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24º domingo t.o.: conocerse a sí mismo para conocer a Jesús

Lect.: Isaías 50:5-9; Santiago 2:14-18; Marcos 8:27-35

El punto central que atrae nuestra atención en el texto de Marcos,  lo incluye la pregunta doble que plantea Jesús a los discípulos: ¿quién dice la gente que soy yo?  y Uds., ¿quién dicen que soy yo?   Son preguntas que generan todavía más preguntas a los lectores del evangelio. Por ejemplo, algo que puede desconcertar: ¿por qué les pregunta esto Jesús a quiénes llevan ya tiempo acompañándolo y no se lo pregunó al principio? ¿por qué asocia la pregunta al justamente al anuncio de que el conflicto que ha surgido con las autoridades del Templo se va a agudizar amenazadoramente? ¿por qué Pedro reacciona tan negativamente ante este anuncio? Veamos algunos elementos para reflexionar sobre estas preguntas. 
Dos primeras observaciones importantes. La primerasobre la madurez del propio Jesús y la madurez que espera que vayan adquiriendo sus discípulos: no quiere que la gente se “matricule” con él irreflexivamente. No es un líder político, ni sindical, ni religioso, de los que solo se interesan en movilizar grupos o multitudes, para que le “hagan barra” y se adapten a sus intereses. Quiere que  las personas nos formemos, que pensemos por nosotros mismos y que constantemente hagamos de nuestra opción por el evangelio, una decisión libre y bien pensada. Recordemos hace unas semanas, cuando leíamos en el evangelio de Juan sobre la deserción de un gran número de sus discípulos, cómo Jesús se vuelve a los pocos que se quedaban con él y les pregunta, “Y Uds. ¿no quieren también marcharse?” No son las únicas, pero sí muy significativas ilustraciones no solo de la clase de relación respetuosa que genera Jesús con quienes se le han unido en la causa de la Buena Noticia. También reflejan o marcan un camino para la práctica de las Iglesias cristianas. Hay dos problemas, entre otros, que han afectado el desarrollo de la vida de las comunidades. Una es la obsesión por el número de adherentes, de seguidores, crecimiento en bautizos, obligación de asistir a misa, de casarse “por la iglesia”. Obsesión que no va pareja con una formación para pensar y decidir por sí mismos. De manera complementaria se da el énfasis en la obediencia, —virtud muy secundaria, diría santo Tomás—,  como si lo esencial del Evangelio se jugara en una institución con estricta organización jerárquica,  en vez  de cultivar una fe que impulsa desde dentro  a la práctica del amor, como dice Santiago en su carta que hemos leído hoy.

La otra observación importante se refiere a la reacción de Pedro criticando a Jesús. No es casual que Pedro reaccione mal ante el anuncio, nada atractivo, que hace Jesús del camino que va a seguir. Pedro, en el fondo, sabe que Jesús es “el hijo del hombre” y que lo que revela de sí mismo lo revela de cada ser humano. No es tanto la estima por su Maestro, es probablemente, el miedo por su propio futuro lo que lo atemoriza. Por esa misma identidad entre Jesús y cada uno es válido dar un giro a  la pregunta de Jesús y empezar interrogándonos si nos conocemos a nosotros mismos. Si queremos conocer quién es Jesús, debemos empezar por conocernos a nosotros mismos. En última instancia, también, por la presencia divina en cada uno, para conocer a Dios debo empezar por conocerme interiormente, conocer mi vivencia personal de lo más humano que hay en mí, que es también lo más divino.Ω

NOTA: Para los que van a misa a Santa Lucía, y escuchan ahí la versión corta de mi reflexión sobre el evangelio: A partir de hoy vamos a seguir las instrucciones del Papa Francisco sobre la duración de la misa y de la homilía. La predicación trataremos de que dure menos de 10 minutos, lo suficiente para enunciar el tema y formular preguntas que lleven a la reflexión. Los demás elementos que ayuden a encontrar respuestas y a contextualizar el texto del evangelio, los incluiremos en la versión escrita en mi blog y en mi página de FB, para quienes deseen mejorar su formación bíblica. Eso nos va a facilitar conversar e intercambiar ideas en FB sobre lo que reflexionamos a partir del Evangelio.

Ver, sobre las orientaciones del Papa Francisco:  http://www.vatican.va/news_services/liturgy/insegnamenti/documents/ns_lit_doc_liturgia-omelia-papa-francesco_sp.html

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