Ir al contenido principal

3er domingo de Cuaresma

3er domingo de Cuaresma, 27 de marzo de 2011
Lect.: Éxodo 17: 3 – 7; Rom 5: 1 – 2. 5 – 8; Juan 4, 5-42

1. A veces nos sorprendemos al releer los evangelios con un espíritu y unos oídos abiertos dispuestos a escuchar en serio. ¿Cómo es posible que después de 21 siglos de predicación de la Buena Noticia seamos capaces de construir prácticas religiosas tan distantes, e incluso a veces contradictorias de ese Evangelio? Por ejemplo, hoy, con este rico relato teológico del encuentro con la Samaritana Juan quiere, entre otras cosas, dejar claro en qué consiste para la predicación de Jesús eso que las religiones tradicionalmente llaman “culto a Dios”. Al tiempo que aclara esto, plantea lo que es para el evangelio la “presencia de Dios. Aunque es el conjunto de símbolos usados en el relato el que aclara este doble mensaje, lo resume en unas pocas frases contundentes: “se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así es como el Padre quiere que se le dé culto. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. Con esto Jesús obvia las típicas discusiones “religiosas” sobre si el verdadero Dios está en el templo de los judíos o en el de los samaritanos; o, en términos de hoy, si está en la misa en lengua comprensible y contemporánea, o en donde se celebra en latín, de espaldas al pueblo y con un rito de siglos muy pasados. O si está en casa de católicos, de protestantes, de musulmanes o de otros. Todas esas cuestiones para Jesús nos distraen de lo único importante: que Dios es Espíritu, y que a Él se le rinde culto en el propio espíritu y verdad, con la vida vivida de manera auténtica y en todas su dimensiones, materiales y espirituales. A quien llamamos “Dios”, no se le puede encerrar, aprisionar en edificaciones de ningún tipo, ni amarrar solo a determinados ritos o doctrinas. Cada uno de nosotros puede decir, con derecho, “¿Está o no está Dios en medio de nosotros?”
2. Para ponernos a pensar en la vida de Dios en nosotros de manera menos materialista, Juan emplea un símbolo maravilloso, muy significativo para todos los pueblos y aún más para quienes vivían y viven en zonas desérticas (como lo dibuja muy bien la 1ªlectura, del Éxodo), : el agua. La frase de la samaritana, “dame de beber para no tener más sed”, expresa tanto una necesidad fundamental del ser humano, como la necesidad profunda de Dios, leída en clave simbólica. Sabemos que, con variaciones de edad, sexo y peso, aproximadamente un 65% de nuestro cuerpo está constituido por agua. La vida viene del océano, nos constituye y sin ella moriríamos. Solo la visión distorsionada de algunas mutinacionales embotelladoras pueden considerar al agua como “una mercancía más” y pretender la apropiación privada de las fuentes, negando el derecho de todos y todas al agua. El agua, entonces, además de ser el elemento vital por excelencia, y precisamente por eso, se constituye en el gran símbolo de la Vida que es Dios. Y cuando Jesús dice que esa agua que Él da, que Dios da, “se convierte dentro de cada uno en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”, está aludiendo a esa presencia fuerte, dinámica de Dios en cada uno de nosotros que nos hace saltar a la misma vida del Eterno, la vida de Dios mismo. Por eso no hay que ir a buscar a Dios en ningún templo en especial, ni pretender poseerlo, también en apropiación privada, en una sola religión.
3. Con el relato de la Samaritana hoy, el de la curación del ciego, el próximo domingo, y el siguiente con la resurrección de Lázaro, se nos plantean en la liturgia pasos de preparación para celebrar una Pascua en la que podemos recuperar el sentido de la Buena Noticia para renacer a una vida nueva. Ω

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

3er domingo de Adviento

3er domingo Adviento, 16 diciembre 2007 Lect.: 35: 1 – 6 a; Sant 5: 7 – 10; Mt 11: 2 – 11 1. Nuestro mundo ha cambiado mucho desde que Isaías escribió el texto que escuchamos hoy. La imaginación no nos da para pensar lo diferente que sería la sociedad de hace 2700 años. Pero hay algo que nos suena conocido. El profeta ve a su alrededor gente con manos débiles, con rodillas vacilantes, dejándose llenar su corazón de cobardía, con temor. Un mundo lleno de problemas que produce innumerables víctimas. Siete siglos después, Juan el Bautista en la cárcel, duda si Jesús es el Mesías que ha de venir y manda a sus discípulos a preguntarle si es él o hay que esperar a otro. Jesús se identifica indicando a quiénes ha venido a traer esperanza: a los inválidos, a los enfermos, a los pobres, a los que están amenazados por la muerte y dice claramente: anuncien a Juan lo que están Uds. viendo y oyendo. 2. El mundo de Isaías, el del bautista, el nuestro, están llenos de víctimas. ¿Qué responderíam...

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justi...