Ir al contenido principal

Fiesta del Corpus Christi

Fiesta del Corpus Christi, 26 de junio de 2011
Lect.: Deut 8, 2-3.14b-16 a; I Cor 10, 16-17; Jn 6, 51-58


1. Tenemos que preguntarnos de nuevo sobre este gesto que hacemos a menudo: la celebración eucarística. Vale la pena preguntárselo, porque la rutina sin darnos cuenta, por comodidad, acaba simplificando mensajes religiosos profundos, dejando sueltos o perdidos en el camino, cabos importantes. Celebrar la eucaristía en su sentido auténtico enfrenta obstáculos serios hoy día. Por una parte, porque los cambios sociales y culturales han afectado el simbolismo necesario para comprender el rito eucarístico. La comida rápida, la familia fragmentada o disfuncional, que come cada uno a su hora o con su TV propio, aislado en su cuarto o en la sala, mientras otro queda en el comedor... todo eso limita nuestra comprensión de lo que significa participar en la cena del señor, como comida comunitaria. Por otra parte, tradiciones más culturales de épocas pasadas que evangélicas, distorsionan lo que es hacer "memoria de Jesús", y nos han llevado a celebrar la eucaristía como una devoción medicinal privada. Si la eucaristía la seguimos celebrando como los judíos en el AT, como mana al que nos acercamos, de manera interesada, seguiremos como ellos teniendo hambre y sed en sentido profundo. Olvidando que la práctica de las primeras comunidades apuntaba a celebrar la eucaristía, no de cualquier forma sino "en memoria mía", es decir asumiendo la forma como Jesús vivió y murió.
2. ¿Qué es entonces lo esencial de la eucaristía? Santo Tomás de Aquino, gran teólogo y cantor de la eucaristía, escribió que lo esencial de este sacramento es la unidad del cuerpo de Cristo, es decir de todos nosotros. Es una forma de explicar lo que dice Pablo en la 2ª lectura hoy. Pero no una unión conseguida de cualquier manera, sino por la entrega propia, en una vida profundamente fraterna, desinteresada, no centrada en uno mismo.
3. Fijémonos bien: Sto. Tomás de Aquino va mas allá de consideraciones piadosas. No dice que lo esencial sea alimentarnos para estar buenos y sanos, mientras cada uno sigue en su casa, en sus cosas, persiguiendo solo sus propios intereses. Mucho menos dice que lo esencial sea darnos oportunidad de tener a Jesús cerca para darle culto. (Recordemos que Jesús nunca pretendió ser objeto de culto, como lo recordemos en la cuaresma pasada con el episodio de las tentaciones). Hacer la eucaristía en su memoria es hacer de este momento, una verdadera comida familiar, de amigos, y un momento privilegiado para que la comunidad pueda recuperar, asimilar, hacer propia su forma de vida: comprometernos como Jesús, en una construcción de la unidad, a partir de un estilo de vida que en que todo apunta a compartir lo que se es y lo que se tiene. Por eso el símbolo eucarístico no es simplemente el pan, sino que el símbolo es la fracción del pan. Repartirse y repartirse para que todos podamos vivir —a nivel de la familia, del barrio, del lugar de trabajo, del país—, en comunión real. No lo vamos a conseguir de un día para otro, pero podemos irnos preparando para esa renovación de nuestra misa dominical que contribuya a la renovación de nuestra vida humanaΩ

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

3er domingo de Adviento

3er domingo Adviento, 16 diciembre 2007 Lect.: 35: 1 – 6 a; Sant 5: 7 – 10; Mt 11: 2 – 11 1. Nuestro mundo ha cambiado mucho desde que Isaías escribió el texto que escuchamos hoy. La imaginación no nos da para pensar lo diferente que sería la sociedad de hace 2700 años. Pero hay algo que nos suena conocido. El profeta ve a su alrededor gente con manos débiles, con rodillas vacilantes, dejándose llenar su corazón de cobardía, con temor. Un mundo lleno de problemas que produce innumerables víctimas. Siete siglos después, Juan el Bautista en la cárcel, duda si Jesús es el Mesías que ha de venir y manda a sus discípulos a preguntarle si es él o hay que esperar a otro. Jesús se identifica indicando a quiénes ha venido a traer esperanza: a los inválidos, a los enfermos, a los pobres, a los que están amenazados por la muerte y dice claramente: anuncien a Juan lo que están Uds. viendo y oyendo. 2. El mundo de Isaías, el del bautista, el nuestro, están llenos de víctimas. ¿Qué responderíam...

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justi...