plenitud de la vida verdadera. Conecta, además, con la profecía de Miq  4:3 donde se habla de ese momento deseado en que todas las naciones aprenderán a vivir en paz,  forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No se adiestrarán más para la guerra. Esa búsqueda de la vida humana verdadera conlleva la construcción de la paz.
  4. Cerramos el ciclo navideño con este tapiz simbólico que interpreta el nacimiento y la Buena Nueva de Jesús como la ocasión para que todos aquellos que buscan honestamente la verdad encuentren una iluminación total sobre lo que significa ser humano como parte de la vida de este planeta. Esa iluminación, además, es la que nos permitirá superar la actual ignorancia que lleva a construir fronteras y rivalidades de todo tipo. La buena nueva de Jesús es una luz que nos permite  entendernos los seres humanos como llamados todos, —Oriente y Occidente, Norte y Sur—, a integrar una sola familia que convive en paz y en armonía con la naturaleza. Ω

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