Lect.: 1 Re 3, 5. 7-12; Rom 8, 28-30; Mt 13, 44-52 Como otras, estas tres parábolas de hoy, las hemos oído y leído innumerables veces. Pero no sé en cuántas ocasiones se nos ha ocurrido establecer la comparación entre los protagonistas de las dos primeras con nuestra propia historia personal. Y con la historia de la mayoría de quienes nos consideramos “católicos” y “cristianos”. Porque lo llamativo del campesino que encuentra un tesoro oculto en el campo, y del comerciante que encuentra una perla de valor extraordinario, —ambas imágenes del reino de Dios—, es que uno y otro están tan impactados por el hallazgo, que venden, se deshacen de todos los bienes que tenían para poder adquirir el campo que oculta el tesoro o la perla fina. Podemos adivinar que en la comunidad de Mateo muchos habrían llegado a adherirse a la Buena Nueva de una u otra manera, o por habérsela topado por casualidad o porque colmaban los anhelos de...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.