Lect.: Jer 20, 7-9; Rom 12, 1-2; Mt 16, 21-27 1. Decíamos el domingo pasado que los cristianos descubrimos nuestra propia identidad al ser interpelados por la extraordinaria calidad humana que descubrimos en Jesús quien se llama a sí mismo “hijo del hombre”, es decir, un ser humano pleno.” (Ver Nota). De ahí concluíamos que “ Vivir esta plenitud es lo que nos da la certeza de que verdaderamente Dios está en nosotros… ” Entonces, ante un mensaje tan positivo, ¿cómo entender eso del texto de hoy de que “ Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo” ? Parece contradictorio que la invitación y el impulso a vivir nuestra vida humana en plenitud contenga la negación de uno mismo. No es de extrañar que el toque enigmático de la expresión haya llevado a algunos autores y grupos a lo largo de la historia del cristianismo, a posiciones que objetivamente podemos considerar destructiv...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.