Ir al contenido principal

29o domingo tiempo ordinario

29º domingo t.o., 19 oct. 08
Lect.: Is 45: 1. 4 – 6; 1 Tes 1: 1 – 5b; Mt 22: 15 – 21


1. Este texto que acabamos de leer es uno de los peor interpretados del evangelio. Ha servido a través de los siglos para manipular el pensamiento de Jesús pretendiendo que según él se estaría enseñando aquí la separación de dos poderes, el político y el religioso. Aunque no podemos en este momento desarrollar una explicación detallada del tema basten dos argumentos para ver lo incorrecto de esta interpretación. 1º, si la intención del evangelio fuera separar el aspecto político del religioso de igual manera podríamos aplicar esta separación a otros aspectos de la vida humana. Por ejemplo, podríamos decir “Den al arte lo que es del arte, a la ciencia lo que es de la ciencia, a la economía…, a la vida familiar…, a la vida sexual…, etc, y a Dios lo que es de Dios. Con esta interpretación “lo de Dios” quedaría reducido a una hora los domingos, para venir a misa. Sería una enseñanza absurda y contradictoria con el mensaje evangélico. El otro argumento consiste en recordar que Jesús no puede estar hablando, dentro del cristianismo de un poder religioso separado del poder político, porque Jesús no veía la comunidad de sus discípulos como otra forma de poder. (“Los reyes de la tierra… no sea así entre Uds.). Vivir el evangelio es una forma de servicio, no de ejercer poder, aunque luego los cristianos a lo largo de los siglos hayamos distorsionado el sentido original.
2. La trampa que le ponen los fariseos es astuta porque se refiere a un punto muy sensible a los judíos de la época, se trataba de la licitud de pagar impuestos al imperio invasor que ocupaba la Tierra Santa. Pero en realidad, aparte de ese aspecto simbólico de este impuesto específico, el pago de los impuestos en general planteaba el tema de la injusticia de la época. Aparte del impuesto que cobraban los romanos, el Templo cobraba otros impuestos altos (21%), (recordemos la otra historia cuando llegan a cobrarle este impuesto a Pedro) y había que pagar otros al gobierno local por el uso de la tierra y por el comercio. Era un sistema fiscal que era parte de un marco de dominación por el cual se beneficiaban élites locales y extranjeras que lo habían establecido. Aproximadamente dos tercios del valor de la producción agrícola era extraído por estas elites dejando al nivel de subsistencia, con el otro tercio, al 90% de la población que eran quienes producían directamente. Entonces Jesús no podía pronunciarse solo sobre parte de ese sistema injusto y si se pronunciaba sobre todo estaría llamando a la rebelión total. ¿Cómo interpretar entonces esta expresión sobre Dios y el César?
3. No es nada fácil encontrar el sentido original de lo que quiso decir Jesús. Puede ser, como dicen algunos, que se tratara tan solo de una manera hábil de Jesús en salir de la trampa que le ponían, devolviéndoles la pelota a su campo, respondiendo con sarcasmo sobre el poder del emperador, o haciéndoles ver que cargaban moneda con la inscripción blasfema. Pero, más allá de la intención de Jesús hay algo que queda planteado con la expresión de Jesús “den a Dios lo que es de Dios”. En toda la mentalidad bíblica está afirmado que a Dios pertenecen todas las cosas, nada hay que no sea suyo. Y la fe bíblica, de la que participa Jesús, insiste que cada uno de nosotros, llevamos impresa la imagen de Dios en nuestra persona. Ningún aspecto de nuestra vida personal y social, —familiar, … y también lo político—, podamos decir que no pertenezca a Dios. La imagen y semejanza de Dios debe dejar su marca, en todas las dimensiones de la vida humana. Es nuestra tarea.
4. Esta concepción del ser humano, de nosotros en Dios, nos traza una línea de presencia en el mundo, aunque no nos da recetas de comportamiento concreto en cada caso. Tenemos el inevitable reto de decidir en cada situación concreta cómo dejar nuestra marca de imagen y semejanza divina en todas las dimensiones de la vida y también en lo político. Tenemos la confianza de que podremos hacerlo, precisamente porque somos presencia de Dios en esta realidad.Ω

Comentarios

  1. aprovecho que ya me volvieron a inscribir para saludar, agradecer y preguntar...
    cómo juntamos eso con una espiritualidad desinteresada, desegocentrada y demás?

    ResponderBorrar
  2. Deya, quizá porque eso se da en el marco del Reino de Dios, concebido como una forma de ver el mundo y de relacionarse con todo lo que nos rodea y que no admite que se antepongan los intereses personales a los intereses comunes; que rechaza que se acumule lo que otros necesitan (Mt 19,16-26); que sugiere pedirle a Dios lo estrictamente necesario y no más: "danos hoy el pan que necesitamos"; como hacen las aves del cielo: comen lo que necesitan, tienen un sólo nido, y no muchos para alquilar.... En el momento en el que empezamos a acumular lo que otros necesitan nos alejamos del Reino de Dios, digo yo...

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

TRES REFLEXIONES PARA RECUPERAR EN LA "FIESTA DE LA TRINIDAD"

  Al repasar mis reflexiones de los últimos años sobre la "celebración de la Trinidad", me parece valioso recuperar, entre otras, las siguientes. La primera,  que l a experiencia nos enseña lo inadecuadas que son las solas palabras para expresar nuestros mejores sentimientos y nuestras profundas convicciones.  En realidad, es algo que ya antes sabíamos que pasaba sobre todo cuando tratábamos de compartir la alegría sentida, el disfrute de la vida, la intensidad del amor… Y es algo que deberíamos también haber constatado al meternos a “hablar de Dios”, porque detrás de esa palabra, ese nombre, “Dios”, tocamos la realidad más profunda de nuestro ser, de nuestra persona, de esa realidad que está en cada uno de nosotros pero que es más grande que nosotros. Lo normal, entonces, es que el lenguaje verbal siempre se quede corto y nos deje insatisfechos. L o primero que aportó la Buena Nueva fue la oportunidad, no de aprender una verdad teológica , sino de vivir la  experien...

Domingo de Pascua

Lect.:  Hech 10: 34-43; Col 3: 1-4; Jn 20: 1-9 Cuando decimos que para los cristianos la fiesta de la Pascua es el acontecimiento central de nuestra vida , afirmamos que estamos hablando de algo de lo que no es fácil hablar . Nos referimos al momento culminante de la vida de Jesús, de la vida de sus primeros testigos y de nuestra propia vida . ¿Cómo poder expresar ese momento culminante de manera fácil? ¿Cómo encerrar en palabras humanas unas realidades, vivencias que tocan lo más íntimo de nuestro ser y del ser de Jesús ? Durante muchos años hemos leído y meditado los relatos evangélicos de la resurrección y probablemente nos hemos quedado pegados en los detalles con que sus autores intentaron comunicar lo incomunicable. La resurrección de Jesús no es la vuelta a la vida en este mundo de un cadáver . Y, sin embargo, por las limitaciones del lenguaje, si los leemos literalmente, los relatos sobre la tumba vacía, sobre las apariciones a María Magdalena,...

CELEBRANDO LA ASCENSIÓN, ¿SE TRATA DE UNA "SUBIDA"?

 Se supone que uno de los propósitos de las fiestas litúrgicas es pedagógico. Se trataría de desglosar diversos aspectos del mensaje evangélico para facilitar su comprensión. Y se suponía también que al asociar cada aspecto del mismo a un "episodio" o dimensión de la vida de Jesús, esto daría más vitalidad y dinamismo al anuncio de la Buena Nueva. No sé en que medida esto se logró en siglos pasados, pero me temo, desde hace tiempos, que hoy en día" el modo de realizar la celebración litúrgica más bien desorienta la formación en la fe de los creyentes contemporáneos. En vez de una comprensión progresiva del Mensaje se produce una fragmentación del mismo y una pérdida de visión de conjunto y, al mismo tiempo, al asociar cada "fragmento" a recuerdos de diversos momentos sucesivos de la vida de Jesús, se crea la impresión de que se está intentando construir y reproducir un resumen biográfico de ésta. Un paso más y caemos en una lectura literalista y fundamentalista...