Ir al contenido principal

Fiesta de la Epifanía

Fiesta de la Epifanía, 3 ene. 10
Lect.: Is 60: 1 – 6; Ef 3: 2 – 3 a. 5 – 6; Mt 2: 1 – 12

1. Como pasa a menudo, las tradiciones y leyendas en torno a la navidad, sin pretenderlo, acaban ocultando o cambiando parte del sentido original evangélico del nacimiento de Jesús. No hay que extrañarse, en parte por la cantidad de símbolos usados en los relatos de la infancia, aparecen luego bien intencionadas pero arbitrarias modificaciones. Por ejemplo, en el relato de hoy Mt solo habla de “unos magos de Oriente”, pero la imaginación popular habla luego de 3, o 12, o 60; les pone nombre, los ve como sabios y, casi peor aún, los llama “reyes”. Es la intención de realzar la figura de Jesús. Pero con el riesgo real de perder de vista lo que es central en el pasaje: que para los judíos, los “magos de Oriente” eran figuras sospechosas, por decir lo menos, despreciadas, de prácticas falsas, creyenceros en aplicaciones y manejos de fuerzas más o menos ocultas y, encima, de razas y culturas que no eran las del pueblo elegido. Es decir, gente lejana a la fe verdadera, metidos en la magia considerada idolátrica por Israel, e incluso, como lo dirá Pablo en Hech, ligados con el demonio. Si recuperamos esta visión original de la época, podremos entender mejor el mensaje. Desde el comienzo del evangelio se nos está diciendo que el Espíritu de Dios se puede manifestar en cualquier hombre o mujer de buena voluntad, que está en búsqueda honesta de la verdad, y que desde esa búsqueda puede llevarlo al descubrimiento de la divinidad que le realiza plenamente. Con la figura de los pastores, como los primeros que se acercan al pesebre, nos hablaba el evangelio de la preferencia por los pobres, los sencillos y los humildes. Ahora con la de los magos, nos habla de la valoración de quienes incluso fuera de las instituciones religiosas oficiales, incluso a través de prácticas que consideramos equivocadas, pueden ser iluminados por Dios a partir de su búsqueda sincera. Y en ambos casos, los evangelistas contrastan pastores y magos con quienes ostentan el poder político y religioso y lo usan para sus propios intereses.
2. Este tipo de mensaje era muy revolucionario en aquella época. Fijémonos que en la hermosa 1ª lectura Isaías refleja la creencia de que la luz de Dios solo podía venir de Jerusalén, es decir, de su pueblo mientras que todos los demás pueblos vivían en la oscuridad. El relato de los magos hace tambalearse esta creencia nacionalista. Pero además, este mensaje sigue siendo revolucionario para nosotros, cuando creemos, ya no en ser miembros de un pueblo elegido, sino de una iglesia elegida que nos asegura tener la verdad en exclusiva. A nosotros nos dice también el evangelio que lo que sigue siendo valorado es la búsqueda honesta constante de la verdad, y no el estar matriculado en ninguna institución política o religiosa de privilegio. Y que la luz de esa verdad nos puede llegar por caminos insospechados y a través de gente de la que no esperamos nada. Esto nos quita toda tentación de elitismo, de creernos pertenecientes a una élite religiosa, y nos invita a ser más abiertos en nuestras relaciones humanas, a dejar que nos cuestione el encuentro con aquellos que con su pobreza o marginalidad pueden poner en crisis esa autosuficiencia y ese egocentrismo nuestros que nos cierran al encuentro con la divinidad.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

TRES REFLEXIONES PARA RECUPERAR EN LA "FIESTA DE LA TRINIDAD"

  Al repasar mis reflexiones de los últimos años sobre la "celebración de la Trinidad", me parece valioso recuperar, entre otras, las siguientes. La primera,  que l a experiencia nos enseña lo inadecuadas que son las solas palabras para expresar nuestros mejores sentimientos y nuestras profundas convicciones.  En realidad, es algo que ya antes sabíamos que pasaba sobre todo cuando tratábamos de compartir la alegría sentida, el disfrute de la vida, la intensidad del amor… Y es algo que deberíamos también haber constatado al meternos a “hablar de Dios”, porque detrás de esa palabra, ese nombre, “Dios”, tocamos la realidad más profunda de nuestro ser, de nuestra persona, de esa realidad que está en cada uno de nosotros pero que es más grande que nosotros. Lo normal, entonces, es que el lenguaje verbal siempre se quede corto y nos deje insatisfechos. L o primero que aportó la Buena Nueva fue la oportunidad, no de aprender una verdad teológica , sino de vivir la  experien...

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

CELEBRANDO LA ASCENSIÓN, ¿SE TRATA DE UNA "SUBIDA"?

 Se supone que uno de los propósitos de las fiestas litúrgicas es pedagógico. Se trataría de desglosar diversos aspectos del mensaje evangélico para facilitar su comprensión. Y se suponía también que al asociar cada aspecto del mismo a un "episodio" o dimensión de la vida de Jesús, esto daría más vitalidad y dinamismo al anuncio de la Buena Nueva. No sé en que medida esto se logró en siglos pasados, pero me temo, desde hace tiempos, que hoy en día" el modo de realizar la celebración litúrgica más bien desorienta la formación en la fe de los creyentes contemporáneos. En vez de una comprensión progresiva del Mensaje se produce una fragmentación del mismo y una pérdida de visión de conjunto y, al mismo tiempo, al asociar cada "fragmento" a recuerdos de diversos momentos sucesivos de la vida de Jesús, se crea la impresión de que se está intentando construir y reproducir un resumen biográfico de ésta. Un paso más y caemos en una lectura literalista y fundamentalista...