Vuelvo a repetir lo dicho en domingos previos: Resucitar, para nosotros, o nacer de nuevo, conlleva una nueva manera de experimentar a Dios en Jesús y de experimentarnos a nosotros mismos en Dios. Así fue para los primeros discípulos. Y en los primeros momentos después de la muerte de Jesús, trataron de expresar esas experiencias hablando de apariciones, de visiones, de descripciones casi físicas de Jesús. Pero conforme las comunidades cristianas crecen en madurez, dan un salto para expresar esa experiencia de la resurrección. Sesenta años después del drama del Calvario, las comunidades reunidas en torno al evangelista Juan, ponen el énfasis en las relaciones de amor, como el lugar privilegiado en el que se experimenta a Jesús resucitado y a nosotros y a Dios en él. Ya no tratan estos primeros cristianos de usar expresiones corporales, para hacer ver a un Jesús presente con ellos. Ahora caen en la cuenta de que trascender la realidad individual de cada uno, ...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.