Lect.: Gén 15, 5-12. 17-18; Flp 3, 20-4, 1; Lc 9, 28b-36. Hace una semana comentábamos sobre los conflictos que no nos faltan en la vida de cada uno, por el choque de intereses, de deseos que nos caracteriza y que nos hace comportarnos como dudosos a la hora de tomar decisiones. Lo que llamamos las tentaciones de Jesús nos muestra que Jesús, también, vivirá el encuentro con Dios en un modo de vida que genera choques, incertidumbres, y exige decisiones que conllevan un costo. El relato de hoy va un poco más allá. Colocado en vísperas de la pasión y muerte de Jesús subraya otra experiencia profundamente humana. No solo conflictos caracterizan nuestra vida, sino también, el dolor y el sufrimiento recibido de otros, por ignorancia, por mala intención o por violencia intolerante ante lo que somos, pensamos y decimos. El caso de Jesús es elocuente: lo asesinarán porque su predicación y modo de vida chocaba con las enseñanzas y prácticas de los dirigentes...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.