Ir al contenido principal

2º domingo de Pascua: SENTIR LAS HERIDAS DE LOS CLAVOS DE JESÚS EN LAS HERIDAS DEL PUEBLO*

 2º domingo de Pascua
Lect.: evangelio de Juan 20:19-31



  1. No voy a hablar sobre el tema de la coexistencia de la fe y las dudas. Es bastante común dedicar la reflexión sobre el texto evangélico de hoy a comentar sobre la permanencia de las dudas incluso en personas de fe. Se toma la figura del apóstol Tomás, a veces como alguien que aún no tenía una fe madura. Otras, para alabar la fe de aquellos que sin ver han creído. Es un tema importante, pero muy comentado ya.  Y me parece que hay otras formas de abordar el mensaje de hoy que pueden tocar más a fondo nuestro compromiso cristiano. Fijémonos en la forma como Tomás recupera su fe en su Maestro Jesús: tocándole y tocando, en concreto las llagas, las heridas. Todos los apóstoles, después de la muerte de Jesús, dispersos por el miedo, y cargando el peso de la culpa por haberlo abandonado, tienen que pasar por una experiencia de conversión y perdónpara volver a reunirse como comunidad de discípulos. En esto consiste, sobre todo, la experiencia pascual: descubren que Jesús vive porque le experimentan presente en ellos dándoles su perdón y permitiéndoles que, a pesar de toda su fragilidad, continúen la misión que Jesús había iniciado. Y se rinden convirtiéndose de su debilidad e incredulidad, ante el amor misericordioso que les perdona sus fallos. Esta experiencia pascual les reaviva el recuerdo del Dios que Jesús veía como Padre amoroso,  que no quiere que nadie perezca, sino que todos vivan. Por eso no dudan en que vuelven a ser readmitidos como discípulos.
  2. Pero, aparentemente, por el relato del evangelista Juan, la conversión que experimenta Tomás es más particular. Él quiere descubrir no solo a un Jesús vencedor de la muerte, que está en el regazo de Dios, no solo a alguien cuya presencia salvadora operativa experimenta, sino a un resucitado que mantiene abiertas sus heridas, que lo identifican no solo como aquel que pasó una dolorosa pasión y muerte de ajusticiado, sino que por esas mismas heridas y llagas se identifica con el dolor de todos los hombres y mujeres que sufren opresión, tortura, muerte injusta violenta, enfermedad y dolor. Es el resucitado - crucificado que Tomás conoció en su vida terrena como identificado con los pobres, las prostitutas, y los excluidos de la sociedad judía. Es tocando sus llagas como Tomás recibe una prueba contundente de la identidad del Viviente, que se entregó hasta el final para despertar la esperanza de quienes más sufrían.
  3. Lección valiosa la de Tomás, para el avance en nuestra propia vida cristiana. No es raro que corramos el peligro de quedarnos estudiando las enseñanzas de Jesús, para fortalecer nuestra esperanza en una vida más allá de la presente; o para crecer, según pensamos, en una vida “virtuosa”, incluso “espiritual”, pero a distancia de un compromiso con la transformación social, política y económica que se requiere para sacar de la pobreza y el hambre, de la injusticia y la explotación, a “los olvidados de la tierra”. La experiencia de la resurrección de Jesús, al modo como la tuvo el apóstol Tomás, no nos permite quedarnos “disfrutando” la alegría de la Pascua, sino que se convierte en un permanente recordatorio de que debemos vivir nuestra propia resurrección aprendiendo a sentir y a transformarnos desde el dolor del Crucificado y de todos los crucificados de esta sociedad.
  4. Los y las costarricenses acabamos de concluir un proceso electoral bastante difícil, pero creo que valió la pena. Elegir a las autoridades de gobierno, —en especial al Presidente de la República— nos dio, al menos, la pequeña oportunidad de contribuir con nuestro voto a continuar construyendo una sociedad en la que superemos toda forma de exclusión y marginación. Pero obviamente nuestra tarea, —incluso la de nosotros, personas comunes y corrientes—, no acaba en las urnas electorales. Permanece el reto de colaborar para unirnos todos en la construcción  de esa sociedad nueva. Tomás, metiendo los dedos y la mano en las heridas de Jesús, es el recordatorio permanente del tipo de espiritualidad cristiana comprometida, en el que debemos unirnos cuantos intentamos vivir como seguidores de Jesús.Ω
* Una 1ª versión de esta reflexión, con pequeñas variantes, se publicó el 8 de abril de 2018, coincidentemente, como ahora, poco después de concluir un proceso electoral en Costa Rica.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

3er domingo de Adviento

3er domingo Adviento, 16 diciembre 2007 Lect.: 35: 1 – 6 a; Sant 5: 7 – 10; Mt 11: 2 – 11 1. Nuestro mundo ha cambiado mucho desde que Isaías escribió el texto que escuchamos hoy. La imaginación no nos da para pensar lo diferente que sería la sociedad de hace 2700 años. Pero hay algo que nos suena conocido. El profeta ve a su alrededor gente con manos débiles, con rodillas vacilantes, dejándose llenar su corazón de cobardía, con temor. Un mundo lleno de problemas que produce innumerables víctimas. Siete siglos después, Juan el Bautista en la cárcel, duda si Jesús es el Mesías que ha de venir y manda a sus discípulos a preguntarle si es él o hay que esperar a otro. Jesús se identifica indicando a quiénes ha venido a traer esperanza: a los inválidos, a los enfermos, a los pobres, a los que están amenazados por la muerte y dice claramente: anuncien a Juan lo que están Uds. viendo y oyendo. 2. El mundo de Isaías, el del bautista, el nuestro, están llenos de víctimas. ¿Qué responderíam...

3er domingo de Cuaresma. "EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO ES UN ÚNICO AMOR. Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido". MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A LA IGLESIA Y PUEBLO DE COSTA RICA

 Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir. En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”. La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justi...