A partir de este domingo, 21 de febrero, voy a modificar el tipo de "postales" o "posts". En vez de publicar aquí, como hasta ahora, el esquema desarrollado que me sirve para hacer la reflexión dominical en la Iglesia de Santa Lucía de Barva, mantendré esa como "versión corta" en la iglesia, y otra, más larga, la publicaré aquí, para ampliar el tema y referencias, pero la pondré al final del domingo o el lunes por la mañana.
Al repasar mis reflexiones de los últimos años sobre la "celebración de la Trinidad", me parece valioso recuperar, entre otras, las siguientes. La primera, que l a experiencia nos enseña lo inadecuadas que son las solas palabras para expresar nuestros mejores sentimientos y nuestras profundas convicciones. En realidad, es algo que ya antes sabíamos que pasaba sobre todo cuando tratábamos de compartir la alegría sentida, el disfrute de la vida, la intensidad del amor… Y es algo que deberíamos también haber constatado al meternos a “hablar de Dios”, porque detrás de esa palabra, ese nombre, “Dios”, tocamos la realidad más profunda de nuestro ser, de nuestra persona, de esa realidad que está en cada uno de nosotros pero que es más grande que nosotros. Lo normal, entonces, es que el lenguaje verbal siempre se quede corto y nos deje insatisfechos. L o primero que aportó la Buena Nueva fue la oportunidad, no de aprender una verdad teológica , sino de vivir la experien...
Comentarios
Publicar un comentario