Jer 31:31-34; Hebr 5:7-9; Jn 12:20-33 1. En ciertas visiones religiosas, un poco lúgubres, oscuras, casi masoquistas, se subrayaba el mensaje y la vida de Jesús como una invitación a un camino de sufrimiento, pero entendiéndola como si el dolor y el sacrificio por sí mismos "produjeran" la santidad. O también, como si el Dios de los cristianos fuera un dios sediento de sangre que exige su derramamiento para perdonar nuestras faltas. Con esta visión no es de extrañarse que muchos hayan visto a la Iglesia como una institución sombría, enemiga de la alegría, del placer y, en el fondo, de la vida humana tal como es. 2. Muy diferente es el enfoque de Jesús y muy diferente el Dios de Jesús. La invitación del evangelio es una invitación a crecer, a no oponer resistencia a la fuerza que nos viene de dentro, del Espíritu que llevamos en nuestros corazones y que nos empuja a dejar caer, a perder capas de la forma de semilla en que nos encontramos, para con...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.