Ir al contenido principal

1er domingo de cuaresma

Lect.: Deut 26:4-10; Rom 10:8-13; Lc 4:1-13

  1. Aprovechando que este es el primer domingo de cuaresma, si nos detenemos un momento y nos preguntamos en que gastamos todo nuestro tiempo, es probable que nos demos cuenta de que a menudo toda nuestra existencia se nos va solo en correr detrás de cosas que queremos poseer, en fortalecer nuestro poder para apropiarnos de lo que creemos necesitar y en construir una imagen de nosotros mismos que nos de seguridad  y cause buena impresión a los demás. Por eso es que los psicólogos dicen que los seres humanos, o al menos en nuestro ego, tenemos tres impulsos, tres tendencias fundamentales a tener, al poder y a aparentar. Podríamos decir entonces que esto es parte de nuestra vida normal. Si no poseyéramos alimentos, abrigo, instrumentos de trabajo y diversión, simplemente moriríamos. Si carecemos de poder para dominar las circunstancias adversas, las dificultades de todo tipo con que nos topamos, tampoco sobreviviríamos. Y si no construimos una buena imagen de nosotros mismos, que exprese lo que valemos, nadie nos apreciaría y nos sentiríamos tremendamente inseguros.
  2. Pero estas tendencias humanas básicas se pueden volver contra nosotros mismos, se pueden desbocar, cuando no se subordinan a lo más importante, cuando no nos ayudan a ser humanos auténticos, a descubrir el ser y la vocación personal más profundas de cada uno y no nos permiten desarrollar y construir lo que cada uno de nosotros es, como imagen y semejanza de Dios. Eso es lo que pasa cuando el afán de poseer y consumir cosas llega a ser una obsesión que nos ciega, nos hace vivir volcados superficialmente, fuera de nosotros mismos; cuando el poder y las fuerzas personales se deforman en maneras de dominar y explotar a los demás, rompiendo todo lazo de fraternidad y respeto por los demás semejantes y por todos los seres vivientes; y   cuando en vez de vivir un proceso de descubrimiento y construcción de lo que somos auténticamente, nos dedicamos a construir una apariencia falsa, que no refleja valores que estemos viviendo.
  3. Las tres tentaciones de Jesús, de las que nos habla el evangelista Lucas, expresan esas tres tentaciones de toda persona a distorsionar esas tendencias o impulsos básicos que están hechos para permitirnos vivir y a convertirlas más bien en una dinámica de egoísmo destructivo. Jesús se enfrenta a una disyuntiva: o seguir la invitación de Dios a vivir la plenitud de ser humano para dar con su vida  a los demás la buena noticia de que esta plenitud es posible , o dejarse vencer por la invitación cómoda y fácil de su entorno a limitarse a vivir solo para sus propios intereses individuales, para su propio ego. Jesús rechazará  cada una de las tentaciones expresando con citas bíblicas una enorme confianza y seguridad en que el Espíritu de Dios está en él capacitándolo para poner sus tendencias básicas al servicio de la voluntad del Padre de todos y de todas las cosas. Y escoge así el camino que le permitirá convertirse en camino para todos nosotros.
  4. La Cuaresma es un tiempo para descubrir que también en nosotros está la posibilidad de seguir ese camino y de ser camino, de poner el afán de tener, de consumir, de tener poder y de construir una imagen propia, al servicio de un descubrimiento de nosotros mismos como seres plenos, partícipes de la divinidad. Las prácticas tradicionales de la cuaresma, —el ayuno, la oración y el compartirnos no son meros ritos religiosos, sino que son unos ejemplos de las pequeñas prácticas que podemos realizar para que nuestros impulsos humanos básicos estén al servicio, no del egoísmo, sino de la fraternidad, del disfrute compartido de los bienes de este mundo y de un proceso de autodescubrimiento que es al mismo tiempo descubrimiento de cómo todos los  seres humanos participamos en el Único Ser que nos da la existencia.Ω

Comentarios

  1. Un par de enlaces a reflexiones interesantes que complementan el mensaje de este domingo:
    1º La homilía de Francisco, en Ecatepec, México:
    https://www.aciprensa.com/noticias/santa-misa-en-el-area-del-centro-de-estudios-de-ecatepec-57766/

    2º enlace: http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2016/02/13/p380384#more380384

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

TRES REFLEXIONES PARA RECUPERAR EN LA "FIESTA DE LA TRINIDAD"

  Al repasar mis reflexiones de los últimos años sobre la "celebración de la Trinidad", me parece valioso recuperar, entre otras, las siguientes. La primera,  que l a experiencia nos enseña lo inadecuadas que son las solas palabras para expresar nuestros mejores sentimientos y nuestras profundas convicciones.  En realidad, es algo que ya antes sabíamos que pasaba sobre todo cuando tratábamos de compartir la alegría sentida, el disfrute de la vida, la intensidad del amor… Y es algo que deberíamos también haber constatado al meternos a “hablar de Dios”, porque detrás de esa palabra, ese nombre, “Dios”, tocamos la realidad más profunda de nuestro ser, de nuestra persona, de esa realidad que está en cada uno de nosotros pero que es más grande que nosotros. Lo normal, entonces, es que el lenguaje verbal siempre se quede corto y nos deje insatisfechos. L o primero que aportó la Buena Nueva fue la oportunidad, no de aprender una verdad teológica , sino de vivir la  experien...

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

CELEBRANDO LA ASCENSIÓN, ¿SE TRATA DE UNA "SUBIDA"?

 Se supone que uno de los propósitos de las fiestas litúrgicas es pedagógico. Se trataría de desglosar diversos aspectos del mensaje evangélico para facilitar su comprensión. Y se suponía también que al asociar cada aspecto del mismo a un "episodio" o dimensión de la vida de Jesús, esto daría más vitalidad y dinamismo al anuncio de la Buena Nueva. No sé en que medida esto se logró en siglos pasados, pero me temo, desde hace tiempos, que hoy en día" el modo de realizar la celebración litúrgica más bien desorienta la formación en la fe de los creyentes contemporáneos. En vez de una comprensión progresiva del Mensaje se produce una fragmentación del mismo y una pérdida de visión de conjunto y, al mismo tiempo, al asociar cada "fragmento" a recuerdos de diversos momentos sucesivos de la vida de Jesús, se crea la impresión de que se está intentando construir y reproducir un resumen biográfico de ésta. Un paso más y caemos en una lectura literalista y fundamentalista...