Ir al contenido principal

5º Domingo de Pascua

5º domingo de Pascua, 2 de mayo 2010.
Lect.: Hech 14: 20b – 26; Apoc 21: 1 – 5 a; Jn 13: 31 – 33 a


1.A finales del siglo I, sesenta y pico de años después de la muerte de Jesús, el autor del Apocalipsis, reflejando los temores, deseos y esperanzas de los cristianos perseguidos, cae en un sueño, una visión religiosa, y ve “un cielo nuevo y una tierra nueva”, una nueva ciudad santa vestida como una novia, donde ya no habrá ni muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque el primer cielo y la primera tierra, en los que vivimos, ya habrán pasado. Veinte siglos después los seres humanos seguimos soñando no solo con algo mejor, sino con algo distinto de lo que tenemos, que se acerque a esa visión del apocalipsis. Si muchos no nos dedicamos a soñar y a trabajar por ese mundo distinto es, quizás, porque tememos que sea imposible, no queremos frustrarnos más persiguiéndolo y preferimos conformarnos con pequeños logros. Pero el sueño del apocalipsis está ahí, en el trasfondo de nuestras colectividades y de vez en cuando brotan a la superficie y se expresan en luchas, en poesía y en cantos. Pienso en tres canciones de los últimos 50 años que, muchos de los mayores al menos, habremos escuchado seducidos por la esperanza que encierran. Las tres encierran rasgos de ese nuevo mundo que deseamos en el fondo del corazón y que no nos atrevemos a pedir ni a construir. “Soñar el sueño imposible, luchar contra el enemigo imbatible, soportar el dolor insoportable, correr adonde ni los valientes se atreven a ir”, “The Impossible Dream” (http://www.reelclassics.com/Actors/O%27Toole/impossibledream-lyrics.htm). Joan Manuel Serrat refleja en una de sus canciones aspiraciones incluso más cotidianas y sencillas que hoy a menudo no siempre se realizan: “Sería fantástico…, dice, que nada fuera urgente. No pasar nunca de largo y servir para algo.… que no perdiesen siempre los mismos y que heredasen los desheredados. … que ganara el mejor y que la fuerza no fuera la razón. Que se instalara en mi barrio el paraíso terrenal (http://www.musikeiro.com.ar/letras.php?id=42792). Finalmente, quizás de forma más radical, el beattle John Lennon invitaba a imaginar “que no hay cielo, ni infierno, que se puede vivir para el día de hoy, … que no existen los países, que no hay nadie por quien morir ni a quien matar, ni siquiera religión, que vivimos la vida en paz” (http://www.lyrics007.com/John%20Lennon%20Lyrics/Imagine%20Lyrics.html).
2.Aunque las nuevas generaciones ya no canten estas tres formidables piezas musicales, siguen soñando en salirse de la realidad limitada en que vivimos. Lamentablemente muchos escapándose por la vía de las drogas, otros más dejándose sedar por el consumo de ropa, fiestas, aparatos electrónicos, viajes y otros privilegios que sus padres les conceden sin siquiera exigirles esfuerzo, irresponsablemente, a veces incluso por encima de las posibilidades del nivel de vida familiar. Y es que, ante las inevitables limitaciones y penurias de la vida existe en nosotros humanos la permanente tentación de huir por la vía fácil. Buscar siempre lo que produce placer inmediato y evitar lo que exige decisiones valientes, esfuerzo y sudor. Incluso en el plano religioso está esa misma tentación presente, bucando iglesias que supuestamente nos den prosperidad, un dios que haga llover regalos sobre nosotros, prácticas rituales que sustituyan sin costo la visita al psiquiatra. Todos caminos fáciles que no nos conducen a descubrir ni al verdadero Dios, ni al verdadero ser humano que somos.
3.En plena celebración de la Pascua la liturgia nos hace volver ojos y oídos a un planteamiento diferente. En el discurso de la Cena, que recuerda el fragmento de Jn hoy, se nos dice que incluso en la traición de Judas, y en la muerte en la cruz puede manifestarse la gloria, es decir, la presencia plena de Dios. Es una invitación a cambiar de onda, a descubrir con otros ojos, más allá del placer y el dolor, incluso de los efectos del mal, la realidad divina que hay en nosotros y que nos da nuestra auténtica y más profunda identidad. Al descubrir esa realidad, y hacernos una sola cosa con ella, nos estaremos fundiendo con el amor gratuito y desinteresado que nos trae a la existencia, y así podremos, en las buenas y en las malas, empezar a crear una tierra y un cielo nuevos, donde trascendamos las fronteras del yo egoista que nos dividen y nos antagonizan. Por difícil y larga que sea esa es la dirección que se nos plantea a quienes queremos seguir el camino de Jesús.Ω

Comentarios

  1. Guau, qué bueno. Estoy de nuevo poniéndome al día y encuentro, después de semanas de estrés de trabajo y estudio, este comentario como un vaso de agua fresca en el desierto. Gracias por él. Un abrazo. Anabelle

    ResponderBorrar
  2. Guau, qué bueno. Estoy de nuevo poniéndome al día y encuentro, después de semanas de estrés de trabajo y estudio, este comentario como un vaso de agua fresca en el desierto. Gracias por él. Un abrazo. Anabelle

    ResponderBorrar
  3. Guau, qué bueno. Estoy de nuevo poniéndome al día y encuentro, después de semanas de estrés de trabajo y estudio, este comentario como un vaso de agua fresca en el desierto. Gracias por él. Un abrazo. Anabelle

    ResponderBorrar
  4. Perdón se fue tres veces. Lo siento. Saludos nuevamente.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

TRES REFLEXIONES PARA RECUPERAR EN LA "FIESTA DE LA TRINIDAD"

  Al repasar mis reflexiones de los últimos años sobre la "celebración de la Trinidad", me parece valioso recuperar, entre otras, las siguientes. La primera,  que l a experiencia nos enseña lo inadecuadas que son las solas palabras para expresar nuestros mejores sentimientos y nuestras profundas convicciones.  En realidad, es algo que ya antes sabíamos que pasaba sobre todo cuando tratábamos de compartir la alegría sentida, el disfrute de la vida, la intensidad del amor… Y es algo que deberíamos también haber constatado al meternos a “hablar de Dios”, porque detrás de esa palabra, ese nombre, “Dios”, tocamos la realidad más profunda de nuestro ser, de nuestra persona, de esa realidad que está en cada uno de nosotros pero que es más grande que nosotros. Lo normal, entonces, es que el lenguaje verbal siempre se quede corto y nos deje insatisfechos. L o primero que aportó la Buena Nueva fue la oportunidad, no de aprender una verdad teológica , sino de vivir la  experien...

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

CELEBRANDO LA ASCENSIÓN, ¿SE TRATA DE UNA "SUBIDA"?

 Se supone que uno de los propósitos de las fiestas litúrgicas es pedagógico. Se trataría de desglosar diversos aspectos del mensaje evangélico para facilitar su comprensión. Y se suponía también que al asociar cada aspecto del mismo a un "episodio" o dimensión de la vida de Jesús, esto daría más vitalidad y dinamismo al anuncio de la Buena Nueva. No sé en que medida esto se logró en siglos pasados, pero me temo, desde hace tiempos, que hoy en día" el modo de realizar la celebración litúrgica más bien desorienta la formación en la fe de los creyentes contemporáneos. En vez de una comprensión progresiva del Mensaje se produce una fragmentación del mismo y una pérdida de visión de conjunto y, al mismo tiempo, al asociar cada "fragmento" a recuerdos de diversos momentos sucesivos de la vida de Jesús, se crea la impresión de que se está intentando construir y reproducir un resumen biográfico de ésta. Un paso más y caemos en una lectura literalista y fundamentalista...