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5º domingo t.o.: Remar a las aguas profundas de nuestro ser auténtico

Lect.: Isaías 6:1-2, 3-8; I Corintios 15:1-11; Lucas 5:1-11

  1. Como todos los textos evangélicos, este de hoy fue escrito varias décadas después de la muerte y resurrección de Jesús. Y, como tantos otros, toman como base un trasfondo de algún hecho histórico de la vida de Jesús pero lo leen a la luz de la Pascua, para descubrir un mensaje que va mucho más allá de lo anecdótico original. Por eso, en este relato de hoy en Lucas lo importante es descubrir ese mensaje que nos comunica  el autor y su comunidad usando varios elementos de carácter simbólico. Quisiera fijarme solamente en una frase clave, y en dos elementos simbólicos complementarios.  De ahí proponer el tipo de interrogante que a mí me generan. Quizás esto les ayude a Uds. a descubrir lo que el texto le pregunta o plantea a cada uno, personalmente.
  2. La frase clave simbólica es: ¡remen mar adentro!. ¡Métete en las aguas profundas, aun asumiendo riesgos! Sabemos todo lo que significaba el mar en la mitología de la época, el temor que inspiraba, lo que la imaginación popular creaba como peligros de las profundidades. Remar mar adentro es, entonces,  una clara alusión a que los cristianos como comunidad y como personas individuales no podemos, no debemos quedarnos en formas de vida superficiales, por cómodas que sean, por más que nos vengan impuestas por costumbre o rutina.  Quedarnos en la orilla, dentro de la seguridad institucional, administrativa y de la ortodoxia doctrinal, escuchándonos solo a los de dentro, no nos permitirá crecer en riqueza evangélica ni nos permitirá ser capaces de compartir la riqueza del mensaje de la buena Noticia con quienes podrían estarlo necesitando. 
  3. De ahí los dos símbolos complementarios.  Uno es el de la barca de Pedro,que todos fácilmente identificamos con la Iglesia, como comunidad, no solo como jerarquía eclesiástica. Parece que la intención del autor es mostrar que, para ser fieles al llamado de Jesús, es preciso  que la comunidad cristiana, con obispos y sacerdotes, no nos quedemos anclados a la orilla, en lugares cómodos, donde hemos estado siempre, con la gente que habitualmente viene a nuestras actividades, donde no escuchamos los clamores y losretos de la sociedad contemporánea, y peor aún, donde no nos esforzamos por entender a quienes hablan y piensan distinto de la Iglesia tradicional. 
  4. El otro símbolo es el propio Pedro, no como “jerarquía”, sino como discípulo, a nivel personal y representando a los demás discípulos.  Escuchar el llamado de remar mar adentro, de ir a aguas profundas, para él significa que si quiere ser pescador de hombres,  es decir, que si quiere trabajar por rescatar y salvar a quienes sufren de diversas amenazas en sus vidas, debe partir de una vivencia humana personal profunda que le permita conocer y entender las de los demás. En otras palabras, en el llamado a Pedro de ir a aguas profundas se representa la necesidad que tenemos de descubrir nuestro propio ser auténtico, lo que somos de verdad, para poder ayudar a que los demás también descubran su propio ser auténtico.  Es más, hoy día podríamos entender que incluso el camino para escuchar la palabra de Dios y descubrir pasa por el conocimiento de uno mismo en profundidad.
  5. Tanto si entendemos el mensaje como un llamado a revisar la misión y la práctica de la comunidad cristiana, o si lo entendemos como un llamado a descubrir el ser auténtico de cada uno, en cualquier caso se trata de una invitación a superar formas de vida superficial  que incluso acompañadas con una religiosidad cosmética,no permiten profundizar en los alcances del llamado de la Buena Nueva. Sin duda se trata de un llamado de gran actualidad en esta sociedad en la que vivimos, que nos bombardea con innumerables prácticas y discursos que nos distraen y nos obstaculizan el plantearnos preguntas de fondo sobre lo que somos, sobre el tipo de sociedad y de Iglesia que debemos construir y nos deja atrapados en la falsa seguridad  de un consumismo —material y religioso— que nos mantiene encallados en una arena, sin perspectivas, donde no vemos que aquí y ahora podríamos estar ya remando mar adentro.Ω


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