Ir al contenido principal

6º domingo t.o.: Bienaventurados los que creen que se pueden cambiar las cosas

Lect.:    Jeremías 17:5-8; I Corintios 15:12, 16-20; Lucas 6:17, 20-26

  1. Las excavaciones y estudios arqueológicos han sacado a la luz ruinas y restos de las ciudades romano - helenistas del cercano Oriente de  la primera época del cristianismo. Así ha  podido observarse  la enorme diferencia de los modos de vida entre los estratos sociales ricos y de clase alta y los estratos sociales bajos. Junto a las lujosas mansiones se amontonaban barrios de enorme miseria en los que la gente vivía en condiciones infrahumanas, compartiendo a veces varias familias en un reducido espacio. Era inevitable que las primeras comunidades cristianas en esas ciudades reflejaran esa estratificación social. Aunque por Pablo sabemos que muy pocos cristianos pertenecían a la clase social alta y la mayor parte eran de los estratos más bajos, en cartas como las dirigidas a los Corintios reflejan los conflictos sociales que se generaban.
  2. Siendo así el contexto socioeconómico de las primeras comunidades cristianas, ¿cómo recibirían discursos como el de las Bienaventuranzas del discurso de Lucas, en el llano? (Para Mateo era el Sermón del Monte). Porque si no se interpretan de manera adecuada, todavía hoy inclusonos arriesgamos a pensar que las palabras de Jesús podían resultar o bien una tremenda ironía, calificando de “feliz” a la forma como vivían esas masas miserables, o bien como una cínica actitudde quien, viviendo cómodamente, no mueve un dedo para cambiar la situación, con el pretexto de que habrá al final otra vida en la que se premiará a los que ahora sufren. 
  3. Hay dos elementos que pueden ayudarnos a poner las Bienaventuranzas en una correcta perspectiva, integrando el discurso en el contexto más amplio del evangelio de Lucas. En primer lugar, este evangelista  presenta la llegada de Jesús como el inicio de una nueva eraen la que se muestra un Dios distintodel que enseñaban en el Templo. En la práctica de Jesús ese Dios se va a manifestar como un padre para el desvalido, el pobre, el excluido, la viuda y el huérfano. Hay un texto sintético en este evangelio de Lucas, en el que resume, sin dejar lugar a dados, el sentido de la misión de Jesús. En el capítulo 4 del evangelio de Lucas, el propio Jesús se presenta en la sinagoga de Nazaret, de manera impactante con un texto de Isaías,  ”El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces él  comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».”(Lc 4: 18 - 21).  
  4. Jesús no se ve a sí mismo como el fundador de una nueva religión, ni como restaurador del culto litúrgico, ni como un legista o moralista preocupado por el cumplimiento de la Ley por parte de todo el pueblo. Lo suyo es anunciar y realizar un mensaje liberador para los verdaderamente pobres, los hambrientos, los afligidos y proscritos de este mundo. A esos se dirige la Buena noticia de que han sido elegidos para ser dichosos. Es el mismo calificativo que Lucas da a María “por haber creído que se cumpliría lo que le había sido anunciado”(Lc 1: 45). Y el mismo con que califica a los enviados de Juan que no se escandalicen de él, al descubrir que la respuesta a la pregunta del Bautista sobre si era o no el que había de venir son los hechos que caracterizan su misión:: «Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres”(Lc 7:23).
  5. Desde esta perspectiva, las Bienaventuranzas ni son un texto aislado, ni son meramente un anuncio de algo que sucederá en un futuro lejano, sino que expresan y resumen lo que Jesús está ya realizando en su misión:él está sirviendo a las necesidades de los pobres y marginados, grandes elegidos de la misericordia de Dios. Está fortaleciendo las aspiraciones de estos sectores sociales, y ellos se acercan a escucharle, al punto de que puede llamarlos sus “discípulos”. El la acción y palabra de Jesús todos ellos empiezan a vivir su bienaventuranza  Pero hay algo más, el discurso de las bienaventuranzas al ser una muestra de lo que fue la misión, las acciones y la predicación de Jesús, son también expresión de lo que es el compromiso de los cristianos y cristianas auténticas. Ninguno de nosotros, ni entonces ni ahora,  podríamos pretender formar parte del Reino de Dios, si no nos ponemos con Jesús, del lado de los marginados de los beneficios de la tierra.  
  6. Los pobres, los que lloran, los hambrientos… son entonces ya bienaventurados en la medida en que, a partir de la misión de Jesús, nosotros vayamos ayudando a construir y extender su bienaventuranza, su felicidad, trabajando muy en serio por eliminar las causas de la pobreza y la desigualdad. Hoy entendemos mejor que éstas se encuentran en el mismo comportamiento y decisiones políticas y económicas de todos los responsables del funcionamiento actual de la sociedad. Por eso la bienaventuranza de los pobres no es algo que va “a caer del cielo”, ni que va a surgir del mero mejoramiento de sus condiciones materiales, sino que se construye dependiendo de nuestro propio compromiso de fe, y avanza conforme se profundiza nuestra propia conversión, nuestra transformación personal y la de los pobres y marginados de la tierra.Ω 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

TRES REFLEXIONES PARA RECUPERAR EN LA "FIESTA DE LA TRINIDAD"

  Al repasar mis reflexiones de los últimos años sobre la "celebración de la Trinidad", me parece valioso recuperar, entre otras, las siguientes. La primera,  que l a experiencia nos enseña lo inadecuadas que son las solas palabras para expresar nuestros mejores sentimientos y nuestras profundas convicciones.  En realidad, es algo que ya antes sabíamos que pasaba sobre todo cuando tratábamos de compartir la alegría sentida, el disfrute de la vida, la intensidad del amor… Y es algo que deberíamos también haber constatado al meternos a “hablar de Dios”, porque detrás de esa palabra, ese nombre, “Dios”, tocamos la realidad más profunda de nuestro ser, de nuestra persona, de esa realidad que está en cada uno de nosotros pero que es más grande que nosotros. Lo normal, entonces, es que el lenguaje verbal siempre se quede corto y nos deje insatisfechos. L o primero que aportó la Buena Nueva fue la oportunidad, no de aprender una verdad teológica , sino de vivir la  experien...

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

CELEBRANDO LA ASCENSIÓN, ¿SE TRATA DE UNA "SUBIDA"?

 Se supone que uno de los propósitos de las fiestas litúrgicas es pedagógico. Se trataría de desglosar diversos aspectos del mensaje evangélico para facilitar su comprensión. Y se suponía también que al asociar cada aspecto del mismo a un "episodio" o dimensión de la vida de Jesús, esto daría más vitalidad y dinamismo al anuncio de la Buena Nueva. No sé en que medida esto se logró en siglos pasados, pero me temo, desde hace tiempos, que hoy en día" el modo de realizar la celebración litúrgica más bien desorienta la formación en la fe de los creyentes contemporáneos. En vez de una comprensión progresiva del Mensaje se produce una fragmentación del mismo y una pérdida de visión de conjunto y, al mismo tiempo, al asociar cada "fragmento" a recuerdos de diversos momentos sucesivos de la vida de Jesús, se crea la impresión de que se está intentando construir y reproducir un resumen biográfico de ésta. Un paso más y caemos en una lectura literalista y fundamentalista...