Fiesta de Epifanía
Lect.: Is 60: 1-6; Ef 3:2-3
a.5-6; Mt 2:1-12
1. Las figuras de los
Magos de Oriente, como los pone el evangelista y como los decora la leyenda
posterior, son un gran símbolo de la
universalidad del mensaje de Jesús. Es decir, que la Buena Noticia (evangelio), se refiere a todos los seres humanos.
Y esa Buena Noticia, la expresa el relato de esa otra fiesta que
tradicionalmente se celebraba también estos días, el bautismo de Jesús. En ese
episodio se subraya que Jesús, viviendo
su condición humana en profundidad, experimenta la presencia del Espíritu de
Dios. Esa es la buena noticia acerca de la condición humana de todos sin
excepción.
2.
Por debilidad de nuestro entendimiento y por nuestros
intereses particulares, hemos
distorsionado esa idea de universalidad. A menudo hemos asimilado formas de
vivir lo religioso, españolas, italianas, alemanas u otras, como si fueran las
únicas, de validez universal. Ya pasó en el siglo XVI cuando los conquistadores
ligaron el mensaje cristiano a la cultura europea de la época. Pareciera que es
un problema inevitable porque todos los pueblos tienden a considerarse, de
alguna forma, el centro del mundo. Incluso los mismos indígenas o los
ticos contemporáneos. Por eso es que a
los católicos nos cuesta también descubrir que la Buena Noticia es acerca de
todos los seres humanos. Preferimos decir, y nos creemos por eso
universales, que nuestro mensaje religioso, es "para" todos, en vez de decir que es "acerca
de lo que todos los seres humanos somos". Nos creemos universales,
católicos, porque nos sentimos abiertos a que todos vengan a nuestra manera de entender y vivir, pero no estamos abiertos a reconocer que la buena noticia dice que todos los
seres humanos, en su diversidad, pueden vivir como Jesús, su condición humana
en profundidad, en esa vivencia en que se descubre el Espíritu de Dios. Y
que, por eso, todos podemos aprender de todos y descubrir en todos el Dios que
a todos nos habla y nos realiza.
3. La figura de los Magos
y el bautismo de Jesús pueden ser para nosotros el comienzo de una transformación de actitud. Llevará tiempo. Por
lo pronto, darnos cuenta de que
necesitamos esa transformación ya es un buen comienzo. Dos relatos pueden
ilustrar esa necesidad de cambiar de actitud. Uno es la noticia de hoy de que
CR es el país de AL en donde ha crecido más la desigualdad, relativamente, en
los últimos diez años. http://www.elfinancierocr.com/ef_archivo/2012/enero/15/economia3024987.html
, No somos lo mejor del mundo, ni del continente; no somos la Suiza
centroamericana. Ni debemos ser tan cristianos, si toleramos esa situación. El
otro es un relato sobre una estudiante alemana, que muestra cómo las formas de
discriminación, de negación del universalismo, se disfrazan de apariencias de
apertura. http://www.elpais.com/articulo/ultima/negro//20050517elpepiult_2/Tesp
, El universalismo como actitud cristiana sigue siendo un reto para alcanzar.Ω
Bien dicho, Jorge, qué clase de cristianos somos cuando toleramos (si no es que fomentamos) situaciones de injusticia. Lamentablemente las religiones se acomodan y muchas veces nosotros con ellas. Este tipo de mensaje nos ayuda a cuestionarnos. Gracias por compartirlo. Un abrazo.
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